Mi Galán De Telenovelas

Había pasado más de una semana desde que Marcos se encontraba viviendo en la gran casona.

Lucia, por su parte, ya no estaba cubriendo la seguridad de allí dado que habían conseguido un remplazo, liberándola de aquella responsabilidad.

Desde la noche donde Marcos conoció a los amigos de Lucia, no paso un día sin que se reuniera con ellos. Ya fuera un desayuno con Gabriel, el almuerzo en el resto de Ramón, una cena de amigos o solamente una visita por la oficina de Brisa.

Casi siempre acompañado por Lucia, ambos se habían vuelto, en tan poco tiempo, inseparables.

En realidad, Marcos había encontrado un lugar donde relajarse acompañado de buena gente. Se sentía en paz y tranquilo. Aunque la mejor parte era que creía haber superado la separación con Priscia.

 Ese viernes se levantó muy temprano y salió a correr, como estaba acostumbrado a hacerlo toda su vida.

Al volver a la casona observo que en la entrada principal se encontraba un auto de alta gama. Como no esperaba visitas, en vez de entrar por allí, lo hizo por una de las puertas que comunicaba el parque con el gimnasio y a su vez, el gimnasio tenia pasada a la cocina.

Intentaba pasar desapercibido hasta saber bien quien era la o el forastero.

Mientras se acercaba pudo oír las risas de Marga y Manuel y una vos muy conocida que no dejaba de hablar.

Al entrar al recinto dijo encantado de alegría

-¡Hermano, por fin llegaste!

Allí estaba Charly, recién llegado de Brasil, que al verlo fue hacia su amigo y ambos se unieron en un abrazo fraternal.

Luego de terminar la charla con el encargado y su esposa subieron a la planta alta de la casona.

Marcos se dirigió a su alcoba a tomar una ducha, mientras que su amigo se acomodaba en el cuarto más cercano.

Un rato después Charly fue hacia donde estaba Marcos

-¿Qué has hecho sin mi todo este tiempo?- Quiso saber el recién llegado

-No mucho- Contesto sonriendo Marcos- Solo conseguir nuevos amigos

Charly se recostó en un sillón que había en aquel cuarto y sin creer una sola palabra acoto

-Sí, seguro que has hecho eso- pero al ver que su amigo no dejaba de sonreír volvió a hablar -¿Nuevos

amigos? ¿Tan rápido?

Marcos le resumió la historia en pocas palabras, la mujer en la ruta, el percance con la policía, la cita, el juego de póker…. Toda la semana con actividades, era realmente muy diferente a la vida que llevaban es Europa.

-O sea que ahora perteneces a un grupo de pueblerinos- bromeo Charly

En verdad Marcos estaba feliz con lo que había conseguido, esas personas no lo veían como un hombre afamado, sino más bien, como uno más de ellos.

-Y hoy por la noche nos reuniremos a cenar en una casa quinta. Van a cocinar asado. ¿Quieres venir?- le pregunto al recién llegado.

-Jamás me he negado a un asado argentino, amigo- contesto Charly poniéndose de pie- Pero dime, esas señoritas de las que hablas… ¿Son guapas? ¿Solteras? ¿Estarán en busca de un galán europeo?

Al escuchar estas palabras Marcos se acercó a su amigo y dándole unas suaves cachetadas le dijo

-Ni se te ocurra-

 La charla siguió durante casi toda la mañana. Al llegar el mediodía almorzaron y salieron a recorrer las sierras a caballo. El día se había puesto muy caluroso. Llegaron a un pequeño arroyo donde acampaban de niños y se acomodaron a la sombra de un gran sauce.

-¿Has sabido algo de ella?- interrogo Marcos a su amigo

Por un momento ninguno volvió a hablar, solo miraban el horizonte.

- ¿Qué quieres saber? - pregunto Charly mientras se llevaba una pequeña ramilla a la boca

Marcos levanto los hombros mirando a su amigo y luego bajo la mirada.

En algún momento se iba a dar esa conversación, ambos lo sabían,  entonces era mejor acelerar los trámites y

pasar el trago amargo.

-Ella está bien, volvió a su departamento en Madrid. –Comenzó el relato el recién llegado, quien tenía muchos conocidos en común con Priscia- Estuvo en varias entrevistas con los medios y dio a entender que el problema de la ruptura era tu falta de atención hacia ella.

-¿Qué dices?- Lo interrumpió Marcos- Si lo único que he hecho desde que la conocí fue hacer realidad todos sus caprichos, todo lo que ella me pedía allí iba corriendo a cumplirlo cual perrito faldero- levanto la voz en forma de arrebato

-¡Tranquilo Brother!… yo solo repito lo que Priscia dijo en los medios.

-¡Perdona! Continúa por favor- Trato de serenarse Marcos, aunque sus puños estaban apretados en señal de bronca

-También dio a entender que si hubiera sido por ella jamás se habría alejado, que aun te ama más que a su vida y…- Charly hizo un pequeño silencio para mirar a su amigo y luego continuo- Que aún tiene esperanza de volver a tu lado-

-Es una embustera, maldita sea la hora que me fije en ella- acoto Marcos mientras arrojaba una piedra al arroyo que corría muy cerca de donde estaban ellos

-Ambos sabemos que ella miente, pero también era obvio que iba a intentar ser el ángel y acerté quedar a ti como el mismísimo demonio. Por mi parte creo que fue una excelente idea la de alejarte y no dejarte enredar en sus patrañas.

El adonis se recostó sobre el pasto intentando domar su furia. La calma que había conseguido en estos días se había esfumado en dos segundos. El amor que en algún momento tuvo por Priscia se había transformado en odio y lo podía sentir en sus venas.

-La voy a demandar- comento y mirando a su amigo siguió diciendo- Entre los dos podemos destruirla.

Charly entrecerró los ojos y con una leve sonrisa de medio lado le contesto al adonis

-Yo creo que no sería la mejor idea.-

Marcos se incorporó para poder tener a su camarada de frente

-¿Es que estas de su lado?- pregunto

-Claro que no, solo digo que hay mejores cosas para hacer que demandarla… escúchame y presta atención. ¿Sabes cuál fue el motivo por el cual ella te dejo en el altar?- Al hacer esta pregunta pudo ver la confusión en la cara de Marcos- Claro que no lo sabes. En mi estadía en Brasil no solo estuve haciendo negocios, también quise investigar un poco para entender que había pasado. Primero creí que había un tercero en discordia pero, luego de hacer algunas llamadas, llegue a la conclusión que lo que desencadeno todo este embrollo fue las convenciones matrimoniales que le hiciste firmar antes de llegar al altar.

-Pero… pero si fue Priscia la que insistió en hacer un contrato antes de casarnos- interrumpió el adonis.

-Si, por supuesto, pero ella esperaba que tú le dijeras que no era necesario. Te gano de mano para parecer sincera y desinteresada. Por esta razón salió a llorar por los programas de tv. ¿Vas captando la idea?

-¡Maldita zorra!- exclamo Marcos que, ahora entendía muchas cosas.- ¿Que sugieres que hagamos entonces?- quiso saber

-No lo sé- le contesto Charly poniéndose de pie- Ya pensaremos en algo. Por el momento hay que esperar que venga a nosotros. Porque es obvio que en un corto lapso la tendremos por aquí  y ahí, es cuando debemos hacer que se arrepienta de haberte hecho sufrir tanto. Y lo más importante, debemos encontrar la forma de desenmascarar a esta arpía.