Maldita sea mi suerte, cuando todo era perfecto mi suerte cambia haciendo que mi vida se convierta en una vida llena de miseria.
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capitulo 20
Pasaron algunos meses todo estaba listo para la cirugía de Julio, Adrián vivía en su propio departamento pues le estaba huyendo del amor, sabía que si estaba muy cerca de Mari iba a terminar cayendo en las redes del amor, Adrián tenía todo listo para la cirugía había pasado meses estudiando el caso, pero aún así estaba muy nervioso, todo estaba listo.
Julio se encontraba muy nervioso tenía todas sus esperanzas en esta cirugía pues con ella quería recuperar la posibilidad de caminar y poder conquistar a Fátima ser un hombre de verdad, darle a ella todo.
Fátima y Nadia no sabían nada sobre la cirugía pues Julio le había pedido a Adrián que no se los dijera, Julio había inventado un viaje de negocios fue muy difícil de convencer a su madre pero logro hacerlo, Julio no quería que nadie se enterará, también no quería que sus tíos se enteraron hasta ahora ninguno había logrado el tan anhelado heredero.
Paloma odiaba el contacto con Melquiades siempre que el la tocaba a su mente venían los recuerdos de cuando hacía el amor con Julio, hasta ahora no había logrado embarazarse y ese era su mayor deseo pues sabía que estando embarazada Melquiades no la volvería a tocar, Paloma fue con un especialista en fertilidad y ahí se dio cuenta de una terrible noticia, ella jamás tendría un hijo pues poseía matriz infantil, Paloma se sentía devastada por la noticia pues estaba a punto de perderlo todo.
Por otra parte, Romina no se había podido recuperar de la perdida de su hija, la golpiza propinada por Genaro le habían quedado secuelas, el médico le había dicho que tardaría unos meses en recuperarse, Genaro estaba muy molesto, pero sabía que debía de esperar pues debía continuar con su esposa, ya que en el testamento no permitía el divorcio.
En el hospital Julio está a en cirugía la cual era muy complicada y se llevaría algunas horas, Adrián así como todos los médicos ahí presentes estaban al pendiente de todo, los minutos fueron pasando y la cirugía estaba saliendo bien sin ningún contratiempo hasta que terminó, pasaron a Julio a el área de cuidados intensivos después de pasar algunas horas en ese lugar lo pasaron a su habitación, Julio despertó de la anestesia Adrián no se había movido de su lado pues quería estar presente cuando el despertará.
—¿Cómo te sientes?— pregunto Adrián.
—Adormilado, cansado como si un camión me hubiera pasado por encima —
—En algunas horas te haré unas pruebas para ver cómo salió la cirugía —
Julio y Adrián hablaron por horas, Julio sabía que Adrián realmente estaba enamorado de Mari pero al parecer el no lo reconocía.
Al otro lado de la ciudad Fátima estaba muy triste pues extrañaba a Julio se había acostumbrado a su presencia a llevarle el café por las mañanas incluso extrañaba tenerlo al lado pues en esos meses había dormido juntos, los dos habían aprendido hablar sobre sus vidas, sus sueños inclusive hasta sus miedos, para Julio había sido muy difícil pues siempre se mostraba fuerte pero por dentro estaba lleno de temores, Fátima jamás imaginó que un hombre tan fuerte como él tenía miedo al rechazo, a no ser suficiente, a quedar a la sombra de su abuelo y padre, durante toda su vida le habían exigido, Fátima cada día estaba más convencida del amor que le tenía, Fátima miraba a través de la ventana esperando la llegada de Julio que tardaría por lo menos un mes, Mari quería consolarla pero simplemente no podía hacerlo ya que ella también estaba muy triste desde la partida de Adrián, el se había ido sin despedirse de ella, sabía que solo se dejaron llevar en ese momento pero ella esperaba algo más, tenía la ilusión de que esa relación llegara mas lejos, por primera vez había sentido lo que era estar enamorada.
Mari no pudo contener las lágrimas y comenzó a contarle a Fátima lo que había sucedido de como poco a poco se fue enamorado de Adrián y del hecho que así como se enamoro se debía olvidar de él pues ella era de un mundo inferior dónde ni si quería había tenido una figura paterna, Fátima le repito las mismas palabras que ella le había dicho.
—Tienes que luchar por el amor si no esta vida no tiene sentido — dijo Fátima.
—No, jamás lo haré pues ahora entiendo el porque tú no has dejado a tu marido — dijo Mari.
—Creo que Adrián no es de ese tipo de hombres al parecer, dejo a su familia por perseguir sus sueños —
—No quiero hacer el ridículo se ve que no soy de su tipo, no recuerdas aquella chica que llevo de acompañante a la boda Melquíades yo jamás podré competir ya que de entraba he perdido —.
—No entiendo porque el amor duele tanto, siempre sucede que uno se enamora de una persona y está se enamora otra, la vida es completamente complicada.