Maldito Valentín

El ambiente estaba cubierto por una bruma de inquietud, emoción, anhelo y enojo, como se podía respirar en aquel pequeño espacio tan afectado de sentimientos extremos.

El sonido de la campanilla, hizo que Valentín viera la puerta, un hombre ingreso con un niño de la mano y este sonría feliz señalando los postre.

La sensación de incomodidad se removió en su estómago, angustiado, las nauseas se hicieron presentes pero respiro hondo controlándolas.

-¿Por qué?- sus ojos fueron a Lía que detuvo la cuchara para verlo

-¿Que hubieras hecho si te lo decía?- repregunto apoyando su codos sobre la mesa sin dejar de mirarlo a los ojos-

-Me habría hecho responsable- hablo como si fuera obvio y frunció el ceño tratando de comprender la sonrisa sutil de ella- ¿Qué es lo gracioso?

-Ahí esta Valentín Lacrost, haciendo lo correcto- suspiro, llevando la espalda al respaldo de la silla

-¡¿Qué significa eso? , ahora es mi culpa- removió su cuerpo y elevo solo un poco la voz alterado, pero se detuvo controlando la respiración

- No\, no fue tu culpa Val\, quien decido ocultarlo fui yo\, porque no quería\, no quiero que Liam sea una responsabilidad.- las palabras salieron con clama pero llenas de seguridad

Él la vio sin comprender e inclino la cabeza con el entrecejo fruncido.

-Siempre has hecho lo correcto, jamás te vi ir en contra de los tíos, excepto cuando se trataba de mí.- sonrio con tristeza.

-Te esforzabas tanto en lo que hacías, eras bueno en los estudios, con tus amigos, buen hijo, eso me enamoro de ti, eras bueno en todo, casi perfecto, pero con el tiempo entendí que eso hizo que terminaras cansado de mí. La tía insistía que cuidaras a la pequeña Lia, y encima tenías a esa niña molesta correteando a tu alrededor, como un cachorrito sin dejarte respirar.-La voz por poco se quiebra y maldijo al horrible nudo que se formó en su garganta.

-Lía- quiso interrumpir, pero los dedos cálidos se apoyaron en sus labios pidiéndole con la mirada que la dejara continuar

- Tenias un futuro por delante\, habías aplicado para la beca en Nueva Zelanda\, toda tu vida estaba tomando el curso que tanto deseaste- respiro hondo y su mano acaricio un breve momento la de él\, y rápidamente la alejo

-Val, esa noche contigo fue lo que siempre soñé, egoístamente te quise al menos una vez, solo para mi- relajo sus hombros como si se sacara un peso de encima.

-Para mí fue especial también, no lo dudes- declaró con seguridad, deseando tomar esas manos entrelazadas frente él, pero no lo hizo.

Ella sonrió aliviada

- Esa noche prometí  aferrarme a ti por última vez\, y así lo hice.- Relamió sus labios\, que se secaban por los nervios y continuo hablando\, viendo los ojos brillantes de Valentín.

-Liam es lo más hermoso que me paso en la vida, el recuerdo perfecto de mi primer amor, quiero lo mejor para él, y eso incluye que lo amen con devoción, no porque sea una responsabilidad de la que hay que cuidar.

 Se que Tú serás excelente cumpliendo con esa responsabilidad, pero mi pequeño no es un proyecto, que una vez que dan fruto solo le haces seguimiento desde lejos.

No quiero que mi hijo se transforme, en eso que debes arreglar o mejorar, él no lo merece y tú tampoco, pues la decisión de tenerlo fue mia.

-Soy su padre, no me diste la oportunidad de decidir- él no pestañeo y la observo indignado

-Hubieras hecho lo correcto, y eso me incluía- trago saliva y se enfocó en el mantel rosa pastel con detalles en blanco -No me amabas y aun así habrías cargado conmigo y Liam

-No, eso no es así, Lía, yo...- las palabras se agolparon en su garganta

-Lo dijiste, esa tarde- ella elevo sus ojos cristalinos para verlo- iba hablar con mis padres para buscar la forma de decírtelo, pero como obra del destino llegaste antes. - Una mueca se dio paso, ese segó de dolor y angustia contenida

- Aun lo recuerdo\, dijiste-- Te imaginas tu y yo

-Esa frase aun resuena en mi cabeza- sonrió con tristeza - la verdad me había imaginado contigo muchas veces, pero tu rostro tan aliviado me basto para decidir que lo mejor era no decírtelo

Las palabras fueron tan dolorosas que la garganta de Valentín ardía

-Estaba asustado, equivocado, mierda, tenía veintiún años- se quejó y su mano aflojo la corbata gris con líneas

Ella negó varias veces- Por si lo olvidas, también era una adolescente de dieciocho años, pero ese no es el caso Val, tú no te veías conmigo y yo no quería migajas.

-Por eso me alejaste de mi hijo- estaba tan dolido que quería lastimarla  de igual maneras, pero Lía lo dejo pasar

- Liam es un niño feliz\, no debes preocuparte\, sé que mi decisión fue egoísta\, al principio lo hice porque no soportaría saber que estabas a mi lado por una responsabilidad que debías cumplir- tomo el bolso y saco una foto\, donde Liam dormía en el pecho en su pecho y se la paso – pero cuando lo vi\, entendí que lo amaba con mi alma y quería que mi pequeño recibiera ese amor desmedido sin ser una carga-

Él acarició la foto, con los ojos llenos de lagrimas

-Si te hubieras quedado con nosotros, me terminarías odiando y tal vez sentirías rencor por Liam, no quería al chico responsable, quería que me amaran y a mi pequeño también, sin obligaciones de por medio.

-Lo hubiera amado- aseguro frunciendo el ceño, su corazón palpitaba desbocado- sé que amare a mi hijo

-Dijiste, Gracias a Dios y celebraste como si fuera una anotación, cuando dije que no estaba embarazada, debías ver tu rostro Valentín estabas aliviado y feliz. - Negó viendo sus manos temblar- no te juzgo por eso, porque que esa felicidad que expresaste pensado que no serías papá, fue la mismas que me embargo cuando escuche los latidos de Liam, no era capaz de arrebatártela, porque no iba a permitir que nadie empañe la mia y eso te incluía.

-No puedo entenderte-  resoplo y negó enojado

-Tampoco quiero que lo hagas-

No tenía más que decir, era su verdad y no buscaba confórmalo.

-Su pedido- el mesero entrego la caja y se retiró al reconocer el ambiente poco amigable.

-Tus padres sabían de esto, como pudieron…

-Ellos no sabían que eras el padre, se los oculte, papá jamás te hubiera dejado en paz- Explico con rapidez, casi sin respirar, solo ella era culpable, no arrastraría a nadie más.

-Quiero verlo, es mi derecho- ordeno, la voz salió firme y la mirada desafiante se clavó en los ojos de ella

-No quiero exponer a Liam…

-No me importa lo que quieres, me lo arrebataste seis años, no voy a dejar que lo alejes de mi otra vez- los dientes presionaron con fuerza marcando la tensión en la quijada.

-¿Porque, porque ahora quieres entrar en nuestras vidas? si no fuera por la visita de tu novia, todo seguirá igual. Tienes todo, tu empresa,  tu vida perfecta, porque decides entrar a la nuestra.

Crees que somos lo único que salió mal en tu plan, algo para corregir, una responsabilidad de la cual debes hacerte cargo- ella hablo indignada con el corazón a mil, esto afectaría a su pequeño y reconocía su responsabilidad, pero aun así no los motivos que movían a Valentín

-Es mi hijo, quiero conocerlo, por Dios Lía, casi muere en mis brazos, gracias a tu noviecito, ¿cómo sé que lo estas cuidando bien? - las palabras salieron sin pensar por el enojo y ni bien cerro al boca se arrepintió

Lía se puso de pie y tomo su bolso- lo pensare

-No, lo quiero ver y quiero que sepa quien soy- sus ojos color miel la miraron fijamente, era como si la atravesaran por completo.

-Liam es mi vida Valentín, y no voy a permitir que lo dañes porque te despertó la paternidad responsable- sus labios temblaron aguantando las ganas de llorar

-Entonces hablaré con mis abogados, sabes que me darán la custodia con lo que hiciste- amenazo en un arrebato

Lía sintió miedo, pero no se movilizo frente a él- hazlo, lo míos estarán felices de recibirlos.- Tomo la pequeña caja con lemon pai para irse

-Lía no hagas esto- imploro. - es mi derecho- repitió

-Nunca quise lastimarte Valentín, y es exactamente por lo que hace seis años me aleje, te libere de mi estúpido y egoísta amor. Solo voy a decirte, que me has dado lo más hermoso en el mundo y estoy dispuesta a pelear por el. -

Y después de decir eso Lía se retiró del lugar con una sensación de vacío y tristeza frente a lo que debía hacer a partir de ese momento

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Hola corazones, otro mini maratón-

Les recuerdo a mis bellas y ansiosas compañeras de aventura, empieza la semana y es un cap, por día.

Abrazos

Gaby