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Bajo El Mismo Veredicto

Bajo El Mismo Veredicto

Status: Terminada
Genre:Romance / CEO / Arrogante / Ligador / Completas
Popularitas:7.7k
Nilai: 5
nombre de autor: Deiver Gutierrez

Aurora West ha dedicado su vida a construir un futuro brillante en el mundo del derecho. Cuando consigue una codiciada oportunidad de prácticas en el bufete más prestigioso de la ciudad, cree que está un paso más cerca de alcanzar sus sueños. Sin embargo, lo que no esperaba era que su jefe, Rafael Novoa, fuera un hombre tan implacable como fascinante.

Frío, reservado y con una reputación impecable, Novoa es un abogado brillante, pero detrás de su carácter severo esconde un conflicto interno que no está dispuesto a admitir: una atracción innegable hacia Aurora. Aunque intenta resistirse, su presencia desafía cada una de sus reglas, cada uno de sus principios.

Entre juicios, miradas furtivas y una tensión imposible de ignorar, Aurora deberá descubrir si es capaz de derribar las barreras de Rafael y demostrarle que algunas batallas no se ganan con argumentos, sino con el corazón.

¿Podrá él aceptar lo que siente o dictará su propio veredicto antes de permitirse amar?

NovelToon tiene autorización de Deiver Gutierrez para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 18

POV Aurora

Había pasado casi un mes desde el día en que mi vida había dado un giro de 180 grados, desde que Rafael me pidió ser una pareja oficialmente y me entregué por completo a él, todo había cambiado desde ese momento. Nuestra relación era la cosa más perfecta que existía en el maldito mundo, Rafael me trataba como una reina, hacía hasta lo imposible por mí, casi nunca nos despegábamos, solíamos dormir en casa del otro la mayoría de las veces, obviamente habíamos vuelto a estar juntos de forma física, más veces de las que pudiera recordar, y honestamente, era mi completo delirio...

Rafael me volvió completamente adicta a él, a sus besos, a su cuerpo y a sus caricias, éramos como una droga, tanto Rafael para mí como yo para él, disfrutábamos mucho de nuestra intimidad a decir verdad, no pasábamos una noche sin sucumbir a la necesidad que nuestros cuerpos tenían de estar pegados uno con el otro... Él era lo mejor que me había sucedido.

Respecto al trabajo, todo mundo ya sabía que Rafael y yo teníamos una relación formal, él era de cierta forma muy territorial y aseguraba que deseaba que todos supieran que era suya, y yo no tenía ningún problema con ello, de hecho, me encantaba. Lo único que me molestaba es que eso le dio pie a muchas personas de pensar que me tenían ahí simplemente por esa razón, pero me bastaba con que yo supiera que no era así, igual que las personas que me importaban sabían que estaba en donde estaba por mis capacidades y no por alguna otra cosa.

Pero en fin, el día de hoy me encontraba justamente en la empresa, Rafael y yo habíamos sabido manejar la situación bastante bien y supimos adaptar de buena forma tanto el trabajo como nuestra relación. Me encontraba específicamente en la oficina de Sebastian ayudando con un nuevo caso que tenía.

-Entonces, ¿Qué opinas, preciosa?- Me preguntó viendo todas las posibles vías a tomar para la resolución de la situación.

-Creo que hemos abarcado la mayoría de las posibles soluciones, ¿Verdad?- Devolví la pregunta mirando el documento que teníamos.

-Creo que sí...- Respondió un par de segundos después.

Honestamente Sebastian y yo éramos un gran equipo, adoraba con locura a ese hombre, teníamos una amistad tan linda y tan fuerte que realmente lo consideraba como un hermano, se había convertido en mi mejor amigo y ahora que era novia de Rafael era más común que conviviéramos fuera del trabajo, me encantaba esta nueva etapa de mi vida.

-¿Quieres que se lo lleve a Rafael?- Pregunté con una sonrisa amable.

Antes de proceder con algún caso era necesario que Rafael revisara y analizara las maneras factibles de actuar de los abogados, él siendo la persona con más experiencia tenía que dar su aprobación para poder ejecutar la solución más favorable para cada caso.

-Claro linda- Ofreció con una sonrisa, le devolví el gesto y me levanté con la carpeta en mis manos.

Salí de la oficina de Sebastian y me dirigí a la oficina de mi novio, era ya pasado de medio día casi siendo la hora de la comida, había estado casi desde que inició mi turno con Seb intentando resolver el caso, me caería bien poder ver a Rafael un momento. Al llegar frente a su oficina, toqué la puerta y pasé cuando escuché un "Adelante" del otro lado. Él no levantó la vista cuando entré, estaba inmerso en unos documentos que tenía, pero en cuanto escuchó mi voz levantó su vista rápidamente cambiando su expresión seria a una más relajada y tranquila.

-¿Estás muy ocupado amor?- Pregunté con una pequeña sonrisa al acercarme a él.

-Para ti nunca mi cielo- Respondió levantándose de la silla acercándose a mí, tomó mi cintura y dejó un suave beso en mis labios –Te extrañé princesa, cuatro horas sin verte fueron mucho para mí- Susurró rozando su nariz con la mía.

-Estoy aquí ahora...-

Besó mi mejilla, tomó mi mano y volvió detrás de su escritorio sentándose en la silla y sentándome a mí en su regazo.

-¿Qué traes ahí cariño?- Preguntó al ver la carpeta en mis manos.

-Es en lo que trabajábamos Seb y yo, el caso de la familia Grant, son las vías de acción para la resolución del caso, te las traigo para que las revises- Informé volviendo a concentrarme a lo que venía, la realidad es que veía a Rafael y todo desaparecía para mí, no podía dimensionar lo mucho que me afectaba su presencia.

-Perfecto, las revisaré más tarde, gracias mi amor...- Comentó tomando la carpeta y poniéndola sobre su escritorio, después de eso volvió a clavar su vista en mí acariciando mi rostro.

-¿Saldrás a comer con Sebastian?- Le pregunté en voz baja acomodando su cabello, él bajó sus manos a mi cintura y yo acomodé mis piernas a cada lado de las suyas.

-¿No vendrás conmigo?- Preguntó con un poco de confusión.

-Darcy me invitó a comer con ella a la cafetería que está cerca de aquí, te quería preguntar si tenías problema si voy con ella-

-Claro que no amor, ve... pero esta noche te quiero para mí solo, ¿De acuerdo?- Susurró con la voz ronca de forma provocativa moviendo mi cuerpo para generar fricción entre nosotros poniéndome deseosa al instante.

-De eso no tengas ninguna duda cariño...- Respondí de la misma forma besándolo al instante de forma intensa y pasional.

Él me siguió el beso al segundo bajando las manos a mi trasero apretándolo, solté un suspiro al sentirlo, Rafael delineó mi labio inferior con su lengua abriéndose paso para meterla en mi boca. Quería subir esto a otro nivel, comencé a moverme sobre el regazo de mi novio, sentía debajo de su dura erección lista para mí. Bajé mi mano pasándola primero por su pecho, descendiendo por su abdomen hasta llegar a su cinturón que comencé a desabrochar.

-Me encantas Aurora, eres mi punto débil- Susurró dejando besos húmedos y leves mordidas en mi cuello haciéndome jadear.

-Y tú el mío- Alcancé a responder entre respiraciones entrecortadas.

Estábamos más que preparados para seguir en lo nuestro, pero nos vimos interrumpidos porque el teléfono de Rafael sonó deteniéndonos al instante, él se separó un poco de mí a regañadientes, yo lo veía son una sonrisa divertida.

-Mierda, ¿No pudieron ser más inoportunos?- Preguntó molesto aun sosteniendo mi cintura –Novoa...- Respondió simplemente el teléfono.

Lo vi hablar durante algunos segundos hasta que colgó, echó su cabeza para atrás y soltó un gran suspiro.

-Llamaron de abajo, el fiscal con el que tengo una junta está aquí, llegó antes de lo previsto- Dijo con un rostro serio, sabía que se había molestado un poco por nuestra interrupción, me parecía tierno a decir verdad.

-Está bien mi amor, atiende tus ocupaciones, te prometo que en la noche terminaremos lo que dejamos pendiente, haré que valga la pena, lo juro...- Susurré dejando cortos besos en sus labios, lo vi sonreír de nuevo y apretó su agarre en mi cuerpo creando un abrazo.

-Perfecto, esperaré con ansias... Si quieres ve ya con Darcy, no falta mucho para la hora de comida, pero cuídate mucho ¿Sí? Llévate mi auto si quieres- Ofreció mirándome de forma dulce.

-No te preocupes, ella pasará por mí- Dije despreocupándolo, él asintió lentamente, besó mi mejilla, se levantó de su silla y me dejó en el piso con cuidado.

-Ve entonces, te amo mi cielo- Soltó haciéndome sonreír ampliamente.

-Te amo más cariño- Respondí acomodando su cabello.

Finalmente salí de su oficina, avisé a Sebastian que ya había entregado los documentos y que saldría a comer. Posterior a eso fui a tomar mi bolso y salí del edificio donde ya se encontraba mi amiga esperándome. Teníamos algo de diferencia en nuestros horarios de comida, es por eso que salíamos a comer en días libres de Darcy o míos o cuando salíamos del trabajo por las noches.

Hoy era el día libre de Darcy, la comida estuvo fabulosa, mi amiga y yo nos actualizábamos de todo a nuestro alrededor, me encantaba compartir mi tiempo con ella. El tiempo pasó volando a su lado y pronto dio la hora de volver, no quería abusar de los beneficios de ser novia de Rafael, sabía que le daba enteramente igual si me retrasaba un poco, pero mi responsabilidad no me lo permitía.

-¿Segura que no quieres que te lleve?- Me preguntó la rubia con angustia caminando a mi lado.

-No te preocupes, la empresa está muy cerca, puedo caminar, no quiero desviarte- Dije queriendo despreocuparla.

-Insisto Aurora, puedo llevarte, no me importa desviarme- Ofreció con amabilidad.

-Descuida Darcy, solo son un par de cuadras- Repetí, me insistió un poco más pero aseguré que estaba bien en regresar caminando.

Ella no estuvo muy segura pero terminó por aceptar lo que le dije. La cafetería no estaba muy lejos del edificio de Rafael, por lo que no me molestaba caminar hasta ahí, no quería desviar la ruta de mi amiga. Caminé con tranquilidad algunas calles, se encontraban algo vacías curiosamente. No faltaba demasiado para llegar cuando sentí que un brazo me jaló con brusquedad hacia un callejón poniendo una mano en mi boca impidiéndome gritar provocando una desesperación y un miedo instantáneo en mi interior.

Me jalaron hasta el fondo de un callejón, entré en pánico en ese momento, ¡¿Qué carajos estaba pasando?! Mi espalda se golpeó con dureza contra la pared, ahí pude ver que un hombre como de 40 años de edad me tenía acorralada, varios hombres venían acompañándolo, estaba muy asustada. Él hombre que me sostenía se acercó hasta estar a centímetros de mi rostro, mis lágrimas comenzaron a inundar mis ojos.

-Así que tú eres el nuevo trofeo de Novoa... Admito que le tengo algo de envidia, eres un espectáculo, muñeca...- Soltó con su asquerosa voz y una sonrisa macabra, había quitado la mano de mi boca, pero mi voz no salía, no podría gritar, tenía demasiado miedo, y ¿Qué tenía que ver Rafael en esto?

-¿Qué quieren? ¿Quiénes son ustedes? ¡Suéltenme!- Pedí con mi voz temblorosa con mis ojos llenos de lágrimas sin permitirme a mí misma soltar alguna.

Se acercó aún más a mí y me tomó fuertemente del rostro, olfateó mi cabello y me empujó agresivamente contra la pared de nuevo para poder verme, la pared era de ladrillo, había raspado mi espalda ya que sentía el ardor en ella.

-¡¿Qué es lo que quieren?!- Repetí subiendo el tono de mi voz, él tomó mi cuello con las manos, se acercó a mí y susurró en mi oído.

-Escucha, te diré que es lo que quiero, te hemos estado observando durante semanas, y al parecer, hemos notado que tienes una fuerte influencia sobre el idiota de Novoa, así que esto es lo que va a pasar, le vas a decir que tiene que representarme en el juicio contra Dianne Fiennes. ¡¿Escuchaste zorra?!- Pidió apretando su agarre y lamiendo mi mejilla, sentía tanto asco y repudio en este momento.

¡Maldito cerdo!

¡Ya sé quién era! Era Bruce Lewis, un maldito desgraciado que fue a pedirle a Rafael que lo representara, se presentó con cargos de violación pero Rafael se negó a hacerlo ya que al investigarlo se dieron cuenta que era culpable. Así que eso quería, me estaba amenazando para que yo convenciera a Rafael de que lo representara. ¡Ni muerta le pediría eso!

-¡No le voy a pedir nada imbécil!- Me atreví a gritarle.

-Bueno, tendremos que obligarte entonces... Denle una lección muchachos, pero no dejen rastro- Dijo jalándome del cabello y empujándome provocando que cayera al piso, mis rodillas golpearon contra el duro pavimento, sabía que me había herido.

Al instante comencé a sentir fuertes golpes en mi espalda provocándome un gran dolor, mis gritos eran notables, yo solo intentaba cubrir mi cabeza rogando a Dios que esto parara. No sabía con qué me estaban golpeando, solo sabía que aquello estaba cortando mi espalda y ardía como el jodido infierno.

-¡¡DÉJENME EN PAZ!!- Grité rogando que tuvieran piedad.

-Basta muchachos- Escuché que dijo el miserable aquel, los golpes se detuvieron.

Ese hombre me dio la vuelta dejándome recostada sobre el pavimento, mis lágrimas rodaban descontroladas por mis mejillas, el hombre se posicionó entre mis piernas e intentaba levantar mi falda a la vez que desabrochaba el botón de su pantalón, yo intentaba resistirme lo más que podía.

-¡¡¡¡SUÉLTAME!!!!- Pedía y pataleaba desesperada.

-Espera Bruce, eso déjalo en caso de que Novoa decida no obedecer- Lo frenó uno de los hombres detrás de él –Volveremos a terminar con esto en caso de ser necesario, por ahora creo que la perra aprendió la lección- Soltó despectivo.

Lewis me miró un par de segundos con odio, murmuró algo que no pude distinguir y se levantó abrochando su pantalón de nuevo, yo me alejé arrastrando acomodando mi falda, estaba inundada en el miedo.

-Y más te vale que no vayas con chismorreo a Novoa y mucho menos a la policía, o te irá peor... Vámonos- Fue lo último que dijo el maldito cobarde para después salir huyendo con todos sus malditos monos cilindreros.

En cuanto estuve sola me solté a llorar desconsoladamente, no sabía qué hacer, no podía ir a la empresa en estas condiciones, no quería decirle a Rafael lo que acababa de suceder, tenía mucho miedo. Sabía que de decirle lo que pasó mataría literalmente a cada uno de ellos, que honestamente en este momento no había nada más que deseara que eso, pero no quería meterlo en problemas. Sin saber que más hacer llamé a Darcy, ella se aterró al instante al escuchar mi voz destruida y aún más se aterró en el momento que me vio.

Me costó tanto trabajo levantarme, Darcy me ayudó a caminar hasta su auto, no pude explicarle bien lo que sucedió, solo le pedí que me llevara a mi departamento, no tenía la fuerza de hablar honestamente. Le mandé un mensaje a Rafael diciéndole que me quedaría con Darcy justificando que no volvería a la empresa, no quería que se diera cuenta de nada. Al llegar a mi hogar, mi amiga me ayudó a caminar hasta él y me dijo que me daría un baño.

Yo estaba más tranquila pero aun no decía nada, comencé a desprenderme de las prendas, al momento de quitar mi blusa escuché un jadeo por parte de mi amiga ¿Tan mal estaba? Me di un baño con su ayuda en completo silencio. Al salir pude ver mi reflejo en un espejo, mi espalda estaba destrozada, estaba rasguñada en algunas zonas, llena de moretes y algunas cortadas, yo solo negué con tristeza al verme. Me vestí con un pantalón deportivo para cubrir mis rodillas lastimadas y una blusa holgada que me cubriera por completo, sabía que muy probablemente Rafael vendría a casa después del trabajo y no quería que supiera de esto, tenía que ocultarlo.

-¿Qué pasó Aurora?- Me preguntó Darcy de nuevo con suavidad estando sentadas en el sillón, yo tomé un suspiro antes de responder.

-Unos hombres me interceptaron cuando caminaba a la empresa, era Bruce Lewis, el violador que le pidió a Rafael que lo representara, me amenazó y me dijo que convenciera a Rafael de hacerlo, yo me negué y me golpeó para "darme una lección", fue específico en decir que no quería dejar marcas visibles para que Rafael no se enterara...-

-Sabe que su sentencia de muerte está firmada si Rafael se entera de esto- Añadió ella pensando lo mismo que yo.

-Estuvo a punto de violarme en ese callejón Darcy, pero uno de los hombres que me golpeó lo detuvo, dijo que volverían en caso de que Rafael se volviera a negar- Solté sintiendo mi voz temblorosa de nuevo, recordar aquello me causaba náuseas y un asco profundo, mi amiga al escuchar eso cubrió su boca con las manos sorprendida.

-Dios mío...- Comentó en un susurro ahogado con los ojos cristalizados –Tienes que decirle Aurora, no importa lo que Rafael haga para hacerlos pagar, tienes que decirle por tu seguridad- Me dijo desesperada.

-Me da miedo Darcy, no quiero decírselo, ¿Qué tal si se mete en problemas por mi culpa?- Pregunté con pesar –Lo pensaré en estos días ¿Sí? Por ahora por favor no digas nada- Rogué solo necesitando tiempo para aclarar mi mente.

Ella solo me miró con una lágrima saliendo de su ojo y asintió con la cabeza.

-Respetaré tu decisión, pero tienes que considerar bien las cosas... Por ahora, me quedaré contigo hasta que él llegue, sé que es muy protector contigo y no se quedará conforme hasta estar aquí y yo no pienso dejarte sola así- Añadió limpiando sus lágrimas y sonriendo levemente.

-Gracias Darcy, eres la mejor amiga- Solté con sinceridad abrazándola con cuidado.

-Tú lo eres...- Respondió ella.

Posterior a eso Darcy me puso una pomada con suma delicadeza en cada una de mis heridas para aliviar un poco el dolor, yo lavé mi cara y me aseguré de parecer lo más "normal" y tranquila posible para dar mi mejor cara para cuando Rafael llegara, aun no quería que lo supiera, lo ocultaría hasta que decidiera concretamente que hacer.

Estuve con Darcy un par de horas, tuve que hablar con ella hasta convencerla de que no tenía la culpa de lo que pasó, Darcy se sentía muy culpable por haberme dejado ir caminando, yo insistía en que eso no era así. Sabía que por la hora Rafael no tardaba en llegar, y sabía que estaría aquí ya que un mensaje suyo me lo confirmó horas atrás. Mientras hablaba un poco con mi amiga escuché que tocaban la puerta haciendo que me convirtiera en un manojo de nervios.

Mierda....

Era hora de poner mi mejor cara e intentar que él no se diera cuenta de esto.

Miré a Darcy con los ojos muy abiertos, ella hizo una señal de que tenía que hacerlo, así que me levanté del sillón y caminé ya sin tanta dificultad a la puerta, tomé la perilla y di un largo respiro antes de abrir.

Bien, aquí vamos...

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Yuly Ponce
Hermosa historia felicidades ❤️
Deiver: gracias por leer
total 1 replies
America Lopez
la recomiendo
Deiver: gracias por leer
total 1 replies
America Lopez
hermosa historia
Tanny Farfan: Felicitaciones escritora, me gustó mucho esta historia, muy linda, bien cuidada, excelente ortografía,
total 1 replies
America Lopez
cobarde...
America Lopez
me gusta la fuerza de voluntad de Rafael
America Lopez
exquisita escritura, me fascina la interpretación de los personajes, felicito a la escritora. Sigamos con la lectura
Deiver: gracias que bueno que te guste la historia
total 1 replies
Rosa Rodelo
Foto, de los protagonistas
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