ANGEL O DEMONIO

Rashid perdió la noción del tiempo con todo aquel alboroto y sin mencionar que estando al lado de Gabriela, pero el tiempo no se detiene y esa cruel realidad lo golpeó en la cara al salir de aquel hotel se dio cuenta de que estaba por amanecer.

¡Maldita sea!

Eso le impidió desplazarse en su forma vampírica así que no tenía de otra que usará su auto el cual estaba adaptado para emergencias como esa.

En el estacionamiento lo estaba esperando su fiel sirviente Ansh era un vampiro pura sangre el cual nació el mismo día que Rashid y sus padres lo ofrendaron como sirviente del príncipe.

Ansh era fiel a Rashid y lo apoyaba en todo además de ser su sirviente era su mejor y único amigo.

Vámonos Ansh de prisa no tarda en amanecer y si no salimos de aquí terminaremos como pollos rostizados.

Ansh observaba a la hermosa chiquilla que llevaba Rashid entre sus brazos, pero que has hecho amigo?!

Preguntó sorprendido al ver aquella escena pues hacía mucho que no veía a Rashid interesado en alguna mujer y mucho menos tener ese tipo de contacto con el cuerpo de otra después de perder a su gran amor.

Te lo explico en el camino ahora vámonos, respondió Rashid al darse cuenta de que el aire se había inundado de un pestilente ese aroma era inconfundible sabía que se trataba de Willard.

Ansh arrancó el auto a toda velocidad sin insistir más, ¿Rashid hueles eso?

Rashid colocó el cuerpo de Gabriela a su lado y al dejar de tener contacto con su piel la membrana que cubría su cuerpo fue desapareciendo poco a poco dejando expuesta su piel desnuda era hermosa tanto que parecía hechizarlo en cuanto la miraba.

Se quitó su abrigo para cubrir su desnudes pues no quería que nadie más la viera en ese estado ni siquiera Ansh que era como si hermano, estaba en eso cuando un auto blindado se le cerró haciendo que Ansh girará el auto con brusquedad, ese movimiento sacó de aquel sueño profundo a Gabriela la cual volvió a ser aquella inocente niña que había conocido horas atrás.

¿Dónde estoy?

Preguntó desconcertada al ver a Rasgos delante de ella el cual estaba cargando su arma.

Estás a salvo Gabriela aunque no sé por cuánto tiempo Buer nos está persiguiendo lo malo aquí es que está amaneciendo y cómo podrás darte cuenta yo no puedo exponerme a los rayos de sol o terminaría muy mal.

Gabriela había visto eso en las películas de vampiros, ¿cómo puedo ayudarte?

Preguntó al ver cómo este bajaba la ventanilla del auto y comenzó a disparar, en tu estado dudo mucho que puedas ayudarme Gabriela solo mantente agachada en lo que salimos de este embrollo.

Un fuerte golpe impactó el auto de Rashid haciéndolos virar una vez más con brusquedad tanto que el cuerpo de Gabriela quedo desnudo entre los brazos de Rashid al no poder sostenerse.

¡Lo siento!

Ese pequeño detalle distrajo a Rashid y recibió dos impactos de bala no eran balas comunes y corrientes, eran de plata líquida un invento de Willard que utilizaba en contra de sus enemigos cuando estos se querían ir sin pagar las cuales lo hirieron en un hombro y en el pecho la plata comenzó a recorrer todo su cuerpo, pero aun así continuo disparando no podía permitir que Willard se llevará a Gabriela y si perdía el control eso era lo que pasaría.

Estaba tratando de concentrarse en aquel tiroteo cuando un fuerte y pesado golpe se escuchó encima del toldo del auto.

Era un imponente Vampiro envuelto en una espesa membrana de color negro y con forma de un aterrador monstruo el cual no se inmutó de recibir los rayos del sol directamente en su piel.

Rashid continuo disparando y por un momento sentía desfallecer, pero la angustia de poner en riesgo a Gabriela lo hizo sacar fuerzas de su flaqueza y cargo una vez más su arma apunta do al monstruo que estaba encima de su auto.

No dispares soy amigo, Gabriela es mi sobrina ahora llévatela lejos yo voy a cubrirlos, por cierto soy Derek hijo de Viper.

Fue lo único que dijo y Ansh metió toda la velocidad hasta el fondo y siguió su camino pues los rayos del sol habían quemado la piel de Rashid.

! Señorita puede cerrar la ventana por favor!

Gabriela hizo lo que aquel hombre le había pedido y trataba de cubrir las heridas de Rashid las cuales parecían supurar un líquido plateado.

Eso no lo ayudará en nada el necesita sangre fresca para poder recuperarse un poco.

Gabriela no entendía a qué se refería aquel hombre el cual evitaba mírala por el retrovisor, eso era porque respetaba mucho a Rashid.

Si en verdad quieres ayudarlo dale un poco de tu sangre chiquilla solo así tendrá una oportunidad.

¿Pero qué tengo que hacer?

Preguntó Gabriela preocupada al ver que Rashid estaba más pálido de lo normal, Ansh se metió a un auto hotel de mala muerte, necesitaba llevar a Rashid a un lugar oscuro para que pudiera recuperarse sin ser molestado.

Bajó del auto y tomo a Rashid entre sus brazos, vas a estar bien hermano eso te lo juro, dijo Ansh mientras cargaba a Rashid, tú vienes con nosotros chiquilla mi jefe necesita de tu sangre en estos momentos y se lo debes, ya que te salvó la vida si no me equivoco o de lo contrario jamás tendrías la oportunidad de estar con alguien como él.

Gabriela asintió con la cabeza y bajó del auto para ir detrás de aquel hombre delgado de piel pálida cubrió su desnudes con el abrigo de Rashid y entraron al cuarto de aquel hotel. Ansh desnudo el torso de Rashid para ver el daño de aquellas balas y el líquido se había dispersado en un buen tramo de su piel dejando una marca espantosa.

Dime qué es lo que tengo que hacer y lo haré, dijo Gabriela al ver el estado en el que se encontraba Rashid, solo acerca tu cuello a sus labios y él sabe que tiene que hacer, pero antes de que lo hagas necesito preguntarte algo.

¿Estás segura de que en verdad quieres ayudarlo?

Por supuesto que si, si él me rescató de aquel lugar es lo menos que puedo hacer respondió Gabriela mientras acercaba su cuello a los labios de Rashid.

Muy bien entonces los dejo solos, no sé que puede pasar cuando él beba de tu sangre, ya que todo esté tiempo se ha estado alimentando de sangre sintética y la verdad no quiero interponerme en su camino si pierde el control.

Pensaba Ansh en su interior y salió de la habitación, al no saber nada de aquella chiquilla se imaginó que Rashid la había salvado por lástima, ya que como mujer era imposible que se sintiera atraído pues era solo una niña además de ser una simple humana, seguramente la salvó por el recuerdo de su gran amor.

Recargó su cuerpo en la puerta de la habitación en espera de que Rashid hiciera lo suyo.

Rashid sentía como aquel líquido quemaba cada centímetro de su interior y se esparcía rápidamente y en cuanto sintió el acelerado palpitar del corazón de Gabriela en su delicada yugular sacó su lengua para saborear ese adictivo sabor y sin más clavó sus afilados colmillos la deseaba más allá de su estado físico él quería hacerla suya y en ese momento su cordura era nula la abrazo fuertemente mientras absorbía cada gota caliente de su elíxir de vida el cual al tocar su lengua lo hizo entrar en una excitación inigualable.

Gabriela soltó un gemido de dolor pues le estaba haciendo daño con su fuerte abrazo en cuestión de segundos aquel líquido plateado comenzó a salir del orificio de la piel de Rashid y este con más fuerzas giró el cuerpo quedando encima de Gabriela.

Sus ojos se encontraron y a pesar de que todo su cuerpo le gritaba que la hiciera suya, Rashid no quería hacerle daño, se adueñó de sus labios aún en contra de su propia voluntad era como si su cuerpo tuviera mente propia y se empeñara en hacerla suya.

Apretó fuertemente los puños y le suplicó que se alejara de él, por lo que más quieras Gabriela aléjate mí no creo poder contenerme y no quiero hacerte daño.

Gabriela había caído en el poder de su hipnosis al haberlo mirado fijamente a los ojos era obvio que al estar tan débil por esa generosa donación de sangre no podía moverse sin mencionar que el cuerpo de Rashid era bastante pesado para poder moverlo.

¡Vete Gabriela por favor!

Rashid estaba tratando de contener su deseo sexual y se giró para dejar libre el cuerpo de Gabriela, pero ella no se podía mover parecía estar en un trance que despertó en ella un deseo carnal por Rashid.

No sabía que le estaba ocurriendo era como si fuera una espectadora de lo que su cuerpo hacía pues este se había sentado arriba del cuerpo de Rashid y se adueñó de sus labios en un beso frenético lleno de lujuria pura.

¡Qué estás haciendo!

¿Acaso no te das cuenta de que trató de contenerme de no hacerte mía en este momento?

Hazlo quiero sentirte, respondió Gabriela pero Rashid hizo oídos sordos a esa petición y se alejó de ella sujeto la pequeña mesa de centro y la aventó contra la pared tratando de espantar a Gabriela y obligarla así a alejarse de él.

Rashid sabía que Ansh estaba fuera de la habitación así que no había problema de que ella saliera de la habitación él se encargaría de mantenerla a salvo mientras que él liberaba toda esa energía reprimida rompiendo unos cuantos objetos dentro de la habitación.