Maldito Valentín

Lía respiro hondo, sentada en la sala de espera, aun no le daban noticias de Liam, aquel abrazo fue interrumpido por Miranda y Alessandro; en el fondo lo agradeció que podría decirle a Valentín.

Este la observo del otro extremo de la sala, decidió quedarse a pesar de la insistencia de Miranda que afirmaba no tolerar las clínicas y no paraba de quejarse.

En su cabeza las palabras de Lía, se repetían una y otra vez.

-Gracias por salvar a mi hijo

Ella había hecho su vida, junto al hombre que trataba de consolarla.

Valentín detallo la escena con cuidado, el italiano trato varias veces de abrazarla, pero ella se retiró como si el contacto la quemara.

Sonrió tontamente, ver ese gesto lo llenaba de esperanzas, estúpidas sí, pero esperanzas al fin.

Lia aleteo sus pestañas temblorosas, empapadas de lágrimas y se puso de pie, quería alejarse, estaba tan furiosa que no sabría cómo reaccionar si él seguía insistiendo

-No sabía, me olvide de las almendras- eso fue la excusa patética\, su hijo por poco muere y esa fueron la palabra que pronuncio\, sin mostrar preocupación.

-Señorita, el medico la espera- una enfermera informo  y esta la siguió sin dudar

Valentín no pudo aguantar la curiosidad que lo carcomía y camino hasta Alessandro que murmuraba mientras caminaba de un lado a otro enojado

-Debe ser difícil no saber cómo está tu hijo, pero debes calmarte, de seguro el pequeño esta bien- trato de empatizar con el italiano, aunque su estómago parecía cerrarse y la garganta cercarse, ya no tenía nada por recuperar, era estúpido basar sus esperanzas en lo que parecía el enojo de una pareja preocupada.

-¿Mi que?- Alessandro levanto la vista y sonrió de costado- ¿ese niño?- señalo a la sala incrédulo

Valentín asintió y Miranda camino hacia ellos para escuchar la conversación.

-No, ese mocoso no es mi hijo, Gracias a Dios-suspiro aliviado-, mi hijo no sería tan inútil- negó y sonrió altanero

-¿Que dijiste?- Valentín rogo por el bien de ese hombre haber escuchado mal o no se podría contener

-Mira hermano, un consejo, - detallo coqueto el cuerpo de la pelirroja parada detrás del empresario- por mas buena que este la mujer, si viene con paquete ajeno, solo pasa o te sucederá lo mismo que a mi-

El modelo no lo vio venir y el puño derecho de Valentín dio directo en la quijada, arrojándolo al suelo- Maldito infeliz. Gruño lleno de ira

-Por Dios- Miranda chillo y cubrió sus labios  asustada, Valentín jamás actuó de  forma  violenta.

-¿Pero que te pasa?- bramo desde el suelo y como pudo se puso de pie limpiando la sangre que se colaba en la comisura del lado izquierdo

-Valentín- la voz de Lía lo saco de su enojo y sus ojos se encontramos- ¿Qué crees que haces?- ella traía unos papeles en la mano

-No sé qué le paso a este imbécil amor- guiño un ojo haciendo que, Valentín terminara por estallar

-Deberías ver con quién andas, si realmente te importa tu hijo- escupió enfurecido

-Eso lo tengo claro- la mano giro el rostro soberbio de Alessandro dejando a todos con la boca abierta

-Mi hijo no es un paquete idiota, y soy demasiada mujer para un cascaron vacío- los ojos negros de Lía destellaban fiereza había escuchado cada palabras-

Alessandro solo sujeto el rostro sin reaccionar, las palabras se las había tragado con aquel cachetazo sublime que le movió hasta los dientes.

-Tu- señalo a Valentín- no sabes qué tipo de madre soy- solo ella sabía cuánto amaba a su bebé- gracias por tu ayuda, pero no voy a permitir que te creas con derecho a juzgarme

-Vamos amor, por favor, no tenemos nada que hacer- Miranda lo jalo y lo saco del lugar.

Valentín no se resistió, solo diría cosas sin sentido y el reconocía que la distancia entre él y aquella mujer era por no decir las palabras correctas.

Dentro del lugar Lía giro sobre sus zapatillas azules, para ir a la habitación de su niño, pero el modelo la detuvo

-Nena, no podemos terminar- los labios lastimados se curvaron nerviosos, estar con ella le daba cierto status en el mundo de la moda.

Lía lo vio a los ojos incrédula, y quiso golpearse por perder  tanto tiempo con un idiota de tal dimensión- Hazme un favor- dijo con clama y el asintió como corderito pensado que logro su cometido

-Piérdete de mi vista a menos que quieras atención medica- amenazo y dio un paso haciendo que el castaño retrocediera, era como ver a un conejo rabioso asustar a un león.

Nada da más miedo que una madre dispuesta a todo por proteger a su hijo

-Estás loca-

-Claro, y por eso te sugiero que desaparezcas- dio media vuelta y se perdió en el pasillo dejándolo frio.

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Valentín conducía, perdido en sus pensamientos, recordaba una y otra vez la sensación de tener a Lía en sus brazos, esos hermosos ojos negros viéndolo

-Carajo- susurro golpeando el volante

-Tranquilo amor, no te preocupes, hay personas que no valoran la ayuda de otras-

Solo en ese momento, escuchando el sonido chillón de la voz de Miranda recordó que venía junto a él

- Hoy termine por confirmar\, nunca seré madre- abrió sus ojos y suspiro\, detallando sus largas uñas- es una responsabilidad que no estoy dispuestas a cargar- termino su monologo sin recibir un comentario. Eso la alentó a seguir

- Dedicaré todo mi tiempo a ti corazón- su mano acarició la nuca de Valentín que no apartaba la vista del camino\, pero este alejo el toque molesto

-Podrías hacer silencio, necesito concentrarme- la voz cargada de hastío abandono los labios.

Miranda se encogió de hombros y se acomodó en el asiento cerrando los ojos, supuso que estaba cansado.

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Habían llegado al departamento, el ingreso al baño y comenzó a ducharse, su mente repasaba la situación una y otra vez, de repente detuvo el agua recordando las palabras afiladas del italiano.

-…por mas buena que este la mujer, si viene con paquete ajeno, solo pasa o te sucederá lo mismo que a mi-

Sus manos fueron al rostro y lo restregó, el corazón comenzó a latir a gran velocidad

-No, eso no…- murmuro, como si todas las piezas hubieran encajado.

Su mente viajo seis años atrás, a la última vez que tuvo frente a él a Lia, y trago duro, como si hubiera descubierto uno de los mayores secretos.

Salió de la ducha con la toalla envuelta en la cintura, aun las gotas bajaban por sus pectorales marcados y tomo el celular para hablar con la única mujer que estaba seguro que no le mentiría.

📱📱Hola cariño- la voz de Lorna surgió a través de la línea- por fin te dignas a hablar con tu madre,

Hola mama, - camino hasta la cama y sentó en el borde- Por favor escúchame

-Val cariño- a voz sexi de Miranda lo hizo girar con el teléfono aun en el odio.

La pelirroja estaba con un juego de encaje súper pequeño que dejaba poco a la imaginación, parada en el umbral de la puerta, pero él solo negó y volvió a la conversación

-¿Esta Miranda contigo?- bufo molesta. Lorna no le tenía ningún aprecio a esa mujer, la tildaba como manipuladora y malcriada.

-Si mama, pero…

-Val por favor búscate algo mejor, esa mujer- continuo quejándose

-Sí, si mama, escúchame- dijo frustrado retirando su cabello, y limpio las gotas de agua que caían en su rostro.

-Estas bien, no te diré nada- hablo enojada Lorna- dime que necesitas

-Ella tuvo un hijo, ¿tú lo sabias?

-¿Lía?- pregunto Lorna

-Sí, mama ella- aclaro agotando su paciencia

-Valentín, ella… - El teléfono fue arrebatado y la llamada termino📱📱

-¡¡Pero que mierda!!… salto de la cama enfurecido al ver como Miranda arrojaba el teléfono al suelo

-No voy a permitir que me ignores, soy tu novia - grito furiosa- desde que llegamos a Milán no me has tocado un pelo y esto se acaba hoy- camino decidida acariciar el pecho fuerte, pero sus muñecas fueron sujetadas por el empresario.

-Estas loca, si crees que me manejaras como lo que haces con tu padre- grito enfurecido- no soy un muñeco al que manejas a tu antojo

-Val cariño- se sorprendió por reconocer la mirada cargada de enojo de su novio

-Solo déjame en paz- la soltó y camino hasta el teléfono, para recogerlo del suelo, lo bueno es que este no se rompió- volvió a marcarle a Lorna y salió del cuarto

Miranda inflo sus mejillas y se sentó como una nena consentida en la cama con los brazos cruzados.

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