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LOS RUTTHERFORD- FREDERIK RUTTHERFORD

LOS RUTTHERFORD- FREDERIK RUTTHERFORD

Status: En proceso
Genre:Romance / CEO / Mafia / Chico Malo
Popularitas:4.8k
Nilai: 5
nombre de autor: Gabriela Kienzler

Elizabeth es una mujer de veinte años con condiciones de vida precarias, luchando por sugir en una sociedad empeñada a darle la cara difícil de la moneda, trabaja y estudia en la universidad, tiene ua familia numerosa, su madre y sus hermanos, su padre los abandono cuando eran pequeños, por ende su madre siempre fue su apoyo.

Las cosas comienzan a ponerse mas difíciles para Elizabeth cuando una tarde normal de su dia a dia es secuestrada por unos traficantes, luego es llevada a una gran subasta realizada solo para los grandes magnates de la alta sociedad, con ella siendo la pieza principal de dicho evento. Su comprador resulta ser un hombre alto, de cuerpo fornido, quien promete liberarla luego de que esta le pague el costo de su compra con intereses incluidos, mientras el será su dueño.

NovelToon tiene autorización de Gabriela Kienzler para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPITULO 17

¿Cuánto había tomado?, no lo sabía, tampoco recordaba mucho del día anterior, la jaqueca no la dejaba pensar con claridad, su cuerpo se sentía adolorido, parecía como si un carro la hubiera chocado y se encontraba en terapia intensiva recuperándose, las sabanas eran cómodas, se sentían calientes, algo que no era normal, mayormente eran frías.

-          ¿ya estas despierta? – Dice Frederick acostado a su lado mientras observaba a la mujer

-          ¡Frederick! – dice sorprendida, saliendo de la cama como un gato asustado – que, que, ¿Qué haces aquí? – dice nerviosa.

-          ¿No lo recuerdas? – se levanta de la cama

-          Yo, yo – no podía recordar gran parte, solo recordaba bailar con Samanta, mientras la mujer le seguía dando trago tras trago, hasta que se relajó y comenzó a tomar libremente.

-          Si, imagino que no lo recuerdas – estaba sin camisa, con un mono de dormir – Esas son las consecuencias de beber tanto alcohol.

-          ¿Por qué estabas durmiendo en mi cama? – le pregunta, mientras evita mirarlo, sentía mucha vergüenza - ¿Por qué está vestido de esa forma?

-          Ahora te comportas tímida – sonríe – anoche no dejaste que me vistiera, tampoco me dejaste dormir en mi habitación.

-          Quiere decir, que ¿yo lo seduje? – Dios sentía tanta vergüenza que quería morir en ese mismo instante, ¿Cómo era posible todo eso?

-          Podría decirse que sí, lo hiciste – ríe

-          Entonces usted y yo – su rostro se sentía caliente

-          No, no hicimos lo que estás pensando – le dice acercándose a ella - pero si termine empapado de agua, con una mujer borracha quien no podía ni vestirse sola, además tampoco me dejo dormir en mi habitación – y probó mi resistencia toda la noche, aunque tal vez si se lo decía, no saldría de su habitación en todo el año, así que mejor se lo reservaría – yo ¿hice todo eso? – no podía creer la clase de comportamiento que había tenido

-          Entre otras cosas – sonríe – sin duda fuiste muy problemática – se sienta en el sofá frete a la cama – ahora, necesito aclarar ciertas cosas – le hace un ademan con la mano para que tome asiento.

-          ¿Qué sucede? – le dice mientras se sienta en la esquina de la cama frente a él.

-          ¿Tienes alguna inquietud que quieras preguntar? – le dice viéndola fijamente

-          No, no tengo nada que preguntar - ¿Cuál es tu relación con esa mujer?

-          ¿Está segura? – le dice sonriendo

-          Sí, estoy segura - ¿Por qué la besaste?

-          ¿No me mientes Elizabeth? - su mirada parecía rebuscar en los pensamientos de Elizabeth

-          No, ¿Por qué mentiría? - ¿Quién es ella y porque dejas que te toque?

-          Niña mentirosa – se levanta y se acerca – Sabes Elizabeth, hay una sola cosa que no puedes hacer – se lanza sobre ella, tirándola en la cama, sosteniendo sus manos sobre su cabeza -  y eso es mentirle a un mafioso – la besa introduciendo su lengua, saboreando cada parte de ella.

-          ¿Qué haces? – dice Elizabeth en el momento en que la dejo respirar.

-          Estas celosas de Rebecca, ¿no es así? – la vuelve a besar

-          No, no lo estoy – le dice, su corazón iba a estallar, su respiración era incontrolable

-          Mentirosa, tu boca dice lo opuesto a tus acciones- sonríe – borracha eras más sincera de lo que eres ahora – lame su cuello – dime algo, ¿quieres ser tú la que me complazca? – comienza a besar su clavícula, mientras la mujer se retorcía y gemía.

-          No, no quiero – sentía el aliento de Frederick en su cuello, incitándola a aceptar sus caricias.

-          ¿entonces no te molesta que me acueste con otra mujer? – la mira fijo a los ojos

-          No me molesta – le planta la mirada, mientras su cuerpo deseaba ser tocado más por ese hombre.

-          Te diré algo, Elizabeth – sonríe – Es mejor que dejes de jugar con el demonio – su mirada se pone seria – podría quemarte en el proceso – se levanta liberando a la mujer – soy un hombre, tengo necesidades carnales, si no puedes satisfacerlas, es mejor que te mantengas al margen – Elizabeth se sienta mirándolo – Soy un mafioso, no pienso en algo tan ridículo como los sentimientos – camina hacia la puerta – no te equivoques, yo no podría llegar a tener sentimientos hacia nadie, y tu solo tienes Estocolmo, no te confundas en la situación en la que estas – sale del sitio. Todo lo sucedido había sido un gran balde de agua fría para ella, no sabía que había sucedido el día anterior, pero sin duda alguna estupidez salió de su boca, dada la actitud del hombre, además de que el dolor en su pecho se hizo más grande, quería salir corriendo de allí, olvidar que alguna vez lo conoció, volver el tiempo atrás, antes de que el entrara en su vida.

Toda la situación con Elizabeth se le estaba saliendo de control, justo cuando se planteó alejarla para mantenerla segura, la noche anterior se dejó llevar por sus sentimientos, por suerte la mujer estaba tan ebria que no podía recordar nada de lo que había dicho, en el momento indicado recobro la cordura y solo la cuido, velando su sueño mientras ella solo lo abrazaba sin querer dejarlo ir. Debía solucionar esa situación lo antes posible, antes de perder la cordura y no tenga vuelta atrás.

Tres días transcurrieron de forma normal, la rutina de no verse siguió su curso, hasta que logro conseguir una solución práctica para ambos.

-          Te estaba esperando – le dice al verla por la mañana, estaba desayunando – siéntate – la mujer se sienta a la mesa.

-          ¿Qué es esto? – le dice al ver los documentos frente a ella - ¿otro contrato de deuda?

-          Ábrelo y léelo – le dice de forma seria

-          Es un folleto de una universidad, y una matrícula – Estaba a su nombre, ya estaba inscrita - ¿Qué significa esto?

-          Comenzaras a estudiar en una de las más prestigiosas universidades – de esa forma Elizabeth podría salir de allí, de lo contrario podría seguir adquiriendo sentimientos erróneos.

-          ¿Comenzare a estudiar? – dice sorprendida

-          La seguridad allí es sumamente estricta, además ya designé dos guardas espaldas que te seguirán día y noche, así que no hagas ninguna tontería - le dice, la mujer se veía feliz mientras veía los documentos.

-          Está bien – no podía dejar de pensar en que por fin podrá salir de allí y poder estudiar nuevamente.

-          Ya me tengo que ir – se levanta – desayuna, en la tarde vendré por ti para llevarte a conocer el lugar.

-          ¿Tú no terminaras de desayunar? – le dice

-          No, tengo asuntos que atender – suena el timbre y el guardia abre la puerta.

-          ¿Estás listo? – le dice Rebecca sonriendo

-          Si – le responde acercándose – te dije que no me vinieras a buscar hasta aquí – se para frente a la mujer mientras se coloca el saco.

-          Es aburrido esperar – sonríe y lo mira – siempre te colocas mal el cuello – levanta sus manos para acomodarlo, pero el hombre la detiene y se aparta.

-          Yo puedo hacerlo solo – sale del sitio

-          Vaya pero que frio eres – sale tras el hombre

Elizabeth se quedó allí, sentada a la mesa luego de ver aquella escena, pensó que su corazón se podría detener al ver que la mujer lo tocaba, pero él la detuvo, en ese momento sintió un gran alivio, pero al ver que se marchaban juntos, la invadió una gran tristeza. Quizás él tenga razón, ella debía alejarse lo más posible, antes de salir lastimada y quizás la universidad sea la mejor manera de darse cuenta del error en el que estaba al sentirse de esa forma.

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HILDA BENÍTEZ ALFONSO
me encanta Natalia esa es la actitud
Teresa Perez
excelente autora como seguiste Autora
Rocio Raymundo
Franchesca eso te paso por mala amiga
HILDA BENÍTEZ ALFONSO
me gusta esta muy buena sin tanto rodeo , ller es facil
Elizabeth Matheus
/Smile/
Elizabeth Matheus
muy buena novela 😄 felicidades pero quiero más capítulos
yari gabi: hola, gracias por el apoyo, subo capítulo todos los dias
total 1 replies
Alba Victoria
Es muy interesante y con los conflictos que afectan a nuestra sociedad.
Rocio Raymundo
ojalá puedan decirse en algún momento todo lo que sienten en verdad ambos
Aleida Rojas
Bueno
Rocio Raymundo
fedrerick arriésgate a amar a elizabeth ella está enamorada de ti realmente
Rocio Raymundo
Franchesca calenturienta quería aprovecharse de Frederick dormido
Rocio Raymundo
si Rebeca te besa que quieres que piense elizabeth haber dime
Rocio Raymundo
está borrachita Pero le dijo sus sentimientos el veremos que pasa
Rocio Raymundo
Elizabeth está enamorada Pero no seda cuenta que está celosa que pasara
Rocio Raymundo
estás celosa es eso
Rocio Raymundo
más capitulos de infarto. cada capítulo
Rocio Raymundo
que bueno que fue a rescatarla
Rocio Raymundo
pobre elizabeth a hora si sufrirá de verdad
Rocio Raymundo
que opción más le queda
Ismerai Montes Chavez
no pues que opciones , o con viejos o con el , que no hay tercera
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