Eres Mi Compañera De Clase, No Mi Madre. Pero Por Favor No Te Apartes De Mi Lado

El apartamento de Itsuki-kun irradiaba calma y serenidad cuando entré sigilosamente, tratando de no llamar la atención de los vecinos curiosos. Tomé la llave escondida detrás del macetero, una precaución habitual de Hina San para casos como este.

La luz del sol inundaba el espacio, iluminando cada rincón y dándole un aspecto acogedor. La sala estaba impecable, como era de esperar de Hina San y Yume san, quienes siempre mantenían todo en orden.

Al llegar a la habitación de Itsuki, me encontré con una escena que me conmovió profundamente. Itsuki-kun yacía dormido, solo con una camiseta sin mangas, revelando su pañal decorado con dibujos y líneas azules. El pañal estaba húmedo, indicando que había tenido un pequeño inconveniente durante la noche debido al calor.

Observé a Itsuki con ternura, reflexionando sobre nuestra relación y la peculiaridad de cuidar a un chico de quince años que aún luchaba con la incontinencia. Quería despertarlo, pero su aspecto vulnerable y angelical me conmovió.

**Yuki:** Itsuki kun, Itsuki kun.

Comencé a hablarle en voz baja, tratando de no asustarlo al aparecer de repente en su apartamento. Sin embargo, cuanto más intentaba despertarlo, más tierna se volvía la escena. Itsuki, con su cabello castaño y su rostro sereno, empezó a chuparse el pulgar mientras dormía plácidamente.

Una risa suave escapó de mis labios al verlo, una risa llena de cariño y complicidad. Era asombroso cómo Itsuki, a pesar de sus desafíos, conservaba esa inocencia y ternura que lo hacían único. En ese momento, me di cuenta de lo afortunada que era de poder cuidarlo y estar a su lado.

Itsuki-kun se movía inquieto en su sueño, y finalmente decidí rendirme en mi intento de despertarlo. Tomé asiento en la silla junto a su escritorio y observé cómo dormía, incapaz de apartar la mirada de su rostro sereno. Cada movimiento que hacía era como una melodía suave, acompañada por el crujido del pañal que lo envolvía.

Los minutos pasaban lentamente mientras me sumergía en mis pensamientos, concentrada en el chico dormido frente a mí. Itsuki-kun seguía profundamente dormido, ajeno a mi presencia en su habitación. Finalmente, después de unos cuarenta minutos, abrió sus ojos color miel, parpadeando lentamente mientras se adaptaba a la luz del día.

**Itsuki:** Yuki san.

Su voz era suave y adormilada, y pude ver cómo, al notar mi presencia, adoptaba una postura defensiva, intentando ocultar su pañal. Sin embargo, ya lo había visto, y él lo sabía.

**Yuki:** He estado aquí unos cuarenta minutos.

Respondí con calma, mientras buscaba en su armario una camiseta sin mangas limpia y un pañal fresco para él. Itsuki-kun parecía sorprendido por mi presencia en su habitación, pero yo simplemente seguía adelante con mi tarea de cuidar de él.

**Itsuki:** ¿Por qué no me despertaste?

Su pregunta revelaba su inocencia, y me recordaba la fragilidad de su situación. Lo miré con cariño, consciente de que mi papel como su niñera era protegerlo y cuidarlo, incluso en los momentos más íntimos y vulnerables.

**Yuki:** No quería interrumpir tu sueño. Ahora, vamos a darte un baño y te pondremos un pañal nuevo.

Hablé con autoridad, recordándole nuestro papel y compromiso mutuo. Sin duda, esta era una situación delicada, pero estaba determinada a hacer todo lo posible para que Itsuki-kun se sintiera seguro y cuidado en todo momento.

Tras darle un baño a Itsuki-kun y ponerle un pañal limpio, me disponía a dirigirme a la cocina cuando fui detenida por la voz de Itsuki.

**Itsuki:** Espera, ¿y mi pantalón?

Itsuki parecía incómodo de tener que caminar por la casa con solo una camiseta sin mangas que apenas ocultaba su pañal. Comprendiendo su incomodidad, decidí abordar el tema con delicadeza.

**Yuki:** Noté que estabas incómodo con el calor mientras dormías, así que sería mejor que anduvieras así por la casa para evitar que el sudor te pueda causar un sarpullido.

Mis palabras parecieron dejar a Itsuki sin palabras, y luego se dispuso a acompañarme hacia la sala. Después del desayuno, nos encontrábamos revisando nuestros teléfonos cuando Itsuki-kun estalló en risas por un video. Su sonrisa era contagiosa, pero pronto noté que la línea del pañal empezaba a tornarse azul. Itsuki había mojado su pañal de la risa.

**Yuki:** Parece que ese video te hizo reír mucho.

Pensé, observando la escena con una sonrisa mientras decidía si era necesario cambiarle el pañal. Recordé las palabras de Hina San, y una idea surgió en mi mente.

**Yuki:** Debo comprobar si su pañal puede aguantar más.

Decidí tocar la parte frontal del pañal de Itsuki, imitando lo que había visto hacer a muchas madres para verificar si sus hijos necesitaban un cambio. La situación me resultó incómoda, pero necesaria, y confirmé que el pañal estaba húmedo y caliente.

**Yuki:** Parece que sí necesita un cambio.

Con la cara enrojecida por lo que acababa de hacer, me dirigí a su habitación en busca de un pañal nuevo y toallitas húmedas. Al regresar a la sala, Itsuki seguía en el mismo lugar, absorto en su teléfono. Lo acosté en el sillón y comencé a cambiarle el pañal, notando cómo jugaba con mi cabello blanco.

**Yuki:** No puede tener un comportamiento más propio de un niño de dos años.

Pensé, enternecida por la escena. Después del cambio, decidí jugar con él usando mi cabello como incentivo, creando un momento hermoso y único entre nosotros. Sin embargo, la interrupción de Yume-san nos sacó de nuestra burbuja.

**Yume:** ¿Qué están haciendo?

Su voz estaba llena de estupefacción, y no pude evitar sentirme incómoda ante su mirada. Traté de explicar la situación, aunque mis palabras sonaban como una excusa barata.

**Yuki:** Estaba cambiándole el pañal a Itsuki y noté que estaba jugando con mi cabello, así que quise incentivarlo.

La incomodidad en el ambiente era palpable, pero Itsuki me detuvo antes de que pudiera escapar.

**Itsuki:** No te vayas.

Su voz estaba llena de cariño, y parecía que disfrutaba del trato que le estaba dando. Ante la propuesta de Yume-san de pasar la tarde juntos, acepté, aunque seguía sintiendo la tensión en el aire

La revelación de Yume-san arrojó luz sobre la situación, y de repente todo cobró sentido. Itsuki-kun estaba pasando por una regresión debido al trauma de perder a sus padres, y su mente recurría a este mecanismo de autodefensa para protegerse del mundo exterior. Era tanto conmovedor como desgarrador verlo en ese estado, pero al menos ahora entendíamos lo que estaba sucediendo.

**Yuki:** Entonces, estas regresiones ocurren cuando Itsuki procesa demasiada información de su entorno.

Mis palabras reflejaban mi asombro ante la complejidad de la mente de Itsuki, así como mi admiración por la forma en que su mente buscaba protegerlo del dolor y la confusión. Yume-san asintió con seriedad, demostrando que esta no era la primera vez que presenciaba una regresión en su hermano menor.

**Yume:** Sí, mi madre siempre nos ha explicado que es su forma de enfrentar el mundo cuando se siente abrumado. A veces pasa una vez al año, otras veces con menos frecuencia, pero siempre estamos preparados para ayudarlo a superarlo.

La mirada comprensiva de Yume-san revelaba el profundo amor y cuidado que sentía por su hermano, y su disposición a estar a su lado en los momentos difíciles. Me sentí agradecida de tenerla cerca para guiarnos a través de esta experiencia.

**Yuki:** Gracias por compartir esto conmigo, Yume-san. Ahora entiendo mejor lo que está sucediendo con Itsuki-kun.

Mi gratitud hacia Yume-san era genuina, ya que su conocimiento y apoyo nos ayudarían a enfrentar esta situación de una manera más comprensiva y amorosa. Con su ayuda, estaríamos mejor equipados para brindarle a Itsuki el cuidado y la atención que necesitaba durante sus regresiones.

La atmósfera de la habitación se llenó de una calidez reconfortante mientras Yume-san se retiraba, dejándome a solas con Itsuki-kun. Mis ojos se posaron en él, observándolo con ternura mientras se sumergía en el mundo de los videos en su teléfono. Sin embargo, sabía que aquello no era lo más beneficioso para él en ese momento.

**Yuki:** Itsuki-kun, eso hará daño a tu mente. Mejor miremos televisión juntos.

Con delicadeza, le retiré el teléfono de las manos, encontrándome con su mirada inocente y cautivadora. Sus ojos miel brillaban con una mezcla de curiosidad y afecto, como si estuviera descubriendo un nuevo mundo a través de mis palabras. El gesto que le arrancó una sonrisa tímida a su rostro no tuvo precio, y mi corazón se llenó de gratitud por la oportunidad de compartir aquel momento con él.

**Itsuki:** Mamá, te amo.

Las palabras de Itsuki-kun resonaron en el aire, envolviéndome en una mezcla de sorpresa y ternura. ¿Mamá? La revelación de que Itsuki-kun me veía como una figura materna me tomó por sorpresa, dejándome sin aliento. Aunque sabía que no era su madre, no pude evitar sentir una oleada de emoción al escuchar esas palabras saliendo de sus labios.

**Yuki:** Itsuki-kun...

Mis palabras se trabaron en mi garganta mientras luchaba por encontrar una respuesta adecuada. Sentí que mis mejillas se encendían ante la situación incómoda, pero su inocencia y su cariño me llenaban de una calidez reconfortante que no podía ignorar.

Decidí seguir su juego, al menos por el momento, para no perturbar su frágil equilibrio emocional. Lo abracé con ternura, permitiéndole acurrucarse en mi regazo mientras disfrutábamos juntos del programa de televisión. Cada momento compartido con Itsuki-kun era precioso y significativo, y me esforcé por aprovechar al máximo cada instante.

Mientras le acariciaba el cabello ondulado, me sumergí en la dulzura del momento, dejando que el mundo a nuestro alrededor se desvaneciera. Era un momento de conexión pura y genuina, una oportunidad para demostrarle a Itsuki-kun cuánto lo valoraba y lo cuidaba.

**Yuki:** ¿Qué haces aquí, Yume-san?

La voz de Yume-san me sacó de mi ensimismamiento, recordándome que estábamos siendo observados. Mi cara se llenó de rubor ante su mirada extraña, pero traté de mantener la compostura, esforzándome por ocultar mi vergüenza detrás de una sonrisa. Aunque la situación era inusual y algo incómoda, no podía evitar sentirme agradecida por la oportunidad de estar allí para Itsuki-kun, incluso si eso significaba enfrentar algunas situaciones embarazosas.