CHOQUE DE ORGULLOS.

Ricardo llegaba con Bernardo a la oficina de la constructora saludando a todos pero a Sofía no la miro.

Margarita: Deja de verlo así mujer, se dará cuenta.

Sofía: ¡Hay Margarita es tan guapo y Atractivo!

Margarita: Si pero el jamás se fijará en ti solo somos simples secretarias bueno tú eres su asistente.

Sofía: Yo sé que nunca se fijará en mí además sus hijas son celosas y lo cuidan mucho.

En la oficina Bernardo veía a Ricardo que tenía mil papeles sobre su escritorio y se veía nervioso él sabía por qué estaba así la respuesta era su hermosa y joven asistente.

Bernardo: ¿Quieres que te ayude?

Ricardo: Si por favor estoy buscando unos contratos con el señor Smith hoy viene por ellos y ya están firmados.

Bernardo habló por el intercomunicador.

Bernardo: Sofía puede venir por favor.

Sofía: Si señor Bernardo.

Ricardo: ¡Estás loco!

Bernardo: Oye solo te ayudará con ese contrato y a poner orden aquí eres un desastre.

Sofía: Me... me llamó señor Bernardo.

Bernardo: Ricardo está buscando los contratos de los Smith vendrán por ellos.

Sofía: Sí cla... claro señor están me permite señor salgado.

Sofía abre el cajón de la izquierda a Ricardo se le dificulta respirar está dándole la espalda y tiene un cuerpo trabajado, perfecto y tenía un perfecto panorama estaba sudando y si miembro ya lo delataba Bernardo al darse cuenta sonrió y le dijo a su amigo que fuera la baño a lavarse la cara y se tranquilizara.

Bernardo: Ricardo porque no vas al baño y te relajas un poco, tu amigo te está delatando h asustaras a la pobre muchacha si te ve ahí.

Ricardo: Idiota.

Sofía: Se siente mal señor Salgado.

Ricardo: No siga con su trabajo.

Sofía: Si quiere vuelvo después.

Bernardo: Si supiera que lo que quieres es tenerla en tu cama.

Ricardo: Ya basta, Bernardo tiene los documentos Sofía.

Sofía: Si señor son estos.

Ricardo: Sí y váyase.

Sofía: Con permiso.

Bernardo: Oye la hicisteis llorar.

Ricardo: ¿Qué me pasa con ella Bernardo?

Bernardo: La amas igual que ella a ti, Ricardo tus hijas ya están casadas y formaran una familia tienes derecho a rehacer tu vida y ser feliz.

Ricardo: ¿Sabes la edad que tiene?, es una niña.

Bernardo: Tonterías eso de la diferencia de edades ya no tiene importancia.

Seguían hablando y entró César que al ver a Sofía se quedó hechizado por ella.

César: Buenos días señorita, dígame dos cosas el señor Salgado ¿está?

Sofía: Si señor del Villar.

César: Y la otra cosa es ¿por qué es usted tan bella?

Sofía: Disculpe.

César: Vengo por unos contratos de la compañía Smith.

Sofía: A sí, el señor Salgado lo está esperando sígame.

César: Al fin del mundo te seguiría.

Ricardo: Adelante.

Sofía: El señor del Villar viene por los contratos de los Smith señor.

César: Buen dia Bernardo, señor Salgado.

Ricardo: Retírese, pasa César estos sin los contratos.

César está molesto por cómo trato a su asistente y comienza a revisar los contratos.

Ricardo: Ya todos están firmados.

César: Si gracias sé leer, está todo en orden me retiró dígale a Manuel que iniciamos lo de su proyecto está semana que me llame por favor con permiso.

Ricardo: Estúpido.

Ricardo deja un poco la puerta abierta y escucha que la invita a salir y eso él no lo puede permitir.

César: Hola hermosa.

Sofía: Ya terminó señor.

César: Bueno casi, ¿a qué hora sale?

Margarita: Sale a las cinco señor del Villar.

Sofía: Sí a las cinco.

César: Perfecto paso por ti para invitarte un café, una nieve una cena tal vez.

Margarita: Gracias señor Sofía vive sola y me preocupa que no se divierta.

César: A pues soy el indicado, aceptas la salida de hoy.

Sofía: Gracias, quiero decir sí aceptó.

César: Excelente vengo por ti a las cinco preciosa.

Sofía: Si hasta las cinco.

Sale César y minutos después sale Bernardo a su oficina.

Bernardo: Me voy a mi oficina y piensa en lo que hablamos.

Ricardo: No saldrás con ella César del Villar, muchachito idiota y de eso me encargo yo.