EL HIJO DEL CEO:
Los caminos de la vida no son como uno quiere y desea.
Conocí a Étienne en un crucero por las Bahamas, nos hicimos novios desde la distancia. Lo que no sabía que él era un hombre comprometido.
Mis padres me obligaron a casarme con Sebastián Montenegro, el hijo del CEO más importante de Los Ángeles. Me casé sin amor pero con su dedicación me terminé enamorando de él. Sebastián tenía una doble vida.
Me divorcié de Sebastian estando embarazada de él.
Mis padres me envía a Roma donde vivo con Cecilia y su hijo Joan. Joan queda enamorado de Ariana al verla la primera vez.
Sebastián tuvo un accidente donde lo declaran con muerte cerebral.
¿Cómo crees que terminara esta historia llena de muchas lágrimas?
¿Será que Joan logré conquistar el corazón adolorido de Ariana?
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UN BESO CONFUSO
JOAN
Me encontré en los pasillos a Ariana.
— Hola Ariana. José está grande.
— Hola Joan. Si que lo está.
— ¿Haz estado bien?
— Si.
— Desde esa vez que hablamos no lo volvimos hacer. Siempre me preguntaba qué tal te estaba yendo.
— Bien. Escuché que sales con alguien.
— Mi mamá quiere que me enganche con alguien que a ella le gusta pero....— Guardé silencio y la vi a sus ojos— ella es bonita.
— Me alegro por ti. Me voy a mi cuarto. Pasa buenas noches.
Ariana dio la vuelta para ir a su cuarto cuando por impulso tomé su mano, volteé y nos quedamos viendo por unos minutos.
— Perdón. Solo quería decirte buenas noches.
— Está bien. Buenas noches Joan.
Volver a ver a Ariana, me ha movido un poco. Ella sin duda alguna me sigue gustando pero con ella siento que no hay oportunidad de nada.
He salido un par de veces con una chica que mi mamá me quiere meter hasta por la sopa pero con ella no siento esa conexión, no siento nada, la respeto, es agradable pero nada más.
Siendo un poco atrevido de pensamiento, quiero ir abrazar a Ariana y decirle que me sigue gustando pero no sé y me pregunto, ¿Qué me detiene a hacerlo? Siempre fui intrépido con ella. Le decía a cada rato que me gustaba.
Me fui a mi cuarto y me acerqué a la ventana a observar el cielo, ver el cielo me produjo tantos pensamientos. ¿Continúo con mis citas con Grace con el fin de complacer a mi madre o doy rienda suelta a este sentimiento por Ariana?
A la mañana siguiente cuando me preparaba para salir a correr a esos como a las 8 de la mañana me encontré con Ariana en el jardín.
— Buenos días. ¿Dónde dejaste a José?
— Está con mi mamá. Mis padres saldrán con tu mamá y piensan llevar a José.
— ¿Y tú?
— Quería ir al coliseo pero está cerrado así que voy a ir al palacio Barberini. No quiero cansar a José.
— Si gusta te acompaño. ¿Puedo ser tu guía hoy?
— Mmm. Esta bien. Salgo a las 9.
— Entonces voy a cambiarme. Gracias Ariana.
Salir con Ariana me puso feliz. Con ella experimentaba esa sensación de bienestar y felicidad, esa sensación que no podía sentir con Grace.
Subí a mi cuarto y me alisté. Bajé nuevamente al jardín.
— Bueno, ya estoy listo.
— Rápido. Bueno si quieres nos vamos.
— Nos vamos en mi auto. Llegaremos antes de las 9.
Llegamos al palacio Barberini, habían muchos turistas. Ella empezó a tomar fotos.
— Es realmente hermoso. ¿Nos tomamos una foto?
— Está bien Ariana.
Recorrimos el lugar.
— Antes que regresemos a casa podemos comer algo. Haríamos una pequeña desviación.
— No, tranquilo. Vamos a casa.
— ¿Podemos ir a Ostia?
— ¿Ostia?
— Nuestro mar. Estamos más o menos a 30 km.
— Esa idea me gusta.
— Pasemos antes comprando algo de comida y vamos a Ostia.
Compramos comida en el supermercado. Durante el viaje, Ariana fue en silencio. Llegamos a Ostia.
— ¡Qué hermoso es!
Ariana se bajó del auto y caminó a la arena. Yo la seguí.
— Es tan hermoso como tú— le expresé.
— No hagas esto Joan.
— ¿Hacer qué? Decirte que eres hermosa. Me sigues gustando.
— Quiero irme a casa.
Le tomé las manos.
— Solo observa un poco más. No diré nada.
Ella se quedó paralizada. Miró mis manos. Sentí ese impulso y la abracé. Quedamos en silencio.
— Ariana perdón por todo. Todo el año que pasó traté de olvidarte pero era como si mis sentimientos luchaban por mantenerse. Estoy enamorado, yo te amo.
— Lo siento Joan. No puedo corresponderte.
— ¿No puedes o no quieres?
— No puedo. Además tú estás saliendo con alguien.
— Si hemos salidos pero no somos pareja ni novios ni nada. Es mi madre que quiere pero yo no la amo. Si tan solo me dieras una pequeña oportunidad, la dejo de ver.
Ella me empujó para soltarse.
— Esto no está bien.
La tomé por la cintura y no me contuve, la besé. Ella me empujó con fuerza.
— No lo vuelvas hacer.
Ariana empezó a caminar al auto. Miré el infinito del mar, su color azul cielo, es embriagador. Me senté en la arena por unos minutos. ¿Qué hice con Ariana? Ella debe odiarme.
— Vámonos. ¿ Por qué te sientas en la arena?—Ariana se había regresado.
— Ya nos vamos. Solo dame un minuto. No vengo a menudo a estos lugares, siempre estoy trabajando. Perdón por lo de antes.
Me puse de pie .
—No me odies por lo que hice. Es mucho pedir para ti una oportunidad. Ese beso me ha dejado claro lo que quiero y te quiero a ti.
— Si no quieres irte, quédate. Yo empezaré a caminar.
La abracé por detrás.
— Te amo— Me puse enfrente de ella— ¿Qué hay de malo conmigo?
— No hay nada malo contigo pero no te amo.
— Solo una oportunidad, es lo que pido. Si no logro cambiar eso, me olvidaré definitivamente de ti.
— Estoy confundida. Vine a este viaje por mis padres, sabía que si venía esto iba a ocurrir, lo predije y está pasando.
— No sentiste nada con el beso.
— No lo sé. ¿Por qué haces esto?
La volví a besar. Ella respondió a mi beso.
— Dime qué no sentiste nada— la volví a besar.
— Joan.
— No te voy a soltar hasta que me digas que sí me das una oportunidad.
— Quiero que me entiendas que estoy confundida. No se qué quiero, no se lo que siento. No me presiones.
— ¿Si o si?
— No lo sé.
Tomé la mano de Ariana. La llevé al auto.
— Es hora de irnos.
En el auto. Le miré fijamente.
— Está decidido. Voy a hacer que te enamores de mi. Es momento de dejar el miedo y seguir mis sentimientos. Yo te amo y haré mi intento. Si no logro hacer que te enamores de mi por lo menos se que di todo. Y no me quedaré con el que pude hacer algo y no lo hice. Si no me arriesgo no sabré si lo lograré. Lo único que sé es que te amo.
Ella no dijo nada. Conduje hasta la casa.