En La Oscuridad

Desde la cima de un edificio en el centro de la ciudad Adara observo a la niña que caminaba de la mano de su madre, su cabello dorado era elevado por el viento.

Él otoñó había comenzado y las ráfagas de viento levantaban las hojas caídas. La madre ajena a lo que pasaría no le prestaba atención a lo que su hija le contaba.

La demonio cerró los ojos repitiendo de nuevo en su mente aquella visión qué había tenido mientras intentaba comer por la mañana, quería ignorarla cómo había hecho los últimos días. Pero al ver a la pequeña qué no llegaba a tener más de 5 años no pudo quedarse cruzada de brazos. Y allí se encontraba siguiendo aquel instinto que dijo no querer seguir.

El viento enredó una vez más si cabello y Adara hecho sobre su cabeza la capucha de su chaqueta de cuero, la tela le cubrió hasta los ojos, dejo que su cuerpo callera desde las alturas hasta que sus pies tocaron el piso con una elegancia qué había perfeccionado con los años, caminó siguiendo el rastro de la niña entre los humanos.

Unos cuantos metros más adelante, un conjunto residencial le dio la bienvenida, Adara recorrió las calles a una distancia de varios metros por detrás de madre he hija.

- ¿Mami puedo ir a jugar como lissi? -

"no , dile que no"

La demonio se detuvo cuándo la madre aun ignorando a su hija saco su teléfono para responder una llamada.

- mamá - insistió la niña -¿puedo ir? - su madre asintió y ese gestó hizo saltar a la niña de felicidad que sin dudarlo corrió para pasar la callé y entrar a la casa de en frente

Adara se pasó la mano por el rostro y suspiro frustrada.

- estúpida inútil - gruñó molesta - esa es la manera en como cuidas a tu hija - quería gritarle pero sabía qué aquella mujer no podia verla. - esperó verte pronto en el infierno - cruzó la callé y sin esperar entró a la casa.

Un demonio de baja clase sonría mientras el pequeño cuerpo de la niña era maltratado por aquel hombre, los ojos del demonio por un instante se separaron de escena y se detuvieron en ella, el demonio inclinó un poco su rostro a un lado al no reconocer la figura qué tenía frente a él.

-¿quién eres?- su gruesa voz resonó en la habitación dándole a Adara la sensación de estar en casa.

- vengo por ella - avanzo hacía él - es mía -

- no la dejaré ir - la demonio se encogió de hombros y se echo la capa que cubría su rostro sobre la espalda.

- he dicho - la voz gutural resonó más fuerte qué la anterior - qué es mía - el demonio se sorprendió cuándo Adara lo clavó sobre la pared con sus alas.

Los pequeños gritos de la niña fueron opacados por los gruñidos del demonio, Adara sin perder tiempo creo un portal y lo lanzó dentro no sin antes retirarle el reloj de arena de la niña.

Adara miró el reloj y lo apretó con fuerza ya estaba casi vacío solo algunos granos quedaban dentro, se acercó al hombre que miraba a la pequeña con una gran sonrisa, disfrutaba su obra.

Adara miró a la pequeña qué a duras penas lograba respirar, Entonces los ojos de la niña se clavaron en ella antes de cerrarse.

- ¿estoy muerta? - la voz de la niña la hizo girar el rostro. La pequeña alma de la niña estaba ahora a su lado.

- lo estás -

- Eres mi ángel de la guarda -

- no-

- entonces ¿quién eres?- los ojos de la niña ahora opacos la miraron esperando una respuesta.

- yo...- adara suspiró y la miro fijamente a los ojos - soy tu transportadora -

- Y ¿qué debes hacer? - preguntó con curiosidad la niña.

- debo llevarte -

- ¿a dónde? - adara miró al hombre qué aún seguía jugando con el cuerpito de la niña cómo si fuera una muñeca.

- Eso, no lo sé eres a la primera qué transporto - la niña sonrió como si acabará de ganarse un premio.

- soy la primera , si por fin soy la primera en algo. Lissi siempre es la primera en todo en nuestra clase - la niña se quedó callada de repente y miró hacia dónde ahora estaba su cuerpo inerte ahora siendo profanado por un hombre al que alguna vez llamo tío. - le gané - dijo en voz bajá - me dijo lloraría, pero no hice - mira a Adara y le sonríe - lissi si lloró yo no lo hice, soy una niña grande y las

niñas grandes no lloran - el orgullo en la voz de la pequeña hizo que Adara tragara saliva.

- espera un momento aquí, debo hacer algo - le informo a la niña y esta asintió.

Se acercó al hombre el cual disfrutaba de su víctima, el cuerpo de la pequeña estaba totalmente flácido y solo se movía al ritmo de los movimientos del hombre, mientras se acercaba al hombre formó un selló en su mano y lo estampo en la frente del hombre, este se detuvo por un momento y sacudió la cabeza.

La demonio sonrió al ver cómo la Cruz invertida se dibujaba en la frente del hombre, pronto vendrían por él lástima qué tendría él privilegió de ser ella quién lo arrastrará hasta el infierno.

Se giró, la pequeña seguía donde la había dejado .

- vámos debemos irnos - la tomó de la mano y juntas salieron al exterior. El viento elevó el cabello de la pequeña y esta sonrió.

- no eres cómo nos dijeron en la iglesia -

- y como debo ser, según tú iglesia-

- debés tener alas -

- las tengo - desplegó sus alas y un grito de asombro salió de la niña

- son muy grandes - extendió los brazos - son muy lindas - adara negó mientras las guardaba de nuevo.

- vámos debemos llevarte a algún lugar -

- ¿y a dónde la llevaras - adara escucho la extraña voz detrás de ellas y se giró cubriendo a la pequeña detrás de ella.

-¿ Quién eres? - la chica frente a ella sonrió mostrando una hilera blanca de dientes afilados.

- soy tu recicladora - le hizo una reverencia - princesa Adara, permítame presentarme mi nombre es nous y a partir de hoy estaré a su servicio - le extendió un recipiente igual al que robo tiempo atrás. - debe depositar el alma de la pequeña dentro, yo la llevaré hacia su lugar de reposo. -

- ¿como se que no me mientes? - la pequeña apretó las piernas de adara y esta la sujeto mejor, nadie se la llevaría si le estaban Mintiendo.

La chica frente a ella trono sus dedos y las tres aparecieron en un lugar parecido a una biblioteca, pero las estanterías estaban vacías, la chica comenzó a caminar y le hizo una seña a la princesa pará qué la siguiera.

- esté es tu depósito - señalo el lugar con las manos - es aquí dónde tus almas recolectadas descansaron hasta el dia del juicio - se detuvo en una estantería y señaló un lugar - es su lugar - el nombré de Asli Sander se dibujaba frente a ellas.

- es mi nombre - señaló la pequeña.

- ¿segura? - le preguntó mientras la veía asentir. - ¿cómo lo hago? No sé hacerlo.- confesó mirando a nous y está le sonrió.

- solo debes invitarla a entrar, no la presiones, es tu Don con el tiempo sabes manejarlo con facilidad- adara asintió y se agachó frente a la niña.

- vámos - le ofreció la mano - descansarás aquí señaló el lugar - yo vendré a verte no estará sola.- la pequeña la miró le sonrió.

- Gracias por ayudarme, ya no me duele - dicho esto la pequeña comenzó a desvanecerse hasta sé solo era una pequeña luz que con facilidad entró en el recipiente.

Con fuerza adara lo apretó en su mano, unas pequeñas flores se dibujaron en el cristal del recipiente dejando a la recicladora sorprendida.

- nunca había visto eso - señaló

- ¿qué? -

- la marcaste en dirección al jardín, la pequeña...- abrió muchos los ojos y dio un paso atrás - mi señor - hizo una reverencia y Adara no la entendió hasta una sombra se detuvo detras de ella.

- ¿Que carajos quiere? - coloco el recipiente en dónde debía estar y pasó su mano el cristal qué sellaba la estantería dejando el grabado de flores sobre el vidrio. se giró y vió como el príncipe desmon observaba el lugar donde ahora descansaba el alma de la pequeña.

- hiciste tú primer trabajo sola - comentó lo qué por lógica Adara ya sabía. - buen trabajo - Adara miró a nous y está seguía con la cabeza bajá.

-¿ tú le informaste? -

- no princesa, yo solo le sirvo a usted la parca tiene sus propios recicladores - la chica mantuvo la cabeza baja mientras hablaba.

- Ella no me informó nada Adara, sólo sentí lo que hiciste - la princesa lo miró sin ninguna expresión en su rostro. - marcaste a la niña para entras en el jardín de las almas , no tendrá que esperar a ser juzgada - el resoplido qué salió de su boca hizo qué nous alzará el rostro.

- juzgada , que crímen podría haber cometido esa pequeña niña, hasta yo que creci dentro del infierno entiendo que es una víctima - comenzó a caminar mientras dejaba detrás a sus acompañantes.

- es la ley - el príncipe la alcanzó.

- ¡ahss! Una estupidez es lo es. Ahora, - se detuvo y lo miro de frente logrando que nous casi callera al ver la mirada de asesina qué le dió al hombre. - la parte de no te quiero volver a ver¿ la olvidaste? -

- no...no lo lamento princesa. - dio un paso atrás para alejarse de ella - sólo creí qué talvez necesitarias de mi ayuda.

- la princesa adara puede sola - comentó nous.

- medí cuenta .-

A.C