Esta historia nos adentrará a un mundo mágico dónde los vampiros y los lobos acompañados de seres mágicos se enfrentarán una vez más por recuperar el poder y el amor.
Belfegor y Liz han tomado la decisión de llevar una vida tranquila y lo más normal posible, ya que su hija la pequeña Gabriela no volvió a dar señas de poseer poder alguno y decidieron que viviría cómo un humano cualquiera sin preocuparse por demonios ni brujas.
Juntos partieron hacía Washington para dar inicio a una nueva vida sin imaginar que en ese lugar su hija conocerá a su gran amor el cual la llevará al extremo del bien y el mal
Acompáñame a descubrir los secretos de esta nueva historia.
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#16. ANGEL O DEMONIO.
Naím observaba en silencio a aquella chiquilla que caminaba hacía él altanera y segura de si misma sin saber que se estaba metiendo con el hombre equivocado y lo lamentaría por el resto de sus días, pensó antes de responderle.
He pagado un precio muy alto por ellas así que no tengo por qué rendirle cuentas a nadie de lo que hago o no con mis pertenencias y como bien lo dijiste, sí yo soy el anfitrión de esta fiesta y espero que sepas muy bien lo que estás haciendo muchachita o de lo contrario...
¿O de lo contrario que?
Interrumpió Belfegor al ver que aquel hombre estaba amenazando a su hija, tal parece que aún no te has dado cuenta con quién estás hablando, dijo Belfegor enojado por esa falta de respeto pues esperaba que al darse cuenta de quien se trataba Naím lo tratará con el debido respeto, pero para Naím, Belfegor había pasado a ser un ser sin valor al haberse olvidado de su papel por una mujer.
Naim fue educado por el patriarcado donde el hombre jamás renuncia a su puesto por el amor de una mujer al contrario se pone en pie, firme para defender a su Clan y a su familia y adoptó el lema de dimites o peleas no había otra opción.
Así que sin temor alguno respondió a la pregunta de Belfegor, o de lo contrario tendrá que pagar las consecuencias de sus actos que no se te olvide que incluso ella me pertenece dijo Naím tratando de contener su furia al ser tratado con tanta falta de respeto al ver semejante atrevimiento por parte de aquel demonio, ya que él no era un simple vagabundo cualquiera, él era un rey y el jefe de un clan antiguo y muy poderoso y una insignificante jovencita no iba a venir a ponerlo en ridículo delante de todos sus invitados.
Aunque al verla más de cerca se dio cuenta de que era de todo menos insignificante, estaba tan llena de vida y juventud además de poseer una belleza incomparable nunca en su larga vida había conocido a alguien como ella y en ese momento decidió que no se la cedería a su hijo esa mujercita sería suya y él la pondría en el lugar que le corresponde para enseñarle que nadie se mete con los Jeques del desierto.
Gabriela detuvo su andar hasta quedar frente a su padre el cual en ese momento ya era un completo desconocido para ella su raciocinio era nulo en cuanto a familia se refería, ya que para ella el único lazo lo sentía desde que hizo contacto con Rashid y era el único en su mente.
No necesito que me defiendas yo sola puedo con él y con todos los que están aquí presentes.
Dijo Gabriela señalando a todos los presentes los cuales se sintieron ofendidos por su atrevimiento y voltearon a ver a Rashid el cual hacía unos minutos la había reclamado como suya delante de todos.
¡Esto si que es una falta de respeto tío!
Jamás en toda mi vida me imaginé ver con mis propios ojos que una mujer se burlará de ti delante de todo el gremio.
Dijo Bashir tratando de desatar la furia de su tío y así arruinarle los planes a su primo, era obvio que jamás permitiría que Rashid tuviera a una mujer a su lado y mucho menos a alguien como Gabriela, pues sabía que si Rashid llegaba a emparejarse con ella perdería su oportunidad de subir al trono así que haría hasta lo imposible por provocar una pelea entre su tío y Rashid.
¿Acaso no vas a hacer nada tío?
Belfegor no podía creer lo que estaba escuchando de la boca de su hija esa palabras y determinación lo habían tomado por sorpresa al igual que a su madre, ya que ella no tenía poderes incluso ahora en ese momento no podía sentir ningún cambió en su energía.
¡Gabriela mi amor por favor vámonos de aquí!
Suplico Liz, no es necesario que te rebajes con este hombre.
Naím ya se había adelantado a todo llamando a los integrantes de su clan que viajaban con él, no solo era uno de los clanes más antiguos era uno de los más poderosos y sanguinarios era por eso mismo que no tuvo la necesidad de inclinarse ante ningún anazo él era libre dueño y señor de conocimientos antiguos y de un poder que hacía mucho no se veía pues fueron de los vampiros originales en engendrar hijos propios de un linaje superior al de Viper el cual se convirtió gracias a la mordida de un vampiro.
Esto lo hacía más temible que cualquiera incluso, Viper le merecía respeto por ser quien era además de que siempre se había respetado el acuerdo de no agresión entre clanes y hasta ese momento Naím lo había respetado al igual que Viper.
Gabriela en ese momento no era la misma jovencita tierna y amorosa a la cual habían criado sus padres con amor y respeto ella estaba en un sueño profundo y aunque no tenía idea de lo que podía hacer sabía que nadie podría detenerla y estaba lista para probar cuáles eran sus límites.
No es una mujer cualquiera a la que estás amenazando Naím, ella es mi hija.
Grito Belfegor interponiéndose una vez más entre su hija y aquel vampiro ignorando las palabras de Gabriela, Naim no dudó en mostrar sus afilados colmillos.
¡Vamos a casa mi amor!
Suplico Liz una vez más al ver el estado en el que se encontraba su hija no mostraba ninguna señal de algún poder sobrenatural era más bien como si estuviera poseída por un...
¡Demonio!
¡No puede ser cuando ella nació ella era un Ángel!
¿Cómo puede ser ésto posible.
Pensó Liz en su interior su cabeza comenzó a dar mil vueltas pues por un momento recordó que había leído algo similar en algún libro en casa de su tía Kat pero no recordaba de que trataba.
¡Maldita sea Liz tienes que recordar!
Gabriela ya se había fastidiado de la reacción de aquellas personas pues en ese momento ya no las reconocía como padres al parecer mientras más tiempo pasará en su forma demoníaca era menos consciente de quién era en realidad y la feria que había en su interior le gritaba que la dejará salir.
Amoymon veía a Gabriela e intentó acercarse a ella pero está pareció leer sus pensamientos llévate a las chicas y devuélvelas a su hogar, dijo Gabriela al darse cuenta de que todas estaban marcadas en alguna parte de su cuerpo era extraño pues no sé había percatado de ello anteriormente así que echo un vistazo rápido en su cuerpo y sí ahí estaba la marca en uno de sus pies.
Eso la hizo enfurecer aún más pues con que derecho ese maldito las había marcado como si fueran animales, giro la mirada inmediatamente hacia Buer y en efecto el sonreía al ver que ella ya se había dado cuenta de su artimaña.
No podrás escapar de mi fierecilla, siempre voy a poder encontrarlas, todas ustedes me pertenecen y no me importa si son niñas, mujeres y si son buenas o malas para mí son mercancía a la cual le puedo sacar mucho provecho.
Grito Buer al ver que tenía en su poder a aquella chiquilla.
Busca a la tía Kat y pídele ayuda para que puedan salvarlas le dijo Gabriela a Amoymon, está vez no le estaba hablando al tío ella le estaba dando una orden y Amoymon asintió con la cabeza y en un movimiento ágil casi imperceptible incluso para los ojos de los seres mágicos tomo a todas las chicas y desapareció del lugar ignorando por completo que Belfegor se encontraba ahí.
No entendía por qué estaba reaccionando así ante la voz de Gabriela a pesar de que no era la misma voz , tenía cierto efecto en él que lo obligaba a obedecerla.
Belfegor no dijo nada y se limitó a observar a su hija necesitaba saber que era lo que estaba pasando con ella y nadie más que ella y Buer podían ver dicha marca y es que de eso se trataba ese hechizo donde el brujo o hechicero lanzaba una maldición de obediencia a sus enemigos en este caso Buer lo utilizaba con su mercancía para que nadie tomara nada sin pagar la fortuna que él pedía por ellas.
Una vez que era pagada la cuenta disolvía la maldición así como los contratos de sangre que hacía con sus fieles sirvientes.
Amoymon regreso por Amelia pues le había jurado a su madre que la regresaría sana y salva, pero Amelia se negó rotundamente pues no pensaba retroceder a sus planes menos ahora que estaba a punto de obtener lo que quería con la ayuda de Buer.
Lo siento, pero yo me quedaré con Buer, dijo a Amoymon cuando esté intentó tomarla de la mano.