Edward Sackler El CEO Cruel Y Despiadado

–Bueno no entiendo cuál es el problema, no porque no haya alguien a las 5 de la mañana en la empresa significa que se irá a la quiebra. Respondió Alice.

Edward se acercó a Alice invadiendo su espacio personal, –Como vas a ser un buen líder si llegas a las 8:30 cuando la entrada es a las 7, cómo pondrás el ejemplo al personal?. Preguntó Edward viendo fijamente a Alice esperando su respuesta. 

–Bueno tienes mucha suerte que aunque vayamos a ser un consorcio cada quién va a dirigir por cuenta propia lo que le pertenece y ahora si me permites necesito continuar con mis pendientes. Le dijo Alice a Edward notando que se acercaba más de lo necesario. 

–Me marcho para que puedas seguir revisando cifra por cifra de la empresa. Dijo Alice dándole la espalda y abriendo la puerta, pero al mismo momento Edward cerró la puerta de golpe impidiéndole que pudiera salir de la oficina.

–¿Qué carajos te sucede? Preguntó Alice muy molesta por su actitud infantil.

–No te he dicho que te puedes retirar. Dijo Edward en tono serio y molesto. –No necesito pedir tú permiso quién crees que eres para tratarme cómo a tus empleados? Alice respondió furiosa.

–¿Quién soy? (Edward sonrió sarcásticamente) tal vez el día de hoy no soy nadie para ti, pero mañana seremos marido y mujer para tú mala suerte y para que tengas ésto en cuenta en tú cabeza me haré cargo de ambas empresas y tú te dedicaras a tenerme listo todo lo que necesite en casa, a elegir tapetes y tapices para decorar o cualquier cosa que realice una esposa de verdad. Le respondió Edward con un tono de desprecio.

A Alice sus palabras le causaron mucha gracia y no pudo contener sus ganas de reírse fuertemente en su cara, cómo podría creer este patán que ella se quedaría en casa esperando a su llegada para ser atendido como rey. 

–Creo que realmente este compromiso te hizo perder la cabeza, nadie más que yo; Alice Smith va a manejar está empresa.

–Tu vas a hacer lo que yo te diga en cuanto firmamos el acta de matrimonio. Le respondió Edward acercándose demasiado de nuevo, intentando poner sus gruesos labios sobre el cuello de Alice.

Alice quién empezaba a ponerse nerviosa por su forma de actuar, habló. –No te atrevas a acercarte más de la cuenta Edward Sackler no te olvides que mi rodilla golpea bastante fuerte.

Edward recordó el rodillazo que Alice le había propinado en el restaurant ayer, gracias a esto bajó un poco la guardia y así Alice logró soltarse de su agarre para después salir de la oficina.

Alice salió lo más rápido que pudo de la oficina, pero se le notaba a kilómetros lo incómoda y molesta que estaba, intentaba caminar en dirección a su oficina cuándo se topó con su abuelo quién estaba acompañado de Mark su futuro suegro.

–Hola hija, ¿cómo estás? Preguntó su abuelo. Alice quién era tan transparente como el cristal más limpio de un edificio la cuál no podía esconder sus emociones le dijo a su abuelo.

–Jeff Smith no puedo creer que quieras que me case con un hombre tan demente, Edward Sackler está completamente desquiciado. Dijo Alice sin pensar las cosas y olvidando por completo que estaba presente el padre de su futuro esposo. 

–Bueno sin ánimos de ofender pero es la vdd. Dijo Alice intentando justificarse.

Mark voltea a ver a Jeff pensando para sí mismo que está -Vaya está chica si que le sacará canas verdes a mi hijo-. No pudo evitar externar una sonrisa al decirle a Alice. –Tranquila cariño mi hijo no es un hombre malo, es simplemente que te quiere asustar para que desistas del matrimonio.

–Bueno ustedes dos deberían de hablar con él. Con su permiso me retiro a mi oficina para terminar mis pendientes del día de hoy, Alice beso a su abuelo en la mejilla y estrechando la mano de Mark para despedirse.

–Anda hija ve, pero no te demores demasiado ya que hay cosas por hacer, le solicitó su abuelo.

Alice les regaló una sonrisa para finalizar con la despedida y marcharse a su oficina.