El Hijo De La Bruja Y La Hada.

Por supuesto que era imposible resistirse a esa pasión que surgía en sus cuerpos y pese a lo que dijo Liliam, ella ya estaba sobre la chaqueta de Uriel la cual estaba tendida sobre el pasto, Uriel había puesto una barrera por si alguien llegaba; los besos eran intensos como si quisieran devorarse el uno al otro, el camisón de Liliam había sido subido lo suficiente dejando expuestas sus piernas, mientras que las manos del azabache, amasan sus senos ya expuestos, hasta que rompe el beso y se inclina para lamer y chupar los pezones causando que Liliam deja salir un jadeo, ante esa sensación.

Ni ella misma se creía que estuviese dejándose llevar por el momento y es que aunque hayan diferencias, Uriel es un hombre bastante atractivo. El azabache se apresura a retirar todo el camisón dejando a la chica solo en bragas, ella no estaba siendo tímida, nunca lo fue en su vida anterior y ahora menos, incluso esta orgullosa de su cuerpo.

— Liliam...— le susurra al oído.

La voz exc*tada del príncipe la hizo estremecer. Luego fue sintiendo como besaba cada parte de su piel, bajando lentamente hasta su abdomen, mientras que sus bragas eran retiradas, para finalmente llegar entre sus piernas, Liliam se sobresalta al sentir le l*ngua ajena pasar entre sus suaves pliegues, la chica no puede evitar dejar salir un jadeo ante aquellas sensaciones que su cuerpo estaba sintiendo, Uriel era cuidadoso, tenía que prepararla bien, para que el acto fuera un goce para ambos. Liliam estaba gozando todo hasta alcanzar su primer clim*x, ante esto, Uriel se reincorpora relamiendo sus labios, mientras se posiciona entre sus piernas, Liliam lo observa quitarse la camisa, era todo un deleite observar a ese hombre, su cuerpo era una escultura como esas que encontraba en los museos, un cuerpo bien definido y sin exagerar, pero su vista se dirige más abajo; Uriel nota aquello lo que le hace sonreír de lado.

— ¿esperas ver esto? —

El azabache no dudo en exponerse ante Liliam, lo cual la hizo sonrojar al ver semejante paquete.

— por los dioses, no saldré caminando de aquí...— expreso sin pudor alguno.

Uriel no esperaba escuchar aquello, pero tuvo en leve sonrojo y mejor se inclina para darle un beso, el cual ella no dudo en corresponder, hasta sentir que iba adentrándose lentamente, hubo un leve dolor, pero, al sentir los movimientos, poco a poco se iba apaciguado, hasta sentir solo plac*r, ambos respiran con agitación, Uriel procura moverse con cuidado hasta notar que ella se había acostumbrado, por lo que fue más brusco, ambos estaban perdidos en el plac*r, sus cuerpos se deseaban el uno al otro y ahora estaban en total entrega, los movimientos estremecian a ambos, Uriel dejaba escuchar breves gruñidos y Liliam dejaba salir sus gemid*s mientras se aferra al cuerpo del azabache, rasgando la piel de su espalda, los movimientos eran intensos hasta alcanzar el clím*x. Aun con sus respiraciones agitadas, ambos sellaron todo con un beso, antes de continuar.

Liliam estaba ahí, sentada sobre aquella chaqueta, ya con el camisón puesto y perdida en sus pensamientos, no puede creer que hizo, con el príncipe ese que siempre la molesta, miro a su lado y él seguía dormido, pero aquella barrera aún seguía puesta alrededor de esa zona, lo cual es un alivió porque aquellos bandidos seguramente debieron estarlos buscando anoche, no recuerda ni en que momento se quedo dormida, solo recuerda ese momento en el que ella y Uriel hicieron de todo, se lleva las manos al rostro para cubrirse, que vergüenza, se ha rebajado a ser a una mujer de una noche, debe ser su karma porque nunca tomo en serio a los 2 novios que llego a tener en su vida pasada.

《Tranquila Liliam, si él dice que olvide lo que paso y que no fue nada, solo mantén la cabeza en alto y dile que la pasaste bien y te vas con la dignidad intacta.》

Asiente para si misma, no va dejar que un príncipe heredero se burle de ella.

— ¿que tanto piensas? ¿Alguna excusa para no hacerte responsable de mí?— Uriel muestra una sonrisa burlona.

— a...a este...n-no, no, yo solo pensaba que debemos irnos, seguramente mis padres estarán preocupados por mí...— ríe nerviosa.

— seguramente, salgamos de aquí...— Uriel se pone de pie recogiendo sus ropas.

Liliam no duda en observarlo, sin duda es un hombre con un cuerpo deseable. Liliam se apresura a ponerse de pie, pero sus piernas estaban aún cansadas y tratando de no caer se sostiene de la cadera del azabache quedando de rodillas ante él y justo en ese momento la barrera se rompe, siendo los marqueses quienes lo han roto, pero Alisa y los caballeros estaban ahí presentes, todos observando esa extraña escena, Uriel se quedo casi con la cara azul y Liliam ya estaba en pánico.

— n-no es lo que parece...yo...— Uriel no sabía ni que decir.

— que no cunda el pánico me haré responsable...— grita Liliam.

Todos han quedado en silencio, el cual se rompe cuando Alisa deja salir una carcajada ante la situación, ojalá Leonel estuviera para ver aquello, Uriel no sabe ni donde mirar y Liliam puede ver la mirada asesina de sus padres.

Ya en el palacio, los padres de Liliam estaban ante ella y Uriel, se veian bastante molestos debido a la situación en la que fueron encontrados, Alisa también estaba presente y trata de mantenerse tranquila.

— alteza ¿entiende en que situación quedará ahora mi hija? Todos los caballeros presentes presenciaron esa escena tan indecente.— habla el Marqués.

— y si paso o no algo, esto se sabrá por todos lados, sabe como es la sociedad, mi hija es quien sufrirá...— Lila en verdad estaba preocupada.

Liliam estaba por hablar pero Uriel se puso de pie haciendo una leve reverencia.

— entiendo perfectamente lo que dice y me haré responsable, me casaré con lady Liliam.—

Liliam se sobresalta y se pone de píe.

— no, no me casaré solo porque se quiera hacer responsable, mamá, no me interesa lo que digan, obligar a alguien a casarse conmigo, no resultará bien, no necesito que se haga responsable de nada.—

— pero si tú misma dijiste que te harías responsable ¿estas escapando de tu responsabilidad? Piensas abandonarme después de obtener mi cuerpo.— se burla Uriel.

Los marqueses no sabían ni que decir ante los comentarios de ambos jóvenes y Alisa solo se resiste a no reír.

— no se trata de eso, no necesito que se case conmigo por responsabilidad.—

De ser así, con el tiempo el matrimonio acabará mal, de eso no hay duda, los matrimonios arreglados muy rara vez funcionan.

— Liliam basta. Alteza, no es que intente que mi hija entre como princesa heredera, pero no quiero que la sociedad la juzgue...—

— suficiente todos, les estoy diciendo que me importa una mierd* lo que otros digan, mi valor no se mide en si soy o no virgen y si los hombres piensas así, prefiero ser soltera y con cincuenta gatos. Alteza no se sienta obligado, nos dejamos llevar es todo, piense en mi como una aventura más y ya.—

— Liliam...— le regaña la marquesa.

— no eres una aventura más lady Liliam, mi propuesta es porque estoy siendo honesto, aún si nada pasaba, ya planeaba pedir su mano.—

— ¿que? Ay por favor...pero si ni le agrado...—

— si no me gustará, si no me agradará, no hubiese ido personalmente por usted. Como dije, Marqués De Rosa, me casaré con su hija.—

Uriel sujeta la mano de Liliam y aunque esta se quejé, le coloca un anillo en el dedo anular, asegurando al Marqués que dentro de unos días arreglará todo para presentarla presentarla como su prometida y también debe hacerle saber a sus padres sobre el compromiso. Liliam solo mira el anillo en su mano e intenta quitarlo pero no puede.

— es mágico, no se quitará a menos que te cortes el brazo.— agrega Uriel.

Liliam solo lo mira feo. Más tarde en su habitación, esta tirada en su cama perdida en sus pensamientos, hasta hace unas horas era un hada libre y sin compromisos, pero ahora debe casarse con el príncipe y hacerse responsable de él.