Selena buscaba libertad. Huir de su pasado, de los lazos que la asfixiaban, de una vida que ya no sentía suya. Londres era su promesa de renacimiento.
Pero jamás imaginó que su nuevo comienzo la pondría cara a cara con él. Ben. El hombre que en su adolescencia la hizo temblar de rabia... y de algo más oscuro y peligroso que nunca se atrevió a nombrar.
Ahora, como su jefe, Ben la observa con la misma intensidad de entonces, pero ya no hay espacio para juegos inocentes. Cada roce, cada mirada, cada palabra no dicha entre ellos es una chispa a punto de incendiarlo todo.
Él nunca la olvidó. Nunca dejó de desearla.
Selena deberá decidir si sigue luchando contra el deseo que la consume o si se rinde ante una pasión que puede destruirlos... o salvarlos.
¿Puede el amor nacer del odio? ¿Puede el deseo vencer al miedo?
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Capitulo 15: Mi padre
Selena:
Ya han pasado tres días, tres días en los cuales no hago más que ilusionarme con este hombre, antes cuando éramos más chicos lo que me atraía de él era lo guapo, su aura peligrosa y nuestros roces, pero ahora que ambos crecimos, lo veo tan distinto, él no hace más que ser amable, cariñoso y atento, está nueva faceta de él me está gustando demasiado y temo por sentir lo que estoy sintiendo, porque sé que lo nuestro es imposible, él eligió a Rebeca, su novia y se nota que la quiere, por qué sino, no se habría alejado de mi y no hubiera dudado en alejarse de ella para estar conmigo, pero a leguas se nota que soy yo la que sobra en está ecuación.
Solo soy un capricho, en cuanto obtenga lo que todo hombre busca, se olvidará de mí, este se volverá frío y distante. Temo por lo que pueda pasar y por las consecuencias de nuestros actos, lo mejor será tratar de verlo como jefe y amigo.
Estoy caminando por los alrededores del hotel, estuve siguiendo un camino, pero lo único que veo es vegetación y más vegetación, ya es de noche y calculo haber caminado bastante por qué mis pies me duelen. No pude resistirme, cuando Ben dijo que no hacía falta que asistiera a la junta que teníamos programada y por ende podía tomarme la tarde libre, idea que me encantó y que claramente acepte, estoy enamorada de este lugar desde que llegué y no me pude resistir.
Estoy sintiendo bastante frío, debería volver, agarró mi celular para guiarme de nuevo al hotel, pero este no prende, se quedó sin batería, justo ahora se tenía que apagar y ahora para donde voy, encima no veo a nadie además de mi caminando por aquí, es que sólo a mi se me ocurre está locura, salir a caminar sola por la noche, caminó rápido, por qué ya estoy entrando en pánico, por donde miro no hay más que vegetación y mi miedo aumenta al escuchar unos sonidos extraños, haciendo que salga corriendo.
-¡¡¡Ayuda!!!- logró gritar antes de tropezar y rodar, cuando intento levantarme, no lo logro me duele mucho y siento mucho ardor debe ser por las cortadas que me hice con la caída -Bien hecho Selena, muy bien hecho ahora ¿cómo regresaremos?, solo espero que Ben, venga por mi-
Conforme va pasando el tiempo, mi cuerpo está cada vez más débil impidiendo que pueda mantenerme despierta, intento tratar de pensar en mi madre en que ella me necesita, no puedo terminar de esta forma y si un animal salvaje me encuentra y si no sobrevivo, no puedo imaginar tal escena.
Debo confiar en que me buscarán y no descansarán hasta encontrarme, tengo que tener fé. Cierro y abro mis ojos, quedándome completamente en la oscuridad, absorbida por la inconsciencia.
Todo es oscuridad en mi mente, hasta que veo a lo lejos una puerta, caminó hacia ella al abrirla entró a una especie de habitación donde veo a dos niñas, cuando las miro detenidamente me doy cuenta que somos mi hermana Sara y yo.
Ambas nos encontramos jugando muy unidas hasta que somos llamadas por dos voces una la reconozco perfectamente pero la otra no se me hace familiar, es de un hombre, siento una sensación rara, pero no le doy importancia. Mi hermana sale corriendo muy contenta, mientras que yo sigo quieta sin moverme, intento acercarme a mi yo de niña para ver ¿qué me pasa?, pero no lo logró.
Observo su mirada, me muestro decaída, como si tuviera miedo, lo que no logro entender es ¿A qué se debe?, un escalofrío pasa por todo mi cuerpo, al igual que una sensación de peligro. Salgo de mis pensamientos por los gritos de mamá.
-Selena baja, tu padre está por ir por ti- y mi yo de niña se levanta rápido, veo como se muerde las uñas llena de miedo, me parece muy sospechoso, me hace dudar de mi padre, si es él quien causa ese miedo, tengo unas ganas de abrazarme, de decirme que nada malo me pasará pero por más que lo intento mi cuerpo no se mueve ni un centímetro, mi voz se queda atrapada en mi garganta, comienzo a desesperarme.
Se escuchan unos pasos acercarse, la intriga me está carcomiendo, quiero ver el rostro de mi padre, no tengo un sólo recuerdo de él, es como si nunca hubiera existido en nuestras vidas y en casa de mi madre no hay ni una sola foto de él, mi madre siempre fue reacida a hablar de él, no le gustaba que tocaramos el tema.
Los pasos se escuchan cada vez más cerca, sin embargo no pasó desapercibido el estado en que mi yo de niña se encuentra, de repente se abre la puerta pero todo desaparece, no puedo ver nada, solo escucho a alguien gritar mi nombre, sentir que mi cuerpo tiembla por el frío, siento mucho frío y dolor, bastante dolor.
Me siento débil, intento abrir los ojos, pero vuelvo a escuchar esa voz a lo lejos, intento descifrar ¿quien es?, me parece conocida, hasta que la escucho mejor descubriendo de quién se trata, es Ben, el vino por mi. Intento abrir mis ojos nuevamente hasta que lo logró, está todo oscuro, me encuentro en el piso, miro para todos lados buscando a Ben pero nada, seguro lo imaginé, cuando estoy perdiendo las esperanzas lo vuelvo a escuchar, trato de llamarlo pero mi voz no sale, no me rindo y sigo intentando.
-A… yu.. da- intentó nuevamente -Ayu.. da- no me doy por vencida -¡Ayudaaa!¡Ben!- veo como las luces comienzan a alumbrar para mí lado, haciendo que no pueda ver nada, pero si escucho a mucha gente hablar.
-¡Está aquí!¡Llamen a una ambulancia!-
-Señorita, tranquila va a estar bien-
-¿Ben?- logro decir, cuando lo veo correr hacia mi, totalmente preocupado y más al verme.
-¡Selena!- toma mi rostro -Estás Helada, todo va estar bien no te preocupes ya viene la ayuda- Este se saca su campera y la coloca sobre mi.
-Es…toy bi…en- suelto completamente temblando, vuelvo a sentir la sensación de que mis párpados pesan, hasta qué vuelvo a estar en la oscuridad.
-Selena!!! Por favor despierta, te necesito, no me dejes por favor ¡¿Qué pasó con la ambulancia?!- siento que me levanta abrazándome -Por favor Selena no me dejes, no lo hagas-
-Señor la ambulancia llegó- siento nuevamente el frío en mi espalda seguramente estoy en el piso, escucho muchas voces, entre ellas la de Ben, está muy preocupado y afectado.
