La Noble Señorita Se Divorcia

Susan invitó a Aren a qué entrará a su cuarto, ella puso té y tiene un pequeño sillón donde en lo que sirve él té le cuenta como fue su matrimonio, Aren no puede creer lo que le dice.

-Espera... él tenía una amante?

-Si, todo el puerto lo sabía, le puso una casa y ella se atrevió a ir el día de mi boda.

-Porque aceptaste?

-Por el dinero.

-Heeee!!

-Suena tan feo, mira todos los matrimonios son arreglados, tu lo sabes, las novias deben llevar una dote, no se para que si ni se los dan, y el novio debe aportar también una fuerte cantidad de dinero.

-Si, algo parecido le pasó a Eliana

-Bueno, yo no tenía dote, pero si un apellido y un título, algo que para los padres de él, era muy bueno, entonces si iba a sufrir la habladurías, las burlas y hasta mis cuernos tenía que sacar ventaja, tal vez muchos digan que fui egoísta, pero mi hermano lo vale, hasta mi madre ella fue educada así tuvo la suerte de que mi padre la amara, aun así ella jamás va a perdonarme.

-Hay algo que no entiendo, si tú eras la marquesa bien podías quedarte ahí, nadie diría nada, tus hijos serían los herederos, no como...

-Como Arthur.

-Si, su padre es un noble de alto rango, si él se casa y tiene hijos mi niño será un bastardo.

-Pero Eliana tiene una fortuna, el dinero compra títulos, en cambio yo solo tenía poco dinero, la mitad se lo deje a mi hermano y en ocasiones le mando mas, el trato fue la colegiatura, no su gastos, como ropa y objetos personales.

-Nunca pensaste en quedarte?

-Si, varias veces, el marqués es un hombre guapo, solo hay algo que le falta.

-Que?

-Lealtad, Lealtad hacia la persona que dices amar, nos llevábamos bien, era una buena vida, pero él jamás dejo de verla, nunca pudo estar en su cama, en un viaje el me dijo que quería una oportunidad para arreglar las cosas que seríamos una familia, me ilusione, de hecho estaba feliz... Pero un día ella llegó y me culpo de caer por las escaleras dónde perdió a su hijo, hijo de ambos, me grito que el jamás había dejado de entrar en su cama y nunca lo haría.

-Se atrevió a mentirte, es un cobarde.

-No solo eso, él me golpeó por ella, sentí rabia, odio y desprecio por él, jamás nadie me había golpeado ni siquiera mi madre, entonces tome mis cosas y salí de ahí, si quería quedarse con ella, entonces que se quedarán juntos.

Aren se levanta de lo enojado que estaba, no conoce al marqués pero como se atrevió a golpearla.

-Solo de oírlo me enoja...

El se pone de rodillas frente a ella, ve su rostro y para el es la mujer más hermosa, su vida antes de conocerla no le importa, solo le toma las manos y Susan solo lo ve con ternura.

-Susan, yo... Yo te amo, te amo desde hace mucho tiempo, solo a ti, si me das una oportunidad te juro que tú serás la única mujer en mi vida, tu pasado no me importa, me importas tú y nuestro futuro.

Susan estaba feliz, la mirada de Aren era sincera, ella también lo ama, así él se levanta y la besa, ese beso que ambos deseaban desde hace mucho, se dejan llevar, pero entonces Aren recuerda que él matrimonió de Susan fue por una anulación, eso solo significa una cosa, así que él se separa de golpe.

-Que pasa?

-Susan, no, así no, tú te mereces más que esto, déjame darte todo lo que has querido, déjame comprar tu anillo, darte una boda en la que entres con tu vestido de novia, y que esa primera noche sea inolvidable.

Susan solo lloraba, pero de felicidad, ese hombre frente a ella hacia todo por ella, ella solo le dice que si con la cabeza y lo abraza

-Gracias...

-De nada, tú eres muy importante para mí, quiero que seas mi esposa y la madre de mis hijos.

-Si, claro que sí

Ambos se despiden, en los días siguientes le cuentan a Eliana de su reacción, ella solo les dice que ya era hora que ambos se dijeran lo que sienten, ella solo va cargando a su hijo y se va riendo.

Todos en la posada le decían lo mismo, ellos eran los únicos que no se animaban a decir lo que sienten.

Susan hace sus platillos y cada día es mejor, Aren lleva la administración y entrena a jóvenes que son guardias en la posada, decidieron contratar a algunos, ya que algunos caballeros ven a Eliana como presa fácil, así que él ha tomado cartas en el asunto, uno que otro sale volando de la posada, incluso les enseña a Eliana y a Susan a defenderse con algunos movimientos.

-Eli me llamaste?

-Si, te voy a dar esto.

-Que es?

-Son los anillos de mis padres.

-Queee?? No, no puedo aceptarlos, tu algún día los usaras

-Aren, eres mi hermano, estos anillos son con los que ellos se casaron, después cambiaron a los que son reliquia que son estos, los de la Baronía, es mi regalo de bodas, tú eres importante, vivirán en tu cabaña.

-Eliana gracias, muchas gracias.

-Tu boda será en el pueblo y la fiesta aquí, yo me encargo del banquete.

-Está bien, hablaré con Susan.

Así los tres planeaban la boda ese día Susan lleva un vestido hermoso, Aren lleva su traje de gala de caballero, si bien no tiene escudo de alguna casa él es un caballero graduado y con gran entrenamiento, uno de los mejores.

Ambos entran juntos al templo, Eliana está con Arthur quien ya está por cumplir tres años, el tiempo ha pasado rápido, ahora su familia es más grande.

La ceremonia es normal, gente que los conoce los acompaña, así como algunos nobles que han conocido en estos años, la recepción se lleva a cabo en la posada donde Eliana decora todo y la comida es especia para la ocasión, incluso les contrato música para un pequeño baile.

Eliana los ve bailar y ella está feliz por ellos, su pequeño hijo, junto con ellos y sus abuelos son felices aquí, también vez ella algún día encuentre a quien amar.

-Jaja que cosas pienso, tu jovencito es hora de dormir, dejemos a los adultos bailar, te daremos un baño y dormirás.

Susan jamás se imaginaba encontrar el amor en el norte, de no ser por ellos quien sabe dónde estaría y si hubiera tenido una gran vida, Aren y Eliana fueron una bendición para ella, ese día fue el más feliz de su vida sobre todo por qué Aren realmente la ama, a ella, su amor es de ella y de nadie más

Para su noche de bodas les adornaron la cabaña de flores, vino y algunos bocaditos, Susan nerviosa, pero esta vez es por amor, no por un contrato.