Suly es hija de Isaac y Frensy, jamás imagino que ella iba a heredar el don de su abuela Amarís, sus sueños predicen el futuro, logrará ser el alfa que necesita su manada, ya que un nuevo enemigo acecha a la manada.
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Que te traes
Mientras comía mi avena, solo en mi mente se repetía mía y yo soy tuyo.
Sentí un escalofrío en mi pecho.
No me gusta Yuki, pero a mi edad no me gustan mucho los hombres, pero el que él se preocupe por mí me hace feliz.
Salí de la cocina, saltando de felicidad.
En mi habitación tomé mi carpeta y comencé a dibujar, me sentía inspirada, dibuje la luna, no sé que me espere con yuki, pero lo tomaré con calma.
Los siguientes días, mi padre y Serena aún seguían enojados, ella comenzó a organizar la fiesta de Amarís, yo no decía nada, por qué se que Yuki no quiere que sea la carnada, pero fue mi idea, no puedo dejar a Serena sola en esto.
Amarís no quería estar en su fiesta, le decía a Serena que eso era suicidio.
Estaba acostada en la alfombra de la biblioteca privada de Elin, el no estaba pero me dejaba entrar, me puse los audífonos y escuchaba la música que grabó.
El aroma al océano entro por mi nariz. Abrí los ojos y el estaba parado mirando desde la puerta de la habitación.
Se acercó y se sentó a mi lado.
- Ya estuve frente a esa bruja dos veces, no he visto su rostro, Elin me enseñó tu dibujo, es muy bueno.
- Si he mejorado con las clases, sonreí.
- Pero aún no pintas el lienzo que te regale.
- Quiero hacer algo lindo.
- Siempre eres tan exigente contigo misma, me miró sonriendo.
- Quiero ser una soldado de Serena, para eso necesito tener disciplina.
- Eres una niña deberías disfrutar tu niñez.
- ¿Tú disfrutaste la tuya?
- Si, aunque me quedé huérfano mi abuela se encargo de que yo pasará momentos felices, todas las tardes íbamos a la playa y hacia Castillos de arena y coleccióne conchas. Mi abuela hacia pescado frito y comíamos mirando el atardecer.
Aprendí a pescar, me gusta mucho estar en el mar.
- Creo que es la razón de que tú aroma sea el océano, yo solo estuve ahí una vez.
- Le diré a Serena que te lleve.
- Me puedes enseñar a pescar.
- Me encantaría mucho Suly.
Puse mi mano sobre la de el.
- Lamentó mucho lo que dije sobre no querer ser tu mate.
- Está bien, si para mí fue difícil, entiendo que para ti también lo fue.
- ¿Y tu color favorito también es el azul?
- Ahora mi color favorito es el naranja.
- ¿No te gusta mi cabello pintado?
- Te ves muy bonita, pero tú sello es el cabello pelirrojo.
Escuchamos entrar a mi padre y Serena a la casa.
- ¿Quieres que le diga a tu padre que eres mi mate?
- Si le dices me va alejar de ti.
- Si yo también lo pensé, pero tarde o temprano se dará cuenta Suly.
Podemos solo guardar un poco más el secreto, por favor. Serena ya sospecha.
- Yo le contaré a mi padre, solo necesito tomar valor.
Suly eres una niña muy graciosa.
- Es mi papá y sabes que se enoja muy rápido.
- Tengo que irme, mañana voy a regresar.
- Podrías regresar a vivir aqui.
- Tu padre no va aceptarme, ya viene. Adiós Suly.
Salió rápido y yo me quedé acostada mirando el techo.
No sabía que a Yuki, le encantará el mar.
Al día siguiente, Yuki llegó a desayunar.
- Buen día familia, dijo en voz alta.
Yo miré mi desayuno, no quería quedarme mirándolo como una tonta y que se dieran cuenta.
- Buen día, dijo mi padre molesto
Se sentó a mi lado y pedía que le sirvieran el desayuno, yo lo ignore pero estaba nerviosa.
- Amarís, ¿mañana es tu cumpleaños?.
- Si, dijo Amarís asombrada que Yuki le hablara.
- ¿qué te gustaría que te regalaran?
Yo comencé a sentir celos porque él habla con ella.
El me sirvió más jugo.
- Come la fruta es bueno para mantener un cuerpo sano, dijo tomando una rebanada de mi fruta.
Lo mire y sonreí. Él metió la fruta en su boca.
Mi papá gruño.
- ¿Qué te traes idiota?, le dijo mi papá mirándolo enojado.
- Nada, solo quiero convivir más con ustedes, ¿no puedo?.
- Si puedes hermano sabes que la mitad de esta casa es tuya, le contesto Serena.
- Gracias hermanita.
- ¿Entonces ya vas a regresar a vivir con nosotros?, dijo mi primo Elías.
- Sería divertido, dijo tomando su jugo.
Yo comí toda mi fruta.
- Vamos Yuki, así podríamos entrenar, el maestro Xoco no me pasa a la siguiente fase.
Necesito práctica.
- Si tu tío no le molesta que te entrene, puedo hacerlo, dijo mirando a mi padre.
- Claro que no, si a él le gusta como luchas, dijo celoso.
- Puedes enseñarme a mi, dije mirándolo a los ojos.
El sonrió .
- ¡No, tú no puedes Suly!, grito mi padre.
- Creo que no, me contesto Yuki.
- Tu eres una niña Suly, el entrenamiento de yuki es muy pesado, dijo Elías.
El ya tenía casi 14 años.
Yo me levanté de la mesa
- tienes razón son una niña pequeña, dije con tristeza.
Entre a la biblioteca principal y busque un libro sobre brujas.
Mañana es el cumpleaños de Amarís, Serena convenció a mi padre pero yo no seré la carnada, usarán una muñeca que estará sola en el bosque, se que la bruja no es tonta, ella vendrá por mi.
Entre a un pasillo donde habían libros muy antiguos.
Me subí las escaleras para bajar un libro que me llamo la atención, cuando lo jale me caí de las escaleras.
Caí en los brazos de Yuki.
- Princesa, siempre en busca de peligro.
- Gracias por salvarme, dije nerviosa.
El me bajo y miró el libro.
- ¿Qué buscas en un libro antiguo?.
- Quiero saber sobre brujas.
- No hay nada aquí sobre lo que está afuera, lo de afuera es un nahual.
- ¿Un nahual?
- Una bestia que se convierte en diferentes animales.
- Dices que ya la viste, ¿cómo es?
El se sentó en el sillón y me sonrió.
- Si, pero creo que tú has visto más que yo.
- Solo fueron sueños.
Me acerque a el.
- Yuki, cuéntame quiero saber sobre esa bruja que se convierte en animales, yo tenía mis manos en sus rodillas.
- Hay por qué solo quiero hacerte feliz, dijo enojado que yo consiguiera lo que quería.
Me senté a su lado.