UN ENCUENTRO INESPERADO

Mientras Sofía y Alejandro caminaban por la ciudad, se encontraron con Emily, la amiga de Sofía del hospital.

"Sofía, ¿qué haces aquí?", preguntó Emily.

Sofía sonrió. "Alejandro vino a visitarme", dijo.

Emily se sorprendió. "¿Alejandro? ¿El Alejandro de Madrid?"

Sofía asintió. "El mismo", dijo.

Emily se rió. "Bueno, supongo que esto explica por qué estabas tan distraída en el trabajo hoy".

Sofía se sonrojó. "¿Qué pasa?", preguntó Alejandro.

Emily se volvió hacia él. "Sofía estaba muy distraída en el trabajo hoy, y ahora entiendo por qué".

Alejandro sonrió. "Sí, soy un poco culpable", dijo.

De repente, un coche se detuvo junto a ellos y se bajó Michael, el vecino de Sofía.

"Sofía, ¿qué pasa?", preguntó Michael.

Sofía se sorprendió. "Michael, ¿qué haces aquí?", preguntó.

Michael se encogió de hombros. "Estaba en la zona y vi a Alejandro y pensé que era mejor que me asegurara de que estabas bien".

Sofía se rió. "Gracias, Michael, pero estoy bien".

Michael se volvió hacia Alejandro. "Y tú, ¿quién eres?", preguntó.

Alejandro se presentó y Michael lo miró con curiosidad.

"¿Qué te trae a Nueva York?", preguntó Michael.

Alejandro sonrió. "Vine a ver a Sofía", dijo. "La amo y no podía estar sin ella".

Michael sonrió. "Bueno, supongo que eso es comprensible".

Y con eso, el grupo de amigos continuó caminando por la ciudad, disfrutando del día y de la compañía mutua.

Mientras caminaban, Alejandro notó que Sofía parecía distraída. "¿Qué pasa, Sofía?", preguntó.

Sofía se encogió de hombros. "Nada, solo estoy un poco cansada", dijo.

Pero Alejandro sabía que algo estaba mal. Podía verlo en sus ojos.

De repente, un coche se detuvo junto a ellos y se bajó un hombre con una mirada amenazante.

"Sofía, necesito hablar contigo", dijo el hombre.

Sofía se sorprendió. "¿Quién eres?", preguntó.

El hombre sonrió. "Soy alguien que conoce tu pasado", dijo. "Y sé que estás escondiendo algo".

Alejandro se puso delante de Sofía. "¿Qué quieres?", preguntó.

El hombre se rió. "Quiero que Sofía se venga conmigo", dijo. "Ahora".

Sofía se asustó. "No iré a ninguna parte contigo", dijo.

Pero el hombre sacó una foto de Sofía y la mostró. "¿Reconoces esto?", preguntó.

Sofía se puso pálida. "¿Dónde la conseguiste?", preguntó.

El hombre sonrió. "Tengo mis maneras", dijo. "Y si no vienes conmigo, la mostraré a todo el mundo".

Sofía se sintió atrapada. ¿Qué podía hacer?

El hombre que se había bajado del coche se llamaba Marco, un antiguo amigo de la infancia de Sofía que había estado investigando su pasado.

Sofía se sintió aterrada. "¿Qué quieres de mí, Marco?", preguntó.

Marco sonrió. "Quiero que me digas la verdad sobre lo que pasó en Madrid", dijo. "Sé que estás escondiendo algo".

Alejandro se puso delante de Sofía. "No le dirás nada", dijo. "Ella no tiene que responder a tus preguntas".

Pero Marco se rió. "Oh, sí que lo hará", dijo. "Porque si no, revelaré su secreto a todo el mundo".

Sofía se sintió desesperada. ¿Qué podía hacer?

De repente, Emily, la amiga de Sofía, se acercó a ellos. "¿Qué pasa aquí?", preguntó.

Marco se volvió hacia ella. "Estoy hablando con Sofía", dijo. "Asuntos personales".

Pero Emily no se intimidó. "No creo que Sofía quiera hablar contigo", dijo. "Así que te sugiero que te vayas".

Marco se enfadó. "No te metas en esto", dijo. "No es asunto tuyo".

Pero Emily se mantuvo firme. "Sofía es mi amiga", dijo. "Y no permitiré que la trates así".

Marco se acercó a Sofía, su voz baja y amenazante. "Tú no puedes escapar de mí", dijo. "Siempre te encontraré".

Sofía se sintió aterrada, el corazón latiendo con fuerza en su pecho. Alejandro y Emily trataron de intervenir, pero Marco los apartó.

"No te metas en esto", le gritó a Alejandro. "Ella es mía".

Sofía se sintió atrapada, como si estuviera viviendo una pesadilla. Marco siempre había sido posesivo y controlador, pero nunca había sido tan explícito.

"¿Qué quieres de mí, Marco?", preguntó Sofía, tratando de mantener la calma.

Marco se rió. "Quiero que regreses conmigo", dijo. "Quiero que me ames solo a mí".

Sofía se sintió repelida. "Nunca te amaré", dijo. "Me hiciste daño, Marco. Me maltrataste emocionalmente durante años".

Marco se enfadó. "No es cierto", gritó. "Te amé siempre".

Pero Sofía sabía la verdad. Marco la había manipulado y controlado, haciéndola sentir que no era lo suficientemente buena.

"No más", dijo Sofía, encontrando la fuerza para resistir. "No te permitiré que me hagas daño de nuevo".

Marco se enfadó aún más al escuchar las palabras de Sofía y levantó la mano para golpearla. Pero Alejandro no se lo permitió.

Con un movimiento rápido, Alejandro se interpuso entre Marco y Sofía y recibió el golpe en su lugar. Sofía gritó al ver a Alejandro caer al suelo.

"No te atrevas a tocarla", dijo Alejandro, poniéndose de pie y enfrentando a Marco.

Marco se rió. "Eres un tonto", dijo. "No puedes protegerla de mí".

Pero Alejandro no se intimidó. Con una determinación férrea, se lanzó hacia Marco y lo golpeó con fuerza. Marco cayó al suelo, sorprendido por la reacción de Alejandro.

Sofía se acercó a Alejandro, agradecida. "Gracias", dijo. "Gracias por defenderme".

Alejandro la abrazó. "Siempre te protegeré", dijo. "Nunca te dejaré que sufras de nuevo".

Marco, mientras tanto, se puso de pie y se alejó, derrotado. Sofía y Alejandro se miraron, sabiendo que habían superado un gran obstáculo en su relación.