En el bullicio del siglo XXI, Ana, una joven de 25 años, se siente como un extraño en su propia época. Con una fascinación por las épocas antiguas, especialmente los períodos históricos de esplendor y elegancia, Ana se sumerge en sus fantasías de ser una mujer de otra era.
Lo que ella no se espera, es que su deseo se hará realidad después de un accidente.
Tendrá que enfrentar desafíos y papeles en los cuales todavía no estaba preparada, lo lograra.
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Capitulo 12
Después del matrimonio, ellos partieron a una casa de campo al sur de su territorio donde pasarían 10 días de su luna de miel.
La luna de miel de Ana y Eduardo en el campo fue un momento mágico y lleno de romance. Después de la emocionante ceremonia de la boda, la pareja partió hacia una hermosa cabaña en medio de un exuberante paisaje campestre. Estaban ansiosos por pasar tiempo juntos, lejos del bullicio de la ciudad y las responsabilidades de la vida cotidiana.
La cabaña era un refugio acogedor y pintoresco, rodeado de prados verdes y bosques frondosos. Ana y Eduardo se sentían como si estuvieran en su propio pequeño paraíso, lejos del mundo exterior y completamente entregados el uno al otro.
Durante el día, la pareja exploraba los alrededores, caminando por senderos sinuosos y descubriendo rincones secretos en la naturaleza. Se detenían a menudo para admirar la belleza del paisaje y disfrutar de momentos de tranquilidad juntos, lejos del bullicio y el estrés de la vida diaria.
Por las noches, Ana y Eduardo se relajaban junto a la chimenea de la cabaña, compartiendo historias y risas mientras el fuego crepitaba suavemente en el hogar. Se entregaban a largas conversaciones sobre el futuro y los sueños que compartían, fortaleciendo aún más el vínculo que los unía como pareja.
Pero lo más especial de la luna de miel de Ana y Eduardo fue su primera vez juntos como marido y mujer. Después de haber esperado pacientemente el momento adecuado, la pareja finalmente se entregó a la pasión y el amor que sentían el uno por el otro.
Fue una noche llena de ternura y delicadeza, en la que se exploraron mutuamente con curiosidad y deseo. Cada caricia y cada beso estaba lleno de amor y conexión, y cada susurro de placer y éxtasis se convertía en una melodía de amor entre los dos.
Para Ana, la experiencia fue más hermosa de lo que había imaginado, fue su primera vez en su dos vidas, ella nunca se llego a imaginar lo que era estar con el hombre a que amas. Se entregó por completo a Eduardo, confiando en él con todo su ser y permitiéndose perderse en las olas de placer que los envolvían. Se sintió amada y protegida en los brazos de su esposo, sabiendo que estaba compartiendo un momento íntimo y especial con el hombre al que amaba más que a nada en el mundo.
Para Eduardo, la noche fue un sueño hecho realidad estuvo con su Ana, la única mujer que ha llamado su atención desde que la conoció siendo un joven. Había esperado tanto tiempo para estar con Ana de esta manera, y ahora que finalmente estaban juntos, no podía imaginar un lugar donde preferiría estar. Se entregó a ella con ternura y pasión, prometiéndole su amor y devoción para siempre.
A medida que la noche llegaba a su fin, Ana y Eduardo se acurrucaron juntos en la cama, abrazándose con cariño mientras se sumían en un sueño reparador. Sabían que habían compartido un momento especial juntos, uno que recordarían con cariño el resto de sus vidas.
A lo largo de los días siguientes, la pareja continuó disfrutando de su luna de miel en el campo, explorando nuevos lugares y creando recuerdos que atesorarían para siempre. Se sentían más unidos que nunca, fortalecidos por la intimidad compartida y el amor que habían compartido en aquella noche mágica.
Y cuando llegó el momento de regresar a casa, Ana y Eduardo lo hicieron con el corazón lleno de gratitud y felicidad. Sabían que tenían toda una vida por delante, llena de aventuras y momentos felices juntos, y estaban emocionados de enfrentar el futuro como marido y mujer, unidos por un amor que solo crecería más fuerte con el tiempo.