Maya era una famosa asesina del siglo XXI, que trabaja en una de las mejores organizaciones llamada Nuit. Maya muere traicionada por la que se supone era su mejor amiga Stella, en una de sus misiones.
Maya despierta y se da cuenta de que transmigro a una de las novelas que leyó antes de morir. Ahora ella es Aysha Leblanc emperatriz del imperio Zhena, que no es más que una extra que muere a mediados de la novela para que los protagonistas tengan su final feliz. Pero Maya ahora siendo Aysha piensa cambiar su tragico final.
– No moriré por la felicidad de los protagonistas – dice decidida – me vengare de todos aquellos que le hicieron daño a la verdadera Aysha – se mira en el espejo – si quieren una emperatriz villana la tendrán
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Capítulo 12 "Rhea"
En la mansión del Conde Vitale había un gran revuelo, los sirvientes se amontonaban en grupos alrededor de la habitación de la señorita de la casa. Una joven albina se encontraba en el suelo con lágrimas en los ojos mientras observaba los cuerpos destrozados que se encontraban esparcidos por todo su cuarto. Sus damas de compañía se acercan a ella y le dan palabras de consuelo mientras la ayudan a ponerse de pie y a salir de la habitación.
El Conde Vitale que se encontraba llegando a la mansión al ver el revuelo pide que le informen que está pasando el mayordomo de la familia se acerca a él y le explica que la joven señorita había regresado de hacer unas compras para el baile que estaría celebrando en una semana y al subir a su habitación junto a sus damas de compañía los sirvientes que estaban en los pasillos escucharon un grito y al ver que pasaba se horrorizaron al ver todos esos cuerpos en la habitación.
El Conde manda a que limpien todo y que le hagan un té calmante a la joven señorita mientras él investiga esté asunto. El mayordomo hace una reverencia y se retira a cumplir las órdenes dadas. En una de las habitaciones del primer piso de la mansión se encontraba una albina terminando de tomarse un té bajo la atenta mirada de una de sus damas de compañía. Al terminar se retira y la albina se queda sola, al verificar que ya nadie la está vigilando su expresión de miedo y angustia cambia a una mirada llena de ira mientras aprieta la falda de su vestido y con ella la pequeña nota que vino con los cuerpos.
<< Lady Rhea le devuelvo su regalo, solo que me temo que no estará completo y llegará a usted con algunos cambios.
Espero que la próxima vez mande algo de mayor gusto y como puede ver que soy una persona educada más adelante le haré llegar un regalo como muestra de cortesía.
ATT La Emperatriz Leblanc >>
Rhea aprieta los dientes de la frustración y rompe la nota en pedazos y comienza a romper y tirar todo a su alcance. Los guardias que dejaron fuera de la habitación escuchan los estruendos y entran para calmar a Rhea en lo que llega un doctor, ya que asocian esta actitud a un trauma por lo que vio.
En el palacio de las concubinas Marina es informada del castigo que recibió Sandra otra vez por molestar a la concubina Invernal. Marina deja con fuerza la taza de té en la mesa y mira a la doncella que está a su lado.
– Manda a buscar a la concubina Sandra – mira la carta que está en la mesa – el plan de matar a la maldita no funcionó
– Como ordene – hace una reverencia y se retira
Marina se levanta de la mesa y va hacia el espejo de cuerpo entero que hay en la habitación y se coloca de lado mientras se toca el vientre y sonríe. Una hora después entra a la habitación la concubina Sandra quien se veía demacrada y débil, apenas podía caminar derecha debido a los azotes. Se sienta en la mesa frente a Marina que solo niega con la cabeza mientras la observa.
– Te ves fatal – sonríe con burla – que le hiciste esta vez
– Solo le arrojé un té accidentalmente en su bello rostro – dice con simpleza y luego la mira seriamente – la bastarda ya murió
– No, hoy en la tarde estará regresando al palacio – le da un sobre junto a un frasco de color ambarino — estas son las nuevas órdenes
– Yo no me voy a arriesgar más – tira la carta al suelo y se levanta para irse – bastante tengo con los azotes, no quiero morir
Sandra se da la vuelta para irse y Marina suspira, antes de llegar a la puerta siente como algo atraviesa su piel desde su espalda, se da la vuelta y observa a Marina quien está detrás de ella con una daga de espinas es las manos.
Sandra cae al suelo desangrándose y Marina pisa su espalda con sus tacones mientras mantiene una expresión relajada.
– O cumples o mueres — la pisa más fuerte — no queremos errores así que decide
Sandra escupe sangre por la boca mientras observa horrorizada a Marina, quien solo hace más presión en su herida. Sandra ve que no tiene salida así que como puede asiente con la cabeza en forma de sí y Marina sonríe, deja de pisarla y se agacha a su altura y le coloca en la boca una pequeña semilla y a los segundos las heridas de Sandra han desaparecido.
En la tarde Aysha ya estaba regresando al palacio, mientras baja del carruaje ayudado por un guardia alguien la observa desde una de las oficinas. Esa persona se da la vuelta y mira al hombre sentado frente a él, quien era el Conde Vitale que había venido a informar al emperador sobre lo ocurrido en su mansión, además de volverle a proponer que acepte a su hija como concubina en su harén para así solidificar aún más su unión. El emperador suspira y le dice que se lo va a pensar y que con respecto a lo ocurrido en su mansión le proporcionará ayuda para la investigación.
De camino a su palacio Aysha se encuentra con una hermosa joven de cabellos plata y ojos esmeralda que no debía de pasar de los dieciséis años. Se encontraba mirando por los ventanales del castillo.
La joven al ver a la emperatriz se acerca a ella, le muestra una dulce sonrisa y le hace una reverencia. Aysha se le queda observando hasta que a su memoria viene el recuerdo de quien es esta joven. Astra Blanchet, quinta concubina del harén, y una de las menos favorecidas y por ende es humilla y maltratada por las otras concubinas. Astra es hija de un comerciante extranjero, quien al tener deudas con la corona ofreció a su propia hija como pagó. Aysha niega con la cabeza ya sean nobles o plebeyos ven a sus hijas como simples mercancías para pagos y transferencias.
Astra es tratada como una sirvienta más, y al no tener una poción en la sociedad ni una familia que la respalde carece de lujos. Aysha la toma por el mentón y hace que alcé el rostro para que la mire directamente a los ojos. La joven se queda paralizada por la mirada de la emperatriz y enseguida la desvía. La rubia suelta un suspiro y se acerca a ella para susurrarle algo al oído, después se va y sigue su camino. Astra se queda mirando por donde se fue la emperatriz y aprieta sus manos en puños.
Al llegar a su residencia Aysha pide le preparen el baño quería relajar su cuerpo ya que aún no se acostumbra a los viajes en carruajes. Al salir del cuarto de baño Aysha se sorprende de ver al emperador en su habitación sentado en uno de los sillones que había mientras se comía unas frutas.
Ella solo frunce el ceño mientras se sigue secando el cabello con la toalla. Los ojos del emperador no pueden evitar recorrer el cuerpo de Aysha con lujuria, así que se levanta y se acerca a ella.
– Que se le ofrece al emperador en mi recamara – pregunta la rubia mientras se cepilla el cabello
– Acaso lo olvidaste – sonríe de lado observando su cuerpo – hoy es el día del mes que tienes que cumplir con tus deberes de esposa.
segundo dejo a arya prácticamente a su suerte ala primera q la secuestraron debió tenerla a su lado y entrenarla