Linda Selleck es una niña que lo tiene todo en cuanto a lo material se trata, pero jamás ha conocido al amor de verdad pues nunca falta el que solo quiere beneficios.
Articus es un tritón que ha perdido a dos de sus hermanas en una masacre de la que fue víctima su pequeña colonia, sobreviviendo solamente él y su hermana menor, la pequeña Zei.
Dos mundos, dos corazones que se hallarán en una noche donde Linda casi pierde la vida a manos de su propia madre.
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Alguien nos mira desde el mar
Articus
Hace noches siento la presencia de alguien de las profundidades cerca de la costa donde vivimos, he rodeado todo la extensa bahía sin éxito. Eso me inquieta un poco, pues no sé qué intenciones tenga. Zei no se encuentra, siendo ella la única que me puede decir que percibe. Cada hijo del mar nace con un don especial a parte de los que nos da nuestra naturaleza misma. El mío es saber los pensamientos de los demás, pero quien quiera que sea que nos está vigilando, sabe cómo bloquearme. Me quito la única prenda que tengo puesto, quedando desnudo para entrar al agua. Me lanzó al océano que está bañado con la luz de la Luna, me voy a profundidad cuando siento que soy seguido, en un movimiento rápido lanzo una de las púas de mi aleta, suelen ser venenosas.
Un reflejo plateado esquiva con agilidad mi ataque y es entonces que lo veo...
¡Un tritón!,
- Ποιος είσαι? (¿Quién eres?) - pregunto en nuestro idioma natural.
- Είμαι ο Δαίδαλος, γιος του Ποσειδώνα (Soy Dédalo, hijo de Poseidón.
- Hace mucho tiempo no veía a otro tritón - expreso.
- Los humanos han casado a muchos, así que nos hemos ido a la gran civilización bajo el mar, he sido enviado a corroborar que los hijos de mi padre hayan sobrevivido.
- Dos de mis hermanas fueron masacradas, solo quedamos mi hermana Zei y yo.
- ¿Qué hacen entre humanos?
- Estamos aquí porque protegemos a una humana.
- Sabes que no podemos intervenir en el mundo humano - me reprocha.
- Pues ella es importante, claro que la protegeré.
Veo la figura de Linda avanzar hacia la orilla, mi ninfa bajo la luz de la Luna se ve mucho más hermosa. El tonto tritón que tengo al lado no aparta la mirada de ella.
- Te prohíbo que la mires - digo con tono molesto.
- Que criatura más hermosa - me abalanzo sobre el para que quite sus asquerosos ojos de pescado de mi ninfa - ¡Oye, cálmate! Solo estoy diciendo la verdad.
- Pues tu sinceridad no me está gustando nada.
Me voy a la orilla y salgo del agua, la transformación suele ser molesta siempre, el dolor al principio es terrible, pero después te acostumbras a sentirlo. Al acabar la tortura, me levanto y camino hasta quedar frente a mi musa, la veo ponerse nerviosa, evitando mirar a mi parte colgante.
- Te... te vine a... a buscar ujummm... voy a ir por Zei - se ve tan tierna mirado a cualquier lugar.
- Espera y yo iré contigo.
- ¿Quién es él? - sigo la dirección de la mirada de Linda y hay está el ojo de pescado ese.
- ¿Qué crees que haces? - le digo, cubriendo a Linda para que deje de mirarla.
- Solo quería ver de cerca a tu musa, y si que es bella.
- Eem... muchas gracias - ella no debe sonreír a nadie más.
- ¿Ya terminaste? Ya puedes regresar a las profundidades, dile a nuestro padre que estamos bien.
- Creo que me quedaré un tiempo en esta costa - la vena en mi cuello pronto estallará.
- Ooh... te puedes quedar en casa, hay suficiente espacio para todos.
- ¡NO!
- ¡SI!
Decimos al mismo tiempo, me lleva, ahora no solo voy a lidiar con el idiota humano, sino que también tendré que lidiar con este pez.
La tomo de la mano, para marcar territorio, él debe saber que ella es mía, solo mía. Al llegar a la casa, nos encontramos con la prima de Linda quien da un gritillo al ver al desvergonzado de Dédalo.
- Prima ese hombre está desnudo - la pobre se da vuelta cubriendo sus ojos - ¿Por qué está desnudo?
- Es un amigo de Articus, que se estaba dando un baño y al parecer fue víctima de robo - levanto una de mis cejas al oir su mentirota.
Se ve tan bonita así de colorada.
- No seas tan tonta hu... mujer, ni que fuera el primer hombre que ves desnudo - le dice el cara de pez a la prima de mi ninfa.
- Es... es usted un odioso, mejor vuelvo mañana - la pobre mujer sale casi corriendo del lugar.
Yo le lanzo una toalla para que se cubra, no quiero que se ande paseando desnudo delante de mi ninfa. La desnudez para los humanos es sinónimo de vergüenza, para nosotros los sobrenaturales no es algo malo, es parte de nosotros, total, es así como vinimos al mundo.
