Cautivas.

...NELLY...

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Una...dos...dos semanas y media he pasado encerrada en estas cuatro paredes por la culpa del cachondo imbecil que está detrás de la puerta, no lo soporto, no sé que gana con tenerme aquí si sabe que no me acostare con él.

—¿Tan distraída estás que no te diste cuenta que llevo cinco minutos aquí?— miro en la esquina donde está Dexter.

—¿Qué quieres?

—Que seamos amigos.

Río de la pereza y me acuesto.

—¿Con derechos?

—Por qué solo piensas que te quiero para follar.

—¿Y no es así?

—Más bien era. ¿Te interesa un trato?

—No— le doy la espalda.

—Permíteme conocerte, conóceme, démonos un tiempo para llegar a una salida.

Pongo toda mi atención en él.

—No me interesa conocerte pero aceptaré el trato.

—Tan solo será un mes...donde pueden ocurrir muchas cosas.

—Tan buenas como malas...pero me encargaré de hacer todo divertido a mi manera. Tan santa y tan diabla como me trates. En primer lugar para comenzar una "fructuosa amistad" quiero salir de esta habitación.

—Claro, tan solo no te aproveches de la situación.

No pasa de un mes en el que me largo de aquí haciendo lo que sea.

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Mis manos dejan caer mi ropa al suelo, suelto mi cabello y me lanzo a la piscina.

—No hay nada mejor que disfrutar un día de sol en la piscina. ¿La princesa se siente mejor?

—Mucho mejor ya que no me tienes encerrada— pongo mis brazos en el borde— quería agradecerte por este hermoso detalle y tiempo que me estas dando para disfrutar.

Se agacha un poco quedando a mi altura.

—¿Es otra de tus bromas de seducción para intentar escapar?

Acaricio su rostro y su pecho.

—¿Tú crees?—Agarro su camisa y lo halo a la piscina.

—¡Nelly, iba a salir a trabajar!

Una risa y seco mi cuerpo al salir.

—Disfruta de tu baño cariño y bajale dos rayitas a tu enojo. Un baño nunca está de más.

...DEXTER...

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Siento que el cielo se va a caer ante la terrible tormenta que hay allá fuera; los truenos, rayos, y lluvia no cesan. Mañana tengo que trabajar y siendo las dos de la madrugada no consigo dormir.

Saco lentamente la pistola que está en mi cajón al escuchar unos pasos detrás de la puerta. Todos los sirvientes se fueron. Apunto la entrada con el arma cuando veo abrir la puerta y ahí está la fantasma de Nelly que por casi me arranca el corazón del susto.

—¿Qué carajos haces despierta a esta hora?

Cierra la puerta y se mete en mi cama la muy atrevida.

—¿Qué haces?

—No puedo dormir, de niña siempre dormía con mis padres cuando había tormenta, por como ves me quedaré aquí contigo a dormir. Me vale una mierda si no te parece, nada ni nadie me saca de aquí— Un trueno hace presencia y rodea con fuerza mi cuerpo— ¿ya ves porque lo digo?

—A ver, Nelly, suéltame — me levanto—. Mañana tengo que trabajar y necesito dormir.

—¿Y a mí qué?

—¿Cómo que qué? Soy un hombre y tú una niña de 18 años, ¿no te han enseñado que no puedes estar en la misma cama con un hombre que no es tu pareja?

—Pues...sí, pero hagamos la excepción, ven— dá unas palmadas en la cama— de verdad odio los rayos, imagínate si me cae uno.

—¿Y no te caerá si estoy contigo?

—Sí pero así no moriré yo sola— ruedo los ojos—. ¿Acaso tienes miedo Dexter?— sonríe.

—¿Miedo de qué?

—De estar a mi lado— levanta su mano en señal de promesa— Prometo que no te cortare tu cosita mientras duermas, ni te golpeare, ni trataré de escaparme, solo quiero estar a tu lado hasta que la tormenta cese. Andale por fis, ¿por nuestra fructuosa amistad?

—Que ridículo es todo esto. Hazte a un lado— con una sonrisa me dá espacio a su lado—. Y duérmete ya.

—Eres muy lindo pero cuando estás molesto eres extrañamente más atractivo— sonrío sin mirarla a la cara ya que me dió la espalda—. Buenas noches.

1 Hora Después...

La presencia y la sensación de tener a Nelly a mi lado no me deja siquiera cerrar mis ojos. Para ella fué fácil dormir pero para mí... No me canso de verla, aunque aveces no parezca es como una niña con alma de mujer cuando le conviene. Hace mucho tiempo no tenía a una mujer en mi propia cama. Un fuerte trueno suena y del susto se sienta de inmediato en la cama, golpeando por accidente mi nariz con su codo.

—Nelly...—me quejo en silencio.

Su respiración es agitada y como se fué la luz apenas puedo ver sus ojos brillar del miedo. Me hago el dormido al sentir como me abraza.

—No te soporto, pero aún así me sirves como compañía— susurra y sonrío.

—Ya cállate y duerme.

Se sienta para mirarme mejor.

—¿No puedes dormir?

—Tuve una pesadilla —recuesta su cabeza en mi brazo—¿puedes abrazarme?

No sabe como activa mis nervios al rozar su cuerpo en el mío.

—Claro —con cuidado eso hago. El mismo brazo lo subo hasta su rostro y con mi pulgar acaricio cada parte de él— Creo que ya me he acostumbrado estar a tu lado que no me imagino estar un día sin ti— su respiración no sigue el ritmo normal cuando ahora son sus labios lo que acaricio.

No quiero pasar la línea del respeto con ella, pero quien podría resistirse a unos labios como los suyos.

—Dexter...—jadea apenas me adueño de su boca, empezando a jugar con su lengua.

No soy consciente de lo que hago, no creo esta vez tener el control de mi cuerpo. Sus labios tardan en responderme y sus manos en reaccionar. Sin experiencia me quita la camisa, mientras sus manos tiemblan, pero trata de seguirme la corriente. Mi lengua se pasea desde su barbilla hasta su cuello. Aprieta mis brazos y rodea mis caderas con sus piernas, aun estando con ropa y yo en pantalón. Refriego mi erecci*n en ella, tratando de demostrarle que puedo ponerme así por ella y sí lo notó, lo sé por sus gemidos. No quiero ser un maldito apresurado en nada para no hacerla sentir incómodaz por lo que en lugar de quitar su pantalón meto mi mano por debajo de sus bragas, tanteando y presionando el mismo cielo. Entre besos e ignoros hacia la lluvia, meto dos dedos, sintiendo sus uñas en mi nuca y una mordida en mi cuello. Gruño sobre su hombro al sentir sus manos entrar en mi pantalón tocando mi pen* por encima de mí bóxer. La desesperación por sentirla masturbánd*me me ganan y sin esperar saco mi poll*, menos mal no se asusta por el porte ya que no hay luz. Sus manos se aproximan y estando a un paso de tocarlo... la maldita luz regresa, exponiéndonos en la claridad.

Grita y sale de la cama. Me acomodo el pantalón y antes de hacer lo mismo con la camisa, nos miramos.

—Yo... ya tengo mucho sueño, la tormenta está parando y creo que es mejor regresar a mi habitación.

—Tienes razón, y yo... dormiré para poder trabajar mañana.

—Claro...— corre hacia la puerta— por cierto...entre tu y yo no ha pasado nada, ¿está claro?

—Clarísimo— sus nervios me contagian.

—Claro—susurra y abre la puerta—. Buenas noches, Dexter.

—Buenas noches, Nelly.

Sale toda nerviosa y miro el reloj. ¿Buenas noches? Pero, si ya faltan dos horas para amanecer.

No sé que acaba de suceder pero estuvo genial, tenerla debajo de mí y sentir sus manos acariciar mi cuerpo...se sintió tan bien pero no debí excitarme sabiendo que se iba a ir... ¿cómo pude ser tan iluso para pensar que iba a tener intimidad con ella? ¿Cómo pude ser tan imbecil para enamorarme sabiendo que jamás me dará una oportunidad?

La puerta se abre de golpe y por las mismas la cierra.

—¿Nelly?—esta vez ella quita su blusa y me besa.

—Supongo que no es pecado pensarte y tener pensamientos impuros contigo. Odio saber que pude caer en el famoso síndrome de estocolmo— susurra y lanza mi camisa para hacer lo mismo con mi cuerpo en la cama. Pasa su lengua por mi pecho hasta mi clavícula—. Déjate llevar, Dexter— sus palabras vienen acompañadas de su dulce sonrisa y de la primera caricia que me hace estremecer.