Nicolina, una sexi y curvilínea Italiana regresa luego de 10 años, para abrir un Bar que promete subir el calor en los Ángeles.
Bruno Altamirano un seductor, frio y sumamente organizado, se abre paso en el mundo de la arquitectura, ajeno a que la jovencita de la que se enamoro perdidamente en su juventud, regresó a su vida ordenada tan solo para desmantelarla con un documento que podría cambiarlo todo.
Esta obra es de mi autoría, esta protegida y la amo como todas mis historias.
NovelToon tiene autorización de Gabriela Ale para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Los muebles
¿Los muebles tiene memoria?, quizás.
Se dice que en las casas antiguas cuando llueve las paredes dejan aflorar sonidos como si necesitaran contar su historia, y de ahí las famosas casas embrujadas, pero y los muebles, ¿ellos tendrán algo que decir?
Y el interrogante surge por el chisme jugoso del enorme sofá al que le dieron uso y abuso, la italiana y el arquitecto.
----
Nicolina comenzó a levantarse, sus parpados se sentían pesados y ni hablar su cuerpito maltratado.
Sentía bajo su mejilla una dureza cálida, por lo lentamente levantó la cabeza para darse cuenta que estaba sobre pectoral firme de Bruno que dormía plácidamente con uno de los brazos bajo la cabeza y el otro envolviendo su cintura.
-Pero que sexi eres condenado- pensó curvando sus labios.
Miro como estaba ubicada y no iba a mentir era extremadamente tentador aquella posición.
Estaba desnuda sobre el cuerpo musculoso y calentito, sus piernas estaban enredadas y aunque el brazo de Bruno rodeaba su cintura la mano terminaba sobre una de sus nalgas.
Sonrió gustosa al recordar como este amaso su cuerpo con deleite, pero hasta ahí llegaría con el imbécil que aposto su corazón.
Si, se había enamorado como loca y enterarse por uno de sus amigos que ella solo valía un par de tarjetas fue devastador.
Ahora no sentía el mismo odio, si desilusión. Pero había valido la pena ese revolcón sublime.
Lentamente alejo la manito toquina y rio bajito al oírlo gruñir.
Una vez de pie junto a ese adonis dormido, se vio tentada a sacar una foto pero no había tiempo, pronto se levantaría y no quiera verlo a la cara, esa historia había tenido su cierre esa noche o al menos eso creía.
Busco en el piso y se encontró con los pedazos de lo que fue su vestido, por lo que no dudo en tomar la camisa negra Bruno.
-Lo lamento, pero ti no van a decirte nada por salir con pechitos al viento- murmuro divertida y con los tacones en mano fue en busca de Cleo.
La italiana abrió la puerta lentamente y entro de puntillitas marcha atrás sin dejar de ver a Bruno.
-¿Qué haces? - la voz de Cleo le hizo dar un brinco y girar.
-¡¡Ay que mierda!!- grito y luego tapo su boca asustada- por poco me matas de un susto- susurró apretando el lugar donde estaba su corazoncito.
No era para menos, Cleo tenía una pestaña postiza pegada a la mejilla, lo que antes era su alta coleta, estaba colgada a un costado a medio hacer y el labial rodeaba su boquita dando un toque poco favorecedor.
-¿Qué haces con esa camisa?- señalo la rubia y luego abrió la boca para gritar, pero la italiana fue más rápida y corrió a cubrírsela.
-No grites- amenazo viendo los ojitos verdes entrecerrados- por favor no grites y larguémonos, antes de que despierte.
La rubia asintió lentamente y Nico alejo la manos- Pero por tu bien, me cuentas todo- señalo con su dedito y velozmente salió de la cama.
Ambas pasaron sigilosas por la sala y justo cuando Nico abría la puerta sintió el ruidito de un teléfono tomando una foto.
-¿Qué haces?- susurro enojada viendo a Cleo verificando la foto.
-No ves, - mostro la imagen sexi de Bruno- pienso en ti, luego me agradece- Salió contoneando la cadera y la italiana rodo los ojos dando una última mirada a quien dormía profundamente.
-Adiós fanfarrón- murmuró y cerró la puerta.,
----------------------
Una hora después, Luka se paseaba por el departamento con un sabroso sándwich de pavo y una cervecita.
Estaba disfrutando de la hermosa soledad de un fin de semana, luego de la desplumada que le dio su padre la noche anterior.
El italiano, bonito, encendió el televisor de la sala, y justo cuando iba dejar caer sus pompas turgentes, el sonido de las llaves golpeando la puerta llamo su atención.
-Anda pasa- susurro Nico, imaginando que su hermano estaría en su habitación. Ingreso, sigilosa y detrás la rubia en su peor estado.
Luka dejo su sándwich en la mesa ratona y cruzo los brazos viendo a ese par, divertido.
-¿Crees que este Luka? Preguntó Cleo peleando con su pelo.
-No sé, quizás…
-Sí, estoy aquí desvergonzadas- exclamo y una carcajada surgió de sus labios cuando vio los ojos verdes, de la rubia, asustados y en un estado lamentable- Muñequita ¿Qué camión te atropello?
-No sea exagerado, siempre molestando- Se adentró y camino a un espejito en la pared del recibidor
Nico arrugo la cara esperando el grito
-¡¡Maldición!!- chillo la rubia, arrancando la pestaña de su mejilla- Nico como permitiste que salga en ese estado; por eso el taxista me miraba con pena.
Luka cubrió sus labios aguantando la risa.
-Tu sabes porque, no te enojes- la italiana se encogió de hombros y puso carita lamentable.
-Lo que me gustaría saber es ¿Qué paso con tu vestido y de quien es esa camisa, hermanita? – señalo Lu, y arqueó las cejas esperando la respuesta.
Nico sintió el frio recorrer su cuerpito y eso no tenía nada que ver con el clima, sino con el pánico, por lo que acudió a la vieja conocida de toda mujer.
-¡¡Tú, no atendiste mi llamado!!- la petisa lo señalo acusatoriamente y este se sorprendió.
Y es que considero que lo mejor era hacerse la ofendida
- Me canse de llamar y no respondiste\, podríamos haber muerto y de seguro estabas enredado en algún par de piernas.
Cleo sintió el aguijón molestoso en su pecho, ese que hace un tiempo le recuerda que las salidas del italiano con otras mujeres si le afectan.
-Pero yo…- Lu balbuceo a ver a esa fiera enojona, marcando un alto-
-No me hables, estoy enojada, vamos Cleo.
-Sí, vamos- la rubia ofendida la siguió. Su cabeza era un caos, no solo por imaginarse a Lu con otra, sino que había venido en esas fachas en el taxi y la remato al encontrarse con él.
-¡¡Chicas, mi teléfono se apagó, lo siento!!- grito Luka, pero estas lo ignoraron
--------------------
A varios kilómetros en el estacionamiento de un lujoso departamento cierto arquitecto descendió del coche hecho una furia con tan solo su pantalón de vestir. Lo que le gano varias miradas de los curiosos.
Se adentró al lugar donde el portero lo saludo evitando ver el torso desnudo del hombre y lo dejo avanzar.
Leo estaba en su terraza buscando lo que se le perdió hacía varias horas y es que se le hacía imposible creer que cierta mujercita de cabellos rojos simplemente se haya fugado. Apoyo las manos en el barandal viendo los vehículos pasar y suspiró.
-¿Qué hice mal?- meditó molesto- es decir estábamos…
Toc, Toc
Los golpes en la puerta interrumpieron su monologo y de mala manera camino por el lugar en dirección a la entrada
Toc, toc
-Ya voy, ya voy- grito enojado llego a la puerta - ¿Quién carajos es?
-¡¡Abre Leo!!- rugió Bruno del otro lado, que se cargaba el mismo humor.
El castaño abrió la puerta y sin previo aviso su amigo lo empujó e ingreso como un toro bravo, al lugar.
-¿Y a ti que te paso?- pregunto cerrando la puerta, parecía que la tragedia de su amigo logro dejar a un lado la suya- ¿te peleaste con un león y un Pelco?- su dedito se movió en el aire indicando el torso desnudo de Bruno que lo miro con el ceño fruncido-
-¿Qué?- soltó de mal humor abriendo sus brazos- ¿Pelco… León?
-Sí, veras amigo… - Leo camino hasta él e indico que se sentara- Los pelcos son los pececitos que succionan y el león …
-Ya entendí, cierra la boca- respondió molesto sentándose en una de las sillas cerca de la mesa.
- No es que me moleste tu visita\, pero llegas todo encuerado y la verdad me mata la intriga- sonrió
Bruno apoyo los codos en la superficie y sujeto su cabeza-
-¡¡Maldición!
-Hey, dime porque estas en ese estado. - Leo fue hasta la cocina.
Desde donde estaba Bruno lo podía ver sirviendo un café con un par de bocaditos que acerco a la mesa
-Nicolina- soltó junto a todo el aire contenido- otra vez Lina, y mi estupidez- dijo en un tono bajo
-MMM- Leo apretó los labios y se sentó frente a él- por lo que veo- señalo el cuerpo de su amigo- tan mal no lo pasaste.
-Ese es problema Leo, fue genial, creía que cerraría un maldito ciclo, pero nuevamente estoy como un idiota perdido en ella, - negó enojado. – Caí una vez más y una vez más me dejo, sin despedirse y con mi camisa- señalo su torso.
-¿Qué esperabas Bruno? No se ven hace 10 años, y si mal no recuerdo no terminaron muy bien. - hizo una mueca de obviedad
-Ese es el asunto Leo, me dejo como aquella vez, sin ninguna maldita explicación lla…
-Apostaste con el estúpido de Héctor, Bruno.- interrumpió en un tono severo, el nunca estuvo de acuerdo con eso.
-Sí, pero ella no lo sabía, y creí que me amaba. Ese día cuando termino conmigo delante de media prepa me humillo…-exhalo -la amaba como un estúpido
-Tu ibas hacer lo mismo esa tarde, amigo, acaso lo…
-¡¡No!! –Interrumpió negando- no lo iba hacer, estaba dispuesto a entregar las estúpidas tarjetas y decirle a Héctor que se la metiera por donde no le da el sol, pero ella...- cubrió con sus manos el rostro frustrado
- Ya no quiero verla otra vez\, ya está\, soy un hombre de 29 años no voy a seguir con esto\, listo- golpeo las manos en la mesa- Háblame de tu noche-
Bruno prefirió dejar a un lado sus emociones, sin entender que tarde o temprano estas lo pueden traicionar.
Leo negó, sabía que sería todo un desafió para ese terco pero lo dejaría procesarlo.
-A mí no me fue mejor- se puso de pie y camino hasta dar con una servilleta de tela- Mira- arrojo la tela y Bruno la alcanzo en el aire.
Los ojos azueles fueron a las pocas líneas escritas con labial y comenzó a reír.
-Si, como ves, salió rencorosa mi colorada, casi las mismas palabras, a excepción del detallito. - agito la mano, frustrado.
-!Eres buena persona, pero no somos compatibles… ¡Ah! agradezco el “momentito” que pasamos"- Bruno imito la voz femenina y movía los hombritos mientras leía.
-Momentito- repitió Leo- yo no tengo nada pequeño para que hable de momentito, si supieras como recorrimos el departamento sabrás que fue más que eso, solo falto que los muebles hablaran- dijo exaltado aguantado las ganas de tirarle la silla a su amigo que no dejaba de reír.
-Al parecer te devolvieron el golpe, galán- se burló el arquitecto y Leo le mostro el dedo medio.
-Pues solo voy a decirte algo, a diferencia de ti, yo si voy por esa mujer, me dejó con el cuerpo dolido y con deshidratación avanzada; pero no pienso dejar que se escape. - aseguro el castaño.
Y es que Tami cumplió con su promesa y se impregno en cada poro de ese descarado
-Pagaría por ver cómo le haces- desafió Bruno, deseando tener el mismo coraje
-No vas a necesitar pagar, tendrás primera fila- sentencio seguro
💕💕💕💕💕💕💕💕💕
Abrazos
Gaby
ayyy Gabi como te vamos a premiar ante tanta demora para actualizar ?