Gabriela

Habían pasado varios días desde que papá se fue, había ido todos los días al cementerio. No tuve el dinero para incinerarlo. Arrende una tumba, y lo dejé ahí, por un tiempo hasta que reuniera el dinero suficiente. para llevarlo a casa.

Me tenía que obligar a levantarme, mis animales dependían de mi. Tenía cuatro vaquitas, ovejas y un carnero, gallinas, cuatro perros y dos gatos. Y todos ellos hacía que mi día fuera más corto y mi dolor más llevadero.

Mi mañana comenzaba temprano. Aunque mis vaquitas aún no parian. Debía comenzar con la alimentación y limpieza de los establos.

Todos ellos a la vez eran nuestros sustentos con papá. Nunca viví en el campo, pero siempre amé a los animales, y quería estudiar algo relacionado con ellos cuando salí, tuve que aprender a hacerlo. Papá ya vivía en ésta parcela, eran apenas cinco hectáreas, pero como él hombre inteligente que era la había distribuido muy bien. También tenía un huerto y un invernadero en dónde todo era autoconsumo y nos permitía vender el excedente. Iba cada sábado a la feria a vender, subproductos. El primer año iba él como lo venía haciendo desde que empezó a vivir y a sustentarse del campo. Pero cuando ya las fuerzas no le daban. Tuve con el dolor de mi alma, hacerlo yo. Digo así porqué yo no quería ver ni mantener contacto con nadie.

En el fondo él me estaba preparando... sabía que estaba enfermo mucho antes de que yo saliera. Pero no me lo dijo y aguantó lo que más pudo, hasta que yo le dije que lo llevaría obligado al doctor para ver qué tenía...

--Mi niña, yo no estoy bien, hace varios años me detectaron un tumor en el estómago. Es cáncer y no hay nada que hacer.

Sabes? lo más importante es que tú estás trabajando y amando ésta tierra. Es lo único que pude hacer por tí. Dejarte éste Trocito para que sea tu refugio y pueda de a poquito ir sanando, y pegando tus pedazos. Ya verás que en unos años más, lograrás levantar tu cabeza nuevamente con orgullo.

Porqué tú hija, fuiste la víctima inocente, que unos malditos creyeron que serías una más, y no lo fuiste. De un sistema que no protegió a una niña abusada. Pero mira, hiciste justicia por tu propia mano. No te dejaste seguir siendo su víctima. Te levantaste y corriste, buscando tu libertad y lo hiciste aunque te mantuvieron detenida por años. No lograron hacerte caer. Aquí estás, hermosa, madura y más fuerte que nunca. Cómo yo te crié.Si hay alguien orgulloso de la Vida. Ese soy yo Romulo Santana. Orgulloso de la hija que tengo. Que estudió dentro de esa cárcel que se recibió con distinción máxima de Veterinaria. Nadie te detuvo ni pudo cortar tus alas mi pequeña.

Sólo éste pedacito pude dejarte. Te acuerdas como te llamaba cuando eras pequeña? Mi lirio, porqué a pesar de ser morenita como yo iluminabas todo con tu alegría. Con tu risa hermosa..Quiero que vuelvas a ser esa niña extrovertida, que me hacía mil preguntas al día, que no paraba de leer para aprender, que amabas los animales y decías: Cuando sea grande los curare a todos. Y aquí estás..... aún en pie. Lograste tu título y a pesar que te costó, dos veces más que los demás...lo hiciste. Mira como es la vida. ahora cuidas de tus propios animales.

Cuando entré por primera vez hace dos años a ésta parcela. Papá paró la camioneta, a la entrada, se bajó y me invitó a salir.

--Ven hija, te esperaba a ti para inaugurar el nombre de ésta tierra.

Caminó y sacó un letrero de madera que decía:

LIRIOS BLANCOS....Ese fue el nombre que le dí a nuestra tierra. También sembré por las orillas muchos lirios.

Le ayude y lo colocamos. Se veía bonito. Lo hizo el mismo con sus propias manos.

Así fue como comencé mi vída en éste lugar. Mientras estuve en la cárcel, él comenzó su trabajo de poblar de verde ya que era un campo vacío. Tenía un río que iba por la orilla. Papá por todos esos años que estuvo solo, plantó árboles nativos por la orilla y también árboles frutales. Lo que una vez fue un descampado ahora era un paraíso verde. Y era mío.

Era mi herencia. Y sí la amaba....., por todo lo que representaba.