¿Disfrutarias de ser mirada por un extraño? ¿y si, solo fuera producto de tu imaginación? ¿Te provocaría morbo o miedo?.
Está es la historia de Madisson, luego de salir de una relación donde quedó rota emocionalmente. ¿Será su imaginación haciéndole una muy mala jugada?
Novela +21 (Erótica)
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Cap 1. No siente nada.
-¡No, siento nada!
Las lágrimas de Madison, corrían por sus mejillas como cascada. Todo sus sueños roto, los años perdido, las ilusiones perdida de envejecer juntos. Sentía que su corazón se partía de dolor una opresión tan fuerte que sentía en su pecho.
Entre lágrimas logro preguntar
-¿Cuándo dejaste de quererme?
El bajo su mirada sintiéndose culpable por causarle tal dolor.
Se llenó del valor que tanto le había hecho falta hace tanto y le respondió.
-Lo siento Maddi, pero no podemos seguir alimentando esta mentira!
-¿Mentira?
Anthony, corrió su mano hacia la mejilla de Madisson, con la idea de limpiar sus lágrimas.
Ella rápidamente retrocedió y palmeo su mano evitando su tacto.
-No, te atrevas a limpiar mis lágrimas cuando eres tú quien me haces llorar.
-¿Maddi?
-¡Madisson!, así me llamó.
-¿Y ella como se llama?
-No, Maddi por Dios, como se te ocurre, respondió con nerviosismo.
Madisson, ya no soportaba el cinismo de Anthony, cuando ella lo había visto con aquella compañera de su trabajo en una actitud bastante coqueta, pero no quiso ponerse en el plan de novia tóxica.
Decidió dejarlo pasar creyendo que todo era producto de sus celos de su imaginación.
Ahora sabía que algo pasaba, a sus 27 años, una gran profesional que a ese punto de su vida, paso de tenerlo todo a no tener nada.
A estar completamente perdida de amor por Anthony Blanco, su eterno amor, su primer novio, su primera ilusión, su primera vez, todas sus primeras veces a su lado fueron y no conocía nada más a partir de él, pero sabía que debía dejarlo ir.
-Dame un día para irme, pidió ella con determinación en sus palabras.
-Maddi, no tienes que irte así, toma el tiempo que sea necesario. ¡Quédate! Está es tu casa.
Ella ignoró sus palabras.
-Con un día tengo, dijo con su orgullo en alto, por primera vez sin llorar.
-No seas orgullosa, ¿dónde irás?. Sé que no querrás ir con tu hermana ni con tus padres.
-Sabes perfectamente que mi vida comenzaba contigo y terminaba contigo. Te las arreglaste para que así fuera y yo lo permití.
-Maddi, no comencemos. No tienes amigos por ti misma.
-Noo, alzó la voz furiosa y golpeó la mesa.
-Nadie te parecía bien y yo solo quise hacerte feliz.
Decidido a no entrar en su juego le respondió
-Tomate el tiempo que necesites yo me iré a un hotel.
Maddi, trago grueso, el dolor era tan fuerte, la desesperación, pero con la poca dignidad que sentía que le quedaba acepto. Ya había suplicado mucho. Más de una vez tuvieron esa conversaciones así, pero en esta oportunidad por primera vez admitió no amarla, con eso ya era suficiente.
Se dió la vuelta y se fue a la habitación paso seguro a su puerta, se quitó su ropa entro al baño, se bañó con el agua tan fría, lloro, se ahogó en su propio hipo, se sintió vacía de tanto llorar.
Luego de sentirse cansada de llorar, se sentía tranquila, se vistió. Bajo a la cocina para prepararse un sándwich con mucho queso comió mientras que analizaba sus opciones...
Ir con su hermana que la recibiría, pero sentirse culpable porque al final su hermana, al igual que su padre siempre tuvieron la razón. No era una opción quedarse mientras conseguía, para donde irse, no quería verse humillada frente a Anthony.
Al final tomo su teléfono y llamo a Diego, su amigo a ese que tenía tanto año en el olvido por darle gusto a Anthony, pero no obtuvo respuesta de su parte colgó aún sintiéndose morir.
Lloraba entre hipo recordando como rompió el corazón de su mejor amigo para darle gusto a Anthony, el cual sentía celos absurdos de Diego, recordó sus últimas palabras antes de alejarse
(Bebe cuando te fallé y te rompa en mil pedazos, para ese entonces yo ya estaré sanado por lo roto que hoy me dejas, pero aun así mis brazos estarán abiertos, para recibirte y ayudarte a sanar porque ¡te amo!)
Maddi, apretó muy fuerte a su pecho su peluche ese que nunca quiso botar y siempre mantuvo a su lado porque le recordaba a Diego, regreso a la habitación, pero ya habían pasado tanto años como pretendía que si quiera Diego, mantuviera el mismo número.
Comenzó a recoger toda su ropa y sus cosas eran cerca de las 4:00 pm.
No, se dio cuenta cuando su teléfono sonó hasta que recibió un WhatsApp.
-¿Maddi, princesa eres tú?
-Te espero a las 6:00 pm dónde siempre.
Mahdi, al mirar los WhatsApp de Diego, a pesar de los años, rompió nuevamente a llorar. Limpio sus lágrimas y salió de la casa que compartía con Anthony, se fue sin hacer ruido.
Quería pedirle perdón a su amigo y admitirle que al igual que todos siempre tuvo la razón que se había equivocado de la peor manera posible...
Salió con su maleta, si tendría que regresar con su hermana todo era mejor que sentirse más humillada por Anthony.
A sus 27 años su mundo giraba en torno a Anthony, dejo todo lo que a él pudiera no gustarle para hacerlo feliz, nunca objeto, no dio pelea. Hasta mantuvo su trabajo a distancia, para hacerlo feliz, el la quería en casa.
Solo iba al periódico cuando a fin de mes le tocaba seleccionar el trabajo de su columna que se llevaría a casa y compartir con alguno que otro admirador de su trabajo. Anthony, odiaba esto y ella evitaba mucho tener que reunirse con su fan.
Madisson, era la escritora de una columna del periódico El Milenio, tenía una pequeña columna con muchos fans que había acumulado por sus consejos, su escrito sobre el amor, y fanes de sus libros.
Se sentía estúpida, absurda se había perdido a ella misma por alguien que a la final nunca valoro nada eso y terminó dejándola sin un mínimo de remordimiento siquiera. Ni eso merecía luego de tanto tiempo juntos.