Soy Jhoana Villanueva ahora la señora Relish, al pobre de mi ahora esposo lo hice sufrir un poco, cuando ni el saludo le daba. En realidad yo no me había fijado en él, pues mi prioridad en ese momento era ayudar a mi hermano en la Agencia y terminar la Universidad.
Sabía que era un hombre casado, pues eso era lo que decían en los pasillos, aparte de ser un guapo cascarrabias; yo solo lo veía como un cliente más de la Agencia y al cual tenía que entregarle un excelente trabajo como a todos.
Aquella noche cuando la "señora" esa me insulto y yo ni siquiera miraba a ese hombre con ojos de deseo, fue que caí en cuenta lo atractivo que era y que aún es Maximiliano, pero me negaba a sentir algo por él, pues él era un hombre comprometido y yo había visto tantos espectáculos en algunas tiendas y en el Centro Comercial de mujeres peleándose por sus maridos y yo... Yo no quería eso para mí.
Ciertamente, Maximiliano insistió mucho por mi atención, hasta hablo de sus sentimientos por mí con mi hermano Jhon Santiago y con papá, la Tía Marcia ya se había dado cuenta de eso, ella es muy buena para ese tipo de cosas.
Aquella noche cuando le di la oportunidad, él no la desaprovechó y no... No es lo que están pensando, mal pensadas recuerden que hay muchos métodos para enamorar a una mujer y no es precisamente el sexo... ¡Bueno! Entre Maximiliano y yo no pasó más que unos muy buenos besos hasta 6 meses después el día de nuestro matrimonio; fue la mejor decisión que pude tomar aquella linda noche, pues mi esposo es adorable y yo soy su única reina.
Aun recuerdo mi noche de bodas, pues los nervios no me dejaban ni pensar... Maximiliano y yo decidimos pasar esa noche en su departamento, mejor dicho lo que resto de la oscuridad porque nos disfrutamos toda la fiesta y llegamos ya era de madrugada, al día siguiente para la luna de miel saldremos en la tarde. Estaba bastante nerviosa, claro era mi primera vez en todos los sentidos aunque la loca de mi prima Marta me dio una clasecita, pero no es lo mismo la clase a la práctica; al llegar a la puerta principal de mi nuevo hogar, me esposo me cargo...
- ¿Maximiliano que haces? --digo pues no lo veía venir--
- Según la tradición el esposo debe cargar a su esposa para entrar a su nuevo hogar --me dice con su hermosa sonrisa y luego me da un pequeño beso-- Bienvenida mi amor a tu nuevo hogar --me llevo cargada hasta nuestra habitación, mientras me besaba con dulzura--
Maximiliano fue muy tierno y delicado desde principio a fin, Marta decía que cuando hay amor el dolor no es nada comparado con el placer que se siente cuando estás con la persona que realmente amas... Maximiliano me guio en todo el proceso y era fue atento, voy a resumir todo en "Fue increíble, pero horas después no podía del dolor en caderas y piernas".
Nuestro viaje de luna de miel duro un mes, pues mi esposo dijo que aprovecharía este tiempo que tomaríamos libre para cobrarme todos los desplantes que le hice, los días que ni el saludo le daba, las llamadas que no le contestaba, las comidas sin confirmar... Pero bueno, ya saldé mi deuda con él.
Ya teníamos casi 2 años de feliz matrimonio y ya Maximiliano insistía en tener hijos y la verdad es que yo no me negué, estuve de acuerdo con él desde el primer momento que tuvimos esa plática, pero el destino no quería que nos embarazáramos tan pronto, no nos estábamos cuidando y hasta llegue a pensar que alguno de los dos teníamos algún problema, visitamos varios especialistas y nos hicimos los exámenes de laboratorio y todo estaba perfecto. Tres años después fui a mi consulta de rutina y para mi gran sorpresa tenía un mes de embarazo...
- ¿De verdad? --no podía de la emoción--
- Sí, mira Jhoana este es tu bebé --dice al mostrarme en la pantalla, que por cierto no entendía nada-- Este punto es tu bebé, tienes 4 semanas y 2 días.
- No lo puedo creer ¡Que emoción! Por fin, un bebé en mi vientre. Maximiliano va a pegar el grito al cielo, se va a emocionar mucho con esta gran noticia...
Para la noche le preparé una sorpresa a mi esposo, cuando llegó consiguió todas las luces apagadas y en lo que abrió la puerta encendí la televisión donde se reproducía la ecografía y la voz de la doctora dándome la buena noticia...
- ¡No te lo puedo creer! --me abrazó de la cintura y me dio un beso, luego bajo a mi vientre dando besos-- Bienvenido hijo a la familia...
- ¿Amor, y si es niña?
- Igual la voy a querer con toda el alma, pero nuestro primer hijo es varón porque por los momentos en esta casa solo hay una reina. Te amo, gracias por este regalo --dice y llena de besos mi cara-- Es la mejor sorpresa que he recibido en tanto tiempo...
- Realmente también fue una sorpresa para mí...
Maximiliano y toda la familia me cuidaban como un tesoro, aunque mi embarazo fue bastante tranquilo, comía de todo y a toda hora...
- Amor despierta --le digo a mi esposo que está profundamente dormido, ya tenemos 5 felices meses de embarazo--
- ¿Te sientes mal? --fue lo primero que dijo al levantarse rápidamente-- Mi amor dime ¿Te duele algo, quieres que te lleve al hospital? --lo miro apurado vistiéndose, mientras me río porque el pantalón se lo colocó al revés--
- Amor no vamos al hospital, me siento muy bien además te pusistes el pantalón al revés...
- ¿Y entonces por que me despertaste con tanto afán?
- Es que quiero comer algo sabroso y en la nevera no queda helado de mantecado ¿Será que mi esposo puede ir por un helado para su reina?
- Mi amor, viste la hora. Jhoana son las 3 de la mañana.
- Es que tengo antojo...
- Tú y el pequeño Max me van a volver loco. --dice me da un pequeño beso, mientras toma el teléfono para hacer una llamada--
📱 Señor...
📱Rivas disculpa la hora, pero podrás revisar en la tienda del frente si hay helado, pero que sea de mantecado por favor.
Efectivamente, Rivas consiguió el helado y me lo comí con tanto gusto, Maximiliano se suponía que me acompañaba, pero en verdad estaba dormido recostado del mueble.
El día del parto estaba en casa de mi mamá conversando tranquilamente, Sabrina estaba jugando con su nueva bicicleta en el patio y de pronto sentí un pequeño malestar y mi bebé se movía muy rápido, era bastante incómodo...
- Jhoana ¿Hija te sientes bien? --dice mi mamá que venía de regreso de la cocina con una bandeja de galletas al jardín--
- Mamá siento como una fuerte presión en mi parte, no sé si me explico bien.
- ¿Una fuerte presión o un dolor?
- Más bien es como una molestia, creo que tengo ganas de ir al baño.
- Te acompaño hija --mi mamá me ayudaba a levantar con mucho cuidado, pero sentí como un bajón y en lo que vi mi entrepierna estaba bañada en sangre--
- Mamá mi bebé --me aguanté fuerte de ella y ella empezó a pegar gritos pidiendo ayuda--
- Tranquila hija, todo va a estar bien --me dice al colocar mis mejillas entre sus manos--
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