Celos

Salimos del despacho de Livia y caminamos por los pasillos con luces cálidas. Dahlia iba delante de mí, con esa seguridad de quien se cree dueña del mundo. Yo, en cambio, la seguía a regañadientes, sintiéndome como una niña obligada a ir a su primer día de clases… en una escuela del infierno.

—A ver, Sienna —dijo de repente, girándose hacia mí con una sonrisa—, dime, ¿alguna vez has bailado?

Fruncí el ceño.

—¿Bailado? ¿Te refieres a bailar normal o a lo que hacen aquí?

Ella soltó una risa ligera.

—A lo que hacemos aquí, por supuesto.

Suspiré, sintiéndome cada vez más fuera de lugar.

—No.

—Perfecto —respondió como si le acabara de dar una buena noticia—. Entonces tenemos mucho trabajo por hacer.

—Eso no es algo bueno.

—Oh, lo es. Créeme. Prefiero enseñar desde cero que corregir malos hábitos.

Bufé sin responder. Después de unos minutos, llegamos a una gran puerta de doble hoja. Dahlia la empujó con facilidad y, al otro lado, me encontré con una sala enorme con un escenario en el centro.

El club.

Aunque estaba vacío, podía imaginarlo lleno de hombres ruidosos, bebiendo, riendo, lanzando billetes mientras las chicas bailaban en la barra.

Había mesas repartidas por toda la zona, un bar lujoso al fondo y un par de sofás oscuros que no quería imaginar para qué los usaban. Pero lo que más llamaba la atención era la gran barra de pole dance en el escenario principal.

Dahlia se giró hacia mí con una sonrisa satisfecha.

—Bienvenida a tu nuevo campo de entrenamiento.

Mi estómago dio un vuelco.

—No puedo creer que tenga que hacer esto.

Ella rió, como si mi sufrimiento le divirtiera.

—Créelo, muñeca. Porque lo harás.

Se acercó a la barra y pasó la mano por el metal con un gesto casi… ¿cariñoso?

—Primero, lo más importante: aprender a usar la barra. No se trata solo de girar y moverte sensualmente. Hay técnica, hay equilibrio… No queremos que te caigas y te rompas un hueso, ¿cierto?

—Preferiría romperme un hueso antes que hacer esto —murmuré.

Dahlia me ignoró y chasqueó los dedos.

—Sube al escenario.

La miré fijamente.

—¿Qué?

—Vamos, sube.

No me moví.

—¿En serio?

—Sí, en serio. Vamos, no tenemos todo el día.

Rodé los ojos y subí los escalones, sintiéndome ridícula.

—Bien —dijo—. Agarra la barra.

Obedecí con torpeza.

—Ahora, lo primero que tienes que aprender es a moverte con ella. No es solo sujetarte. Tienes que hacer que parezca que la dominas, que es una extensión de tu cuerpo.

La miré con escepticismo.

—Suena fácil cuando lo dices así.

Ella rió.

—Lo es. Pero primero, veamos qué tan flexible eres.

—¿Flexible?

—Sí. Intenta levantar una pierna y rodear la barra con ella.

Hice el intento… y casi me caigo de espaldas.

—¡Mierda!

Dahlia aplaudió, claramente divirtiéndose a mi costa.

—Bueno, claramente tenemos mucho que trabajar.

Rodé los ojos, sintiendo que esto iba a ser una tortura.

—No te preocupes —dijo ella, con una sonrisa confiada—. En dos semanas serás una estrella.

—Lo dudo mucho.

—Lo serás.

...----------------...

Los días siguientes fueron un infierno.

Dehlia no tenía piedad. Desde que abría los ojos hasta que mi cuerpo ya no daba más, me hacía entrenar. Cada músculo me dolía, mis manos estaban llenas de moretones de tanto sujetarme a la barra, y mi dignidad… bueno, esa desaparecía un poco más con cada intento fallido de moverme sensualmente sin parecer un tronco.

—Más lento, Sienna —me corrigió por enésima vez, con ese tono de paciencia forzada.

—No eres un robot, tienes que moverte como si estuvieras seduciendo al aire.

Bufé, apoyando las manos en las rodillas, agotada.

—¿Cómo carajos se seduce al aire?

Ella soltó una carcajada burlona.

—Pues aprendiendo, muñeca.

Me estaba empezando a cansar que me llamara de esa forma.

Miré a mi alrededor. Algunas chicas también estaban practicando, y wow… algunas eran impresionantes. Se movían con una sensualidad que parecía natural, como si hubieran nacido para esto. Yo, en cambio, apenas lograba girar sin parecer una idiota descoordinada.

—Está bien, hagamos una pausa —dijo Dehlia, de repente—. Vamos al bar.

La miré sorprendida, pero no iba a discutir. Bajé del escenario con torpeza y la seguí. Nos sentamos en los altos taburetes, y ella le hizo una seña al barman, un tipo rudo que ni se molestó en saludarnos antes de servirnos dos vasos de algo oscuro.

Dehlia tomó el suyo con tranquilidad y me empujó el mío.

—Bebe.

La miré con una ceja arqueada.

—No bebo.

Ella me miró como si hubiera dicho que no sabía atarme los zapatos.

—Cariño, si quieres sobrevivir aquí, más te vale empezar.

Dudé, pero tomé el vaso y le di un sorbo. Instantáneamente, tosí como si me estuviera muriendo.

—¡Dios, esto quema!

Dehlia rió con diversión.

—Te acostumbrarás.

Me quedé en silencio, removiendo el líquido en el vaso, sin muchas ganas de seguir bebiendo.

—Tengo una pregunta —solté al final.

Ella me miró con curiosidad.

—Dispara.

—¿Cómo terminaste aquí?

Dehlia ladeó la cabeza, como si le divirtiera mi pregunta.

—Vaya, qué directa.

Me encogí de hombros.

—Bueno, no creo que muchas chicas estén aquí porque quieren.

—¿Y tú crees que yo sí?

No supe qué decir y Dehlia suspiró y miró su vaso antes de hablar.

—Cuando tenía tu edad, pensé que podía ser bailarina profesional. Entrené, me esforcé, lo di todo… pero al final, el dinero manda.

Se quedó en silencio un momento, como si recordara algo.

—No tenía muchas opciones. O trabajaba en un lugar como este… o terminaba en la calle.

—¿Y ahora? —pregunté en voz baja.

Ella me miró con una media sonrisa.

—Ahora soy la mejor.

Mi garganta se cerró. No porque la admirara, sino porque en su voz había un tono de resignación que me revolvía el estómago.

—Mira, Sienna —dijo, con un tono más serio.

—Sé que odias esto, pero si quieres sobrevivir, tienes que aprender. Nadie va a salvarte.

Le sostuve la mirada y, sin pensarlo, solté:

—Yo voy a salvarme.

Dehlia sonrió, pero su mirada era distinta. Como si le diera ternura mi ingenuidad.

—Espero que tengas razón.

Antes de que pudiera decir algo más, alguien entró al club.

Vincent.

Mi corazón se detuvo un segundo. No porque me gustara, sino porque su presencia siempre me ponía en alerta, pero lo que realmente me sorprendió fue la reacción de Dehlia.

En un parpadeo, su postura cambió. Su cuerpo se volvió más elegante, su rostro se iluminó y en su mirada apareció algo que nunca le había visto antes. Amor.

¿Es en serio?

Vincent, en cambio, ni siquiera la miró primero. Sus ojos fueron directos a mí. Me recorrió con la mirada, deteniéndose en cada curva sin ningún disimulo. Un escalofrío me recorrió la espalda, pero no aparté la vista. No iba a darle el gusto.

Después de unos segundos, finalmente miró a Dehlia.

—¿Cómo va el entrenamiento? —preguntó con su tono frío y autoritario.

Dehlia sonrió y se encogió de hombros, jugueteando con su copa.

—Digamos que tenemos mucho trabajo por hacer.

Vincent volvió a mirarme. Había deseo en su mirada. Pero lo que más me inquietó fue el cambio en la expresión de Dehlia. Su sonrisa se desvaneció apenas un segundo, pero lo noté. Celos.

Mierda, mierda, mierda. Entonces lo que me contó Jade era cierto, pensé con una mezcla de sorpresa y asco.

Ella parecía quererlo , pero Vincent… él la deseaba, pero no la miraba con la misma intensidad con la que me miraba a mí en ese momento.

No me gusta nada en la dirección en la que va esto.

—Espero que no me estés haciendo perder el tiempo, Sienna —dijo Vincent, con una sonrisa burlona que me daban ganas de borrarle a golpes.

Apreté los puños y respiré hondo.

—Estoy aprendiendo.

Él sonrió más, como si disfrutara de mi desafío.

—Más te vale.

Se dio media vuelta y salió del club sin decir nada más. Me quedé mirando la puerta por la que desapareció, sintiendo la mirada de Dehlia sobre mí.

Cuando giré el rostro, su expresión había vuelto a la normalidad, pero ya sabía la verdad. Estaba celosa

y eso solo hacía que mi vida aquí fuera todavía más complicada.

Capítulos
1 prólogo.
2 Rutinas
3 Algo No Está Bien
4 Oscuridad y miedo
5 Sombras en la Oscuridad
6 Jaula de Sombras
7 Esperanza Fugaz
8 La traición
9 Jaula de oro
10 La prueba
11 No soy tuya
12 La Rosa Negra
13 Reglas
14 Madame Livia
15 Dos semanas
16 Celos
17 Prueba
18 ¿Prueba superada?
19 Una Apuesta Peligrosa
20 Virgen
21 Encaprichamiento
22 No Era Parte Del Trato
23 ¡No, no, no!
24 Agonía
25 Deseo retorcido
26 Placer retorcido
27 Sin retorno
28 Bajo su dominio
29 Lo odiaba tanto que dolía.
30 No soy tuya... ¿o sí?
31 Cayendo
32 Propuesta desesperada
33 Pecado Y Ambición
34 Un Día Como Otro Cualquiera
35 Bajo La Superficie
36 El Cliente
37 Deseo Y Dolor
38 Rota
39 Fingiendo
40 Jugando Con Fuego
41 Placer culposo
42 Secretos y mentiras
43 Liv
44 Promesas Rotas
45 Sorpresa Inesperada
46 Caricias Con Sabor A...
47 Suave como la seda
48 Cautiva Del Deseo
49 Lo Que No Mata, Enseña
50 Mil cuatrocientos sesenta días
51 Nuevo cliente
52 ¿Quién demonios es este hombre?
53 Molestia
54 Pecados
55 Asqueada
56 No Sabes Nada De Mí
57 Un Precio Incalculable
58 Irreal
59 Brisa de Libertad y Sal
60 A Fuego Lento
61 El sabor del momento
62 El peligro de sentirse real
63 Entre Luces, Sombras y Besos
64 Una Mañana Deliciosa
65 Entre el deseo y la frustración
66 Perdición
67 Vendetta
68 Dragón
69 Oscuridad
70 Curiosidades y Verdades
71 Ni una más
72 Sombras del pasado
73 Rutina Letal
74 Depravación
75 Lujuria trazada en seda
76 Sorpresa inesperada
77 Hangar nueve
78 Propuesta
79 Indefinido
80 Elegir(se)
81 Libre... o no
82 Erase una vez...
83 ¡No pares!
Capítulos

Updated 83 Episodes

1
prólogo.
2
Rutinas
3
Algo No Está Bien
4
Oscuridad y miedo
5
Sombras en la Oscuridad
6
Jaula de Sombras
7
Esperanza Fugaz
8
La traición
9
Jaula de oro
10
La prueba
11
No soy tuya
12
La Rosa Negra
13
Reglas
14
Madame Livia
15
Dos semanas
16
Celos
17
Prueba
18
¿Prueba superada?
19
Una Apuesta Peligrosa
20
Virgen
21
Encaprichamiento
22
No Era Parte Del Trato
23
¡No, no, no!
24
Agonía
25
Deseo retorcido
26
Placer retorcido
27
Sin retorno
28
Bajo su dominio
29
Lo odiaba tanto que dolía.
30
No soy tuya... ¿o sí?
31
Cayendo
32
Propuesta desesperada
33
Pecado Y Ambición
34
Un Día Como Otro Cualquiera
35
Bajo La Superficie
36
El Cliente
37
Deseo Y Dolor
38
Rota
39
Fingiendo
40
Jugando Con Fuego
41
Placer culposo
42
Secretos y mentiras
43
Liv
44
Promesas Rotas
45
Sorpresa Inesperada
46
Caricias Con Sabor A...
47
Suave como la seda
48
Cautiva Del Deseo
49
Lo Que No Mata, Enseña
50
Mil cuatrocientos sesenta días
51
Nuevo cliente
52
¿Quién demonios es este hombre?
53
Molestia
54
Pecados
55
Asqueada
56
No Sabes Nada De Mí
57
Un Precio Incalculable
58
Irreal
59
Brisa de Libertad y Sal
60
A Fuego Lento
61
El sabor del momento
62
El peligro de sentirse real
63
Entre Luces, Sombras y Besos
64
Una Mañana Deliciosa
65
Entre el deseo y la frustración
66
Perdición
67
Vendetta
68
Dragón
69
Oscuridad
70
Curiosidades y Verdades
71
Ni una más
72
Sombras del pasado
73
Rutina Letal
74
Depravación
75
Lujuria trazada en seda
76
Sorpresa inesperada
77
Hangar nueve
78
Propuesta
79
Indefinido
80
Elegir(se)
81
Libre... o no
82
Erase una vez...
83
¡No pares!

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play