Capítulo 19

"—¿Por qué estás tan sorprendido? Como si nunca hubieras visto a una mujer desnuda —dijo Dirga.

Los pensamientos de Wildan se disiparon de repente. Sintió que Dirga tenía razón. Tomar fotos de mujeres desnudas seguramente no sería tan difícil como su trabajo con Dirga y Poppy el otro día.

—De acuerdo, señor. Aceptaré el trabajo. ¿Cuándo tengo que ir? —dijo Wildan.

—Te avisaré lo antes posible —respondió Dirga.

La conversación terminó ahí. Wildan exhaló un suspiro. Una sonrisa se dibujó en su rostro. Estaba muy contento de que su negocio de fotografía fuera un éxito.

—Tengo que hacer publicidad —murmuró Wildan mientras se daba la vuelta. Sus pasos se detuvieron al ver la figura de Yoga.

—¡Joder! ¿Desde cuándo estás ahí parado? —dijo Wildan.

—Desde que estabas al teléfono. ¿Qué trabajo aceptaste, Dan? Parecía bastante secreto —investigó Yoga.

—Ya sabes que estoy empezando un negocio de fotografía. ¡Y está siendo un éxito! —respondió Wildan.

—¿Ah? ¿Ya empezaste?

—Sí. ¿Por qué me seguiste hasta aquí?

—Es que los chicos nos invitaron a una reunión para hablar sobre el cortometraje.

Wildan asintió. Él y Yoga fueron a reunirse con los demás. Volvieron a reunirse en el cenador. Hablaron sobre el cortometraje que querían hacer. Natasha incluso se unió a ellos.

En ese momento, Wildan estaba ocupado con su portátil. Quería crear un anuncio para sus servicios de fotografía.

Dio la casualidad de que Natasha estaba sentada al lado de Wildan. Así que pudo ver en qué estaba trabajando.

—¿Fotógrafo plus plus? —Natasha miró a Wildan con curiosidad justo después de ver lo que Wildan estaba escribiendo en la pantalla del portátil.

—¿Qué? ¿Vulgar, eh? —respondió Wildan.

—No. Interesante, de hecho. ¿Así que vas a aceptar cualquier tipo de trabajo de fotografía? —preguntó Natasha.

—Sí. ¿Te interesa utilizar mis servicios? —dijo Wildan. Estaba bromeando, por supuesto.

En ese momento, un chico hizo un puchero al ver la cercanía de Wildan y Natasha. No era otro que Yoga.

—¡Ya está! Parece que Natasha ya ha tomado su decisión —susurró Egy. Él y Jaka se rieron en silencio para burlarse de Yoga, que claramente estaba celoso.

—Cállense. Además, no sabemos lo que siente Wildan. No creo que le guste Natasha —dijo Yoga.

Mientras tanto, Wildan y Natasha seguían hablando. Wildan se sorprendió bastante de que Natasha estuviera realmente interesada en utilizar sus servicios de fotografía.

—¿Estás segura? Sólo estaba bromeando —dijo Wildan.

—Sí. Pero se trata de un asunto personal. Ya hablaremos en privado —respondió Natasha.

Wildan asintió. Él y los demás pronto empezaron a hablar sobre la tarea del cortometraje. Debido a la insistencia de Jaka por hacer una película de terror, al final todos estuvieron de acuerdo. Por ello, la tarea del guión recayó por completo en Jaka.

Después de la discusión, todos se fueron a casa. Fue entonces cuando Natasha invitó a Wildan a hablar en privado.

Una vez más, la cercanía de ambos hizo que Yoga se pusiera celoso. Incluso se quedó allí parado, mirando a Wildan y Natasha alejarse juntos.

—¡Ya está, Ga! Hay muchas chicas en el mundo. No te obsesiones con una sola. ¿Quieres que te busque una? —Egy pasó un brazo por los hombros de Yoga.

—Tú eres el que se tira a todas. ¡Yo soy fiel! —respondió Yoga—. Voy a intentar hablar con Wildan. Ver si está interesado en Natasha o no —continuó.

—De acuerdo, de acuerdo, como quieras. ¡Vámonos a casa! —dijo Egy.

Al mismo tiempo, Wildan y Natasha estaban uno frente al otro. Natasha se apresuró a explicarle lo que quería que Wildan hiciera con su cámara.

—Sospecho que mi padre me está engañando —reveló Natasha.

La frente de Wildan se frunció. Si el padre de Natasha la estaba engañando, ¿qué tenía eso que ver con sus servicios de fotografía?

—¿Y qué quieres que haga yo? —preguntó Wildan.

—Todavía son sospechas, Dan. No se puede revelar la verdad sin pruebas. ¿Entiendes a qué me refiero? —respondió Natasha.

—Espera un momento. ¿Quieres que haga fotos de las pruebas de la infidelidad de tu padre? —adivinó Wildan.

Natasha asintió. —¡Te pagaré lo que sea! —dijo.

Wildan parpadeó rápidamente. Se sintió vacilante e inquieto al mismo tiempo. ¿Cómo no iba a hacerlo? Sabía que el padre de Natasha era un diputado que trabajaba en el edificio más grandioso del país.

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