Capítulo 10

  "Mi objetivo no eres tú, ni ninguna otra chica. Deja de hablar de otras chicas cuando estamos juntos", dijo Arbi, disgustado, ya que Aira no dejaba de hablar de otras chicas, especialmente de Queen.

  Aira miró a Arbi con cinismo. ¿Qué clase de loca aceptaría a un chico que ya tiene novia? ¿Y qué clase de loca, sin ton ni son, de repente le habla de amor y cariño a otra chica cuando claramente todavía tiene novia? Ponte en el lugar de Aira, ¿te sorprendería? ¡Pues claro que sí! Ella y Arbi estaban en la misma clase, sí, y se conocían desde hacía casi 3 años, pero su interacción era normal, incluso rara vez hablaban o salían juntos. Tenían sus propias vidas y, también, sus propias parejas. Por eso, Aira estaba bastante sorprendida por lo que le estaba pasando a Arbi esta noche. Era como si no reconociera al Arbi de siempre. El Arbi que tenía delante ahora era como un chico locamente enamorado.

  "Escúchame bien, Ar. Te agradezco mucho que me hayas abierto los ojos sobre lo malo que es Bara, pero nunca te pedí compasión ni que fingieras que te gusto. Estoy bien. ¡De acuerdo!", dijo Aira con firmeza.

  "Y una cosa más, por muy roto que tenga el corazón, no quiero ser la otra ni salir con alguien que tiene novia", continuó Aira con frialdad.

  "Tú eres la única, no hay nadie más". Cup... Arbi se acercó y besó la frente de Aira. Aira, que no estaba preparada, no pudo esquivarlo cuando Arbi la besó repentinamente en la frente. Aldo y Rere, que acababan de acercarse a sus hermanos, se quedaron atónitos al ver lo que Arbi acababa de hacer.

  "Deja de pensar demasiado. Confía en mí. En cuanto a Queen, ten paciencia. Yo me encargo de ella", continuó Arbi en voz baja, hasta el punto de que Aira se quedó sin palabras.

  "Ese anillo era solo una muestra de lo serio que voy contigo. La semana que viene te compraré uno de verdad", continuó mientras acariciaba el pelo de Aira con cariño.

  Aira parpadeó repetidamente. Su corazón latía con fuerza. Al escuchar las palabras de Arbi, que sonaron realmente dulces en sus oídos, su corazón se aceleró.

  ¿Qué le pasa a mi corazón?, murmuró Aira en voz baja mientras se agarraba el pecho.

  "¿Qué están haciendo?", preguntó Aldo, sacándola de sus pensamientos.

  "Ah... ¿Ya estás aquí? Te estuve buscando", dijo con un ligero nerviosismo al ver a su hermano menor allí.

  "Yo también te estuve buscando. ¿Dónde estabas? No te localizaba", se quejó Aldo al instante.

  "¿Sí?". Aira comprobó su teléfono y, efectivamente, tenía muchas llamadas perdidas de Aldo.

  "Lo siento, tenía el móvil en silencio. Vamos, volvamos a casa. Ya es de noche", dijo Aira a Aldo mientras lo tomaba de la mano para volver a casa.

  "¡Espera!", Arbi detuvo a Aira y a Aldo.

  ¿Ahora qué quiere este tío?, pensó Aira, molesta.

  "Luego te llamo. Recuerda lo que te dije. ¿Sí?", dijo Arbi mientras acariciaba suavemente el pelo de Aira.

  "Ohhh, oooh... ", se burló Rere, que sabía que su hermano se estaba enamorando del hermano de su amiga.

  Aira se puso roja como un tomate al verse descubierta por su hermano y la hermana de Arbi.

  Aira no respondió ni dijo nada ante las palabras de Arbi ni las bromas de Rere. Simplemente arrastró a Aldo lejos de allí. Si se quedaba más tiempo, su corazón no dejaría de latir con fuerza y no quería volver a enfrentarse a esa situación tan incómoda con Arbi. Parecía que, de ahora en adelante, tendría que mantenerse alejada de Arbi para no volver a vivir una situación como esa. Era extraño y confuso.

* * * * * * *

    A la mañana siguiente, como de costumbre, Aira tenía que ir a trabajar en el turno de mañana. No dejaba de bostezar, señal de que aún tenía sueño. Lo sucedido en la feria la había mantenido despierta toda la noche. Además, su teléfono no dejaba de sonar, Arbi no paraba de llamarla, pero ella no contestaba. No quería complicarse la vida con Arbi.

    "Bienvenidos y gracias por su visita", saludaba Aira a cada cliente que entraba.

    "¿Trabajas aquí?".

    Aira levantó la vista y se sorprendió al ver que era Bara a quien acababa de saludar. Aira se quedó callada, sin responder, mirando a Bara, que también la miraba.

    "¿Sigues enfadada?", preguntó Bara de nuevo.

    "Lo siento, estoy trabajando", respondió Aira con tono formal.

    "De acuerdo, te esperaré hasta que termines de trabajar", dijo Bara mientras sonreía a Aira.

    Aira no respondió, sino que se puso a trabajar en el ordenador y a revisar la mercancía que acababa de llegar.

    Bara examinó el rostro de la chica que había sido su novia secreta durante los últimos 2 años. Al principio, solo seguía el reto de Beni, pero luego se sintió cómodo en la relación con Aira. Por eso su relación había durado 2 años, a pesar de que Beni solo le había dicho que saliera con ella durante un mes. Sin embargo, hacía unos meses, su novia, Michael, había vuelto a Indonesia, por lo que su relación con Aira se había distanciado, ya que Bara daba prioridad a su novia por encima de Aira, por lo que a menudo desaparecía sin dar explicaciones.

    Perdóname. Ahora eres la única, pensó Bara mientras se alejaba de Aira. Bara se prometió que volvería a luchar por Aira.

  15:00 h

Era la hora de que Aira se fuera a casa. Ese día, Aira quería cocinar pescado, así que antes de volver a casa quería pasar por el mercado que había cerca de su trabajo.

    Cuando estaba a punto de irse, Arbi la estaba esperando delante del supermercado. Aira, al ver a Arbi, fingió no verlo.

    "No finjas que no me ves", dijo Arbi, que sabía que Aira fingía no verlo.

    "¿Qué haces aquí?", preguntó Aira con enfado.

    "Parece que sigues enfadada porque te compré un anillo falso". Arbi, al ver la cara de Aira, que seguía seria.

    "¿Por qué iba a enfadarme? Para empezar, nunca te pedí que me compraras un anillo", Aira miró a Arbi con horror.

    Arbi se acercó y observó el rostro de Aira. Aira se sintió un poco incómoda al ser observada de esa manera.

    "¿Por qué me miras así?", dijo Aira, incómoda.

    "Bueno, vamos a comprar ahora mismo el anillo de verdad para que dejes de estar enfadada". Arbi seguía pensando que Aira estaba enfadada porque le había comprado un anillo falso y no uno de verdad.

    "Ya te he dicho que no quiero que me compres un anillo. ¿Estás sordo?", dijo Aira, gritando un poco, harta de Arbi.

    "Si quieres comprar un anillo, cómpraselo a tu novia", continuó Aira mientras se marchaba y dejaba a Arbi atrás.

Arbi agarró la mano de Aira y, de repente, la abrazó con fuerza. Aira se quedó muy sorprendida.

    "Ar, ¡suéltame!", Aira forcejeó y no dejaba de golpear la espalda de Arbi.

    "Ra, no puedo controlar lo que siento por ti. ¡Cada día que pasa se vuelve más loco, ¿sabes?! Por favor, dame una oportunidad. Te demostraré que voy en serio contigo. En mi corazón solo estás tú, solo tú, nadie más, ni siquiera Queen. Siento haberme equivocado de persona. Tanto que ni siquiera te reconocí", dijo Arbi con el corazón en la mano.

    Aira podía sentir el corazón de Arbi latiendo rápidamente, igual que el suyo en ese momento. Este chico, Arbi, de repente le ofrecía un amor que la propia Aira aún no quería conocer durante un tiempo, para que las heridas de su corazón pudieran sanar. Quería tener una relación cuando se hubiera recuperado de su pasado. Pero entonces llegó Arbi, a quien conocía por tener novia en el instituto, y se empeñó en tener una relación secreta a espaldas de su novia. Si Aira tenía una relación con el novio de otra, sería como si Aira cavara su propia tumba.

    Aira cerró los ojos. ¿Qué iba a hacer con este Arbi tan testarudo y empeñado en salir con ella? ¿Debería aceptar la locura de Arbi? Tal vez Arbi solo tenía curiosidad, una simple obsesión por salir con ella. Cuando se cansara, se iría solo. Aira solo tenía que seguir la corriente, sin involucrar sus sentimientos, porque que la persiguiera constantemente la inquietaba.

    "De acuerdo. Démosle una oportunidad". Finalmente, Aira cedió y accedió a darle una oportunidad a Arbi, pero no quería que nadie se enterara.

    "Gracias". Arbi sonrió feliz y besó la frente de Aira.

    "Vale, ya suéltame. La gente nos está mirando", Aira siguió apartando a Arbi de ella.

    "Un momento... Estoy feliz ahora mismo", Arbi seguía abrazando a Aira y aspirando el aroma de su cuerpo, que le resultaba adictivo.

    Ohhh, oooh... Ya se están poniendo cariñosos... Qué rápido, y el esfuerzo ha merecido la pena... Ha sido pan comido...

    Aira se rindió en lugar de discutir con un hombre enamorado, ya que eso solo la enfadaría y la dejaría agotada.

Arbi abrazó a Aira durante un buen rato y finalmente la soltó, invitándola a subirse a su moto.

    "He traído mi propia moto, Ar", se negó Aira señalando su moto, que aún estaba bien aparcada en el aparcamiento del supermercado.

    "Deja tu moto aquí. Ya se la llevarán a tu casa". La respuesta de Arbi hizo que Aira negara con la cabeza.

    "Vamos, sube. Vamos a comprar el anillo y luego te llevo a donde quieras", continuó Arbi mientras se ponía el casco.

    "Ya te he dicho que no quiero que me compres un anillo. Llévame al mercado a comprar pescado", respondió Aira mientras se ponía también el casco.

    "Es una muestra de mi compromiso contigo, cariño. Tengo ahorros, no hace falta que esperemos a la semana que viene, cuando cobre. No quiero que sigas enfadada porque no te he comprado uno de verdad". Arbi seguía empeñado en comprarle un anillo a Aira. Era muy testarudo.

    "Está bien... Como quieras. Estoy cansada de discutir contigo". Aira puso los ojos en blanco. No tenía energía para enfrentarse a la terquedad de Arbi.

Aira se subió a la moto de Arbi y salieron a toda velocidad del aparcamiento del supermercado donde trabajaba Aira.

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