-Matt, no entiendo de qué estás hablando. ¿Por qué estás tan alterado?- le dijo la mujer intentando calmar la reacción de su hijo.
-Mamá, estoy cansado de que tomes decisiones por mí. No estuviste allí cuando te necesitaba. Y ahora vienes a querer imponerme a esta muchacha.- espetó Matt sin ánimos de contenerse, sabía que la joven frente a él no tenía culpa alguna, pero su decisión era reflejar su postura y no permitirle a su madre que quisiera obligarlo a nada.
- Por favor, cálmate. No es apropiado hablar así, especialmente delante de Emily.- lo increpó la mujer procurando acallarlo.
- Si no querías que Emily se sintiera incómoda, no deberías haberla traído y tratado de imponérmela- le dijo él dejando clara su postura.
- Matt, no te reconozco cuando hablas así. Tienes que entender que quiero lo mejor para ti y Emily es una excelente opción- continuó la mujer, sin dejar sus intentos para convencerlo de aceptar tener algo con la muchacha.
-Mamá, lo que quiero es que me escuches y respetes mis decisiones. No puedes seguir intentando manipulárme de esta manera- espetó el joven casi al punto de salirse de sus cabales.
-Estás siendo muy irrespetuoso, Matt. Emily merece tu atención y consideración- le dijo la mujer claramente ofuscada.
-No puedo creer que estés más preocupada por Emily que por mí. Esto es exactamente lo que estoy tratando de decirte- casi gritó él con el único fin de que su madre lo oyera- A ti lo único que te interesa es que se haga tu voluntad. Y a estas alturas debería haberte quedado claro que jamás voy a hacer lo que tu quieras, madre.
La mujer llevó una de sus manos al pecho, como si las palabras de su hijo le doliera, Emily se asustó al ver la reacción de la madre de Matt, se acercó a ella, le tomó una mano y luego observó a Matt con desagrado y casi, casi reclamándole con la mirada por su comportamiento para con ella.
-¿Qué ocurre?- indagó el joven empresario, enfrentándose a la joven- ¿Acaso tú estás de acuerdo con esto de comprometerte con alguien que ni siquiera conoces?
-Yo no tengo problemas con eso- dijo Emily de manera desinteresada y casi con orgullo en su voz. Mientras que la madre del joven seguía con una mano sobre su pecho.
-¡No lo puedo creer!- espetó Matt desconcertado, ya que se dio cuenta de que la apariencia débil y sumisa de la tal Emily no era más que una fachada para que él cayera- ¡Ustedes son exactamente iguales!- les recriminó- ¡Son unas viles mentirosas manipuladoras!
-¡Momentito! ¡No te permito!- exclamó la mujer mayor poniéndose de pie, dejando caer su teatro.
-¿Ves? ¡Lárguense de aquí las dos!- les ordenó, y esperaba que ambas mujeres se marcharan antes de que su enojo pasara a ser ira.
-No puedes echarme, soy tu madre- dijo la mujer al borde de un ataque de gritos.
-Eres mi madre, pero no te comportas como tal- espetó él conteniéndose al máximo- ¡Fuera de aquí!- dio un grito tan fuerte que en menos de quince segundos ambas mujeres estaban en la puerta de la oficina a punto de salir.- ¡Mamá!- dijo Matt antes de que su madre saliera, la mujer se giró - Te pido por favor, no regreses. Porque si lo haces me voy a ver obligado a hacerte sacar con seguridad.
-¡No creas que vas a tener tanta suerte!- espetó la mujer, cerrando luego la puerta tras de ella con un fuerte golpe.
Matt se dejó caer en su silla ejecutiva, y bufó consternado, decepcionado, frustrado pero sobre todo muy enojado.
Minutos después de que la madre de Matt se marchara, unos golpes sonaron en la puerta, él se hallaba con la cabeza entre las manos intentando calmarse lo más pronto posible.
-Adelante- dijo el joven con más tranquilidad.
-Señor- dijo su secretaria asomando la cabeza a través de la puerta entre abierta- ¿Necesita algo?
-Un analgésico bien fuerte- respondió él, la secretaria asintió y salió con mucho cuidado para traerle a su jefe lo que acababa de solicitarle.
Tras haberse calmado, y tomado un par de analgésicos, Matt se dispuso a seguir trabajando, pero como al parecer la vida tenía ganas de seguir jodiéndolo, el dolor de cabeza que se había disipado, regresó cuando su secretaria le anunció que su abuela lo llamaba por teléfono.
-¿Hijo?- hablo la mujer del otro lado de la línea- ¿Cómo estás?
-Bien abuela, ¿y tú?- respondió él con amabilidad, ya que a su abuela quien había sido la mujer que lo había querido y cuidado siempre no podía hablarle como lo había hecho con su madre.
-Bien, hijo- respondió la mujer de setenta y cinco años de edad- Te llamé para saber si ya está listo lo que te pedí.
-¿Qué cosa, abuela?- preguntó él dudando.
-Lo de tu boda hijo- respondió la anciana- Me dijiste que me darías una grata sorpresa.
-Si, abuela. Es cierto, lo había olvidado- respondió él llevándose las manos a la cabeza- Encontrémonos a las siete en ti confitería favorita, ¿sí?- le dijo Matt, mientras en su cabeza maquinaba que hacer para dejar conforme a su abuela.
-Ok, hijo. Te veo allí- replicó la anciana y luego cortó la llamada.
-¡Carajo! Debo haber sido una persona muy mala en mi vida anterior como para tener que soportar todo esto- espetó con frustración, poniéndose de pie y marcando el número de Jack, uno de sus amigos más fieles.
Cuando Jack lo atendió, el joven empresario le explicó lo que ocurría y su amigo le propuso enviar a una de sus amigas de la vida nocturna ( porque Jack, era de esos a los que les encanta la noche y las mujeres fáciles)y que él la hiciera pasar por su novia. Matt aceptó, ya que sopesando la idea de su amigo, esta parecía bastante coherente. Los amigos se despidieron, Matt miró la hora en su reloj y decidió que era hora de ir a encontrarse con su abuela.
En el hospital donde Mía aún se encontraba esperando por los resultados médicos....
Los pasillos del hospital resonaban con el eco de los pasos apresurados del personal médico. Mía esperaba ansiosamente en la habitación de su madre, con el corazón palpitando con fuerza, temiendo lo peor. Cuando los médicos finalmente entraron, Mía se puso de pie, incapaz de contener el nerviosismo que la invadía, mientras su madre le tomaba la mano con fuerza, en señal de unión entre ambas.
-Buenas tardes, Mía- dijo el doctor Martinez - Tenemos los resultados de los exámenes médicos realizados a tu madre, los hemos revisado detalladamente y...
- ¿Qué pasa con ella?- interrumpió Mía angustiada- ¿Qué dicen los resultados?
- Lo siento mucho, Mía. A pesar de todos nuestros esfuerzos, el cuerpo de tu madre ha sucumbido nuevamente- dijo el galeno- a pesar del período de remisión, pudimos notar la " recurrencia del cáncer "
Mía sintió un nudo en la garganta y las lágrimas amenazaron con brotar de sus ojos. Ana, su madre, miraba en silencio, con los ojos llenos de tristeza y resignación.
-¿Qué significa eso? - preguntó la joven con su voz temblorosa- ¿Qué va a pasar ahora?
- A partir de ahora necesitaremos tomar decisiones sobre el curso del tratamiento y el cuidado de tu madre- le explicó la doctora García, intentando llevarle calma a la muchacha.
Mía asintió con la cabeza, pero su mente estaba llena de preocupación y confusión. La idea de volver a enfrentarse a la incertidumbre y el dolor le resultaba abrumadora.
Ana, por su parte, dejó escapar un sollozo silencioso, consciente de que la vida, una vez más, se deslizaba hacia el caos y la desesperación.
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Comments
Ysied Iriza
Dios pobre mi primero el golpe de haber perdido a su Padre pues se suicidó por no tener el dinero y poder limpiar su nombre siendo Inocente del Desfalco y ahora su mamá nuevamente enferma con cacer la bia ha sido dura con mia
2025-02-21
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Maigualida Ramirez
pobrecita esa chica golpe tras golpe
2024-09-23
1
Maru
Pobre Mía dolor tras dolor, tragedia seguida de otra, su novio rompe el compromiso sin explicación alguna 😔 Espero que todo le sea compensando y con creces
2024-09-15
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