15- Mi hermano

Dunkan en estos días tiene trabajo, las nevadas empiezan, los tres desayunan y cenan juntos, para Luciel todo está en calma, siente que tiene la vida perfecta, Aina visita el Orfanato para dejar unas mantas y ropa de Luciel, convenció a las damas en donar la ropa de sus niños, así el invierno será menos frío.

Mientras en el palacio un caballo llega a todo galope.

-Principe, que bueno que llegó.

-Donde está mi madre.

-Esta con el Rey en su despacho...

El corrió hasta llegar al despacho de su madre, no hay guardias, solo que antes de entrar se detiene.

-Jamás debiste permitir ese matrimonio, siempre has preferido a Dunkan, te recuerdo que mi hijo será el Emperador.

-Si hablamos de culpa tú eres el culpable de que Kiram sienta eso, tú lo pusiste en contra de Dunkan, ellos eran cercanos hasta que tú empezaste a separarlos.

-Dunkan es un duque que debe obedecer a Kiram, siempre es irrespetuoso y orgulloso con mi hijo.

-Yo jamás los vi diferentes, me di cuenta ya muy tarde cuando ambos peleaban por esa inútil.

-Kiram se enamoró, pensé por un momento que tal vez esa niña pondría de su parte, pero no fue así.

-Kiram le ganó a Dunkan...

-Jaja, tú en verdad crees que eso pasó, Dunkan no sabe que es el amor, ni siquiera nosotros, él no estaba enamorado de esa mujer, lo hizo por qué no quería que Aina fuera su esposa, sabes que ella no podía casarse con cualquiera, es hija única la heredera de ducado del sur, donde está la flota nuestra única defensa en el mar.

-Por eso los nobles quieren que Dunkan sea el Emperador, por qué es hijo de tu hermano.

-No, los nobles quieren que sea el emperador por qué él no es tan tonto para caer por una cara bonita, por qué siempre ha entrenado, tú te encargaste de consentir a tu hijo y él jamás le ganaría a Dunkan en un combate, lo quieren por qué él es el legítimo heredero, tú y todos los saben, pero te encargaste de que Kiram odiara a su hermano.

-No es su hermano, él no será el Emperador, de eso me encargo yo, prefiero verlo muerto, lo oyes muerto como a su padre.

El rey sale enojado del despacho, Kiram solo se esconde y se va, en su cuarto solo procesa lo que escucho.

-Dunkan jamás quiso ser el príncipe, si yo crecí con Aina viéndolo entrenar por qué él me decía que cuidaría la frontera norte, que me ayudaría, que pasó, por qué deje de verlo como mi hermano, él era mi hermano, le daba dulces a Aina y a mi me ayudaba a entrenar, el era mi Hermano.

La emperatriz solo observa a su esposo, alguien con ambición, él fue unos de los que presionó a su padre para darle corona, el Gran Emperador solo acepto por qué Dunkan era muy pequeño, pero con una condición, solo sería coronada la emperatriz y su esposo como Rey, no le daría el poder para reinar.

-Martin.

-Si mi señora?

-De lo que has investigado no hay nada?

-No, todos los registros de su hermano arrojan que fue muerte natural por una enfermedad.

-y mi cuñada.

-También no hay nada, solo cayó por las escaleras, no había nadie en la mansión, solo los sirvientes.

-Maldita sea!! Acaso es el destino, le juré a mi padre que Dunkan sería el Emperador, debemos encontrar su testamento, ahí está su sello, a quien se lo dio, dónde está.

El gran Emperador, veía la ambición en su yerno, como última petición dejo un testamento con su sello, sello que se hereda con magia, magia que solo pasa de padre a hijo, la emperatriz trabaja con otro sello, solo se dijo que sería uno nuevo por qué ella no tenía magia, pero un día ese sello desapareció y el testamento también, sin eso ella no puede darle el trono a Dunkan, los no les están divididos, solo aceptarán si ella presenta ese testamento.

Sobre el rey tiene sospechas, pero nada lo incrimina, solo es su intuición.

-Seguiremos buscando, mi señora el príncipe regreso

-Justo a tiempo, tengo su divorcio debe firmarlo.

Después de tres meses, todos están reunidos en la sala del trono, Larisa sabía que el príncipe estaba en el palacio, aún así no pudo verlo, no podía salir de su palacio, ya no pudo hablar con el para convencerlo, verlo en el trono junto a su madre le da esperanzas, pero él la ve indiferente, para sorpresa de todos había firmado los documentos.

-Los documentos están firmados, el divorcio es un hecho, se te escoltaran a tu casa, y no podrás regresar.

-Pero principe, por favor, prometiste amarme.

-Lo hice, tu prometiste poner de tu parte, no aprendiste nada, ahora vete.

Larisa fue sacada, ni siquiera se le dió la oportunidad de defenderse, su padre solo fue notificado, si hace algo será acusado de desviar fondos y lo condenarán a las minas, lo robado es la compensación de Larisa.

Sus cosas ya están afuera y la que una vez fue una princesa va caminando, los nobles la ven con burla sobre todo las mujeres que son jóvenes, ahora cualquiera de ellas tienen una oportunidad.

En el carruaje iba llorando y maldiciendo, solo esperaba que su padre tenga un plan, ahora ya no es nada, aparte se rumora que es estéril y también por eso fue su divorcio.

-Son unos malditos, me las pagarán.

Al llegar su padre la regaño y la golpeó, la encerró en su cuarto, ahora es una mujer divorciada, ni siquiera le dieron una compensación, el dinero que mandaba ya no está, solo fue para pagar lo que se debía, están igual de como estaban antes.

Para Kiram las cosas tampoco son fáciles, en el palacio su madre está molesta, él tiene deberes que no ha realizado.

-A ti también hay que ponerte asistentes?

-No, trataré de ponerme al corriente.

-Piensas que Dunkan es mejor que tú, eso es una estupidez, no tienes que ser mejor que él, tienes que realizar tu trabajo, quieres la corona, no es solamente llevarla en la cabeza, tienes trabajo, eso es ser un emperador trabajar por tu pueblo, si tanto es tu interés por esa corona demuestra que puedes hacerlo, a partir de mañana se te dará la lista de candidatas.

-Pero madre...

-Que, ahora piensas en ir a cortejar a una plebeya, ninguna dama con un título menor será considerada, solo elegirás de esa lista.

-Aina puede volver al palacio, ella siempre quiso ser la Emperatriz.

-Jajaja, piensas que ella regresará, por qué lo haría, ella jamás confiaría en ti, está casada.

-Tu la obligaste a casarse, si no lo hubieras hecho ella me seguiría esperando.

-Dios! Dime quién es el padre de Aina.

-Es el duque del Sur.

-Sabes que al romperse tu compromiso, no tardaron en llegar las cartas al sur, Aina es la heredera del ducado, si ella se casaba con alguien fuera de la familia real que crees que pasaría, dime.

-Alguien ajeno entraría al ducado dónde está la flota de barcos.

-Que más, dices que serás el emperador, que pasaría.

-El duque estaría enojado, dejar entrar a alguien ajeno, causaría que nosotros estemos en manos de alguien que no conocemos y no tenga lealtad a la corona.

-El título de príncipe heredero lo tienes solo porque tu padre es importante, varios nobles lo apoyan, pero también varios nobles están en tu contra, si Dunkan quisiera puede quitarte ese título, a pesar de tus celos estúpidos el no es así, doy gracias que no lo sea o ya estrias muerto.

Kiram sabe que su madre tiene razón, solo algo dentro de el sigue pensando que Aina puede regresar, tal vez si ella sabe de su divorcio ella regresará, manda a llamar a su asistente pera que se de el aviso de su divorcio.

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