9- Nunca lo ame

El duque durmió un poco más, lo despertaron cuando el príncipe llegó a la mansión principal para desayunar con los duques, llevándose la sorpresa que la duquesa no estaba y el duque seguía durmiendo

-Pero que? Acaso aqui no desayunan?

-En la mansión de invitados te daría tu desayuno, estoy cansado.

-Que?

-Cuándo te vas majestad? No te invite a estar en la mansión, vente a la casa de visitas.

-No sé, quiero ver el festival, te recuerdo que no me puedes tratar asi.

-Primero me gritas frente a todos, que me quitaste al amor de mi vida y piensas que estaré como si nada, vete a desayunar solo, luego que termines, ya que estás aquí, necesito que me firmes unos papeles.

El príncipe no pudo decir nada por qué Luciel bajo corriendo con su luna en la mano.

-Papá, gracias está muy bonita, cuando llegaste.

Dunkan lo abraza y Luciel también, el príncipe solo lo ve y es igual a Dunkan, cabello blanco, un niño muy bonito, además lo más seguro es que tenga magia.

-Llegue muy noche y no te quise despertar, te has portado bien, mira saluda al príncipe heredero.

Luciel hace su reverencia, el principe se da cuenta de que mueve ligeramente su pie hacia atrás, su corazón siente nostalgia, solo hay una persona que hace su reverencia así, le recuerda a una joven de cabello negro que corría siempre a saludarlo.

-Eres un niño muy educado, te pareces mucho a tu papá.

-Gracias, papá desayunas conmigo.

-Si vamos, tú vete, voy a desayunar con mi hijo.

-Que? Eres un grosero.

-Papá, mamá se fue temprano a trabajar con Noel, debes quererla mucho, si no él se quedará con mi mamá.

-Que? Espera... cómo le dijiste? Y quién es Noel? **Que carajos pasa en mi casa**

-Es el asistente de mamá, que la acompaña a todos lados, salen juntos también comen juntos y se van al pueblo, además él es muy guapo y alto, eso dicen las mucamas.

Luciel estaba feliz de ver a su padre, el le cuenta como se adorno el jardín y la ciudad.

-Tu madre es la duquesa?

-Quien más papá, estás enfermo, la duquesa es mi mamá ella me dejo decirle así, papá ella es mi mamá, no dejes que se vaya o te voy a odiar.

Dunkan solo se sorprende como es que su hijo le dice todo eso, ahora se pregunta dónde está Aina, solo termina de desayunar con Luciel y busca al mayordomo, cuando lo encuentra está en la sala de música, que por cierto está renovada y ponen nuevas cosas.

-Robert, ven aquí un momento.

-Mi señor no me avisaron que se había despertado.

-Me puedes decir donde está mi esposa, y que sucede en esta casa?

-La duquesa está en su despacho, ella hizo todos los cambios que ve, pero la señora le dará los detalles, por qué no va a verla.

Al salir de la mansión va a las oficinas administrativas y se encuentran al príncipe en el camino, ambos escuchan un escándalo, el asistente del duque trataba de manejar el asunto, pero no podía, ambas gritaban que ni siquiera se dieron cuenta que el duque estaba parado ahí con el príncipe.

Minutos antes Aina trabajaba tranquila hasta que cierta joven llegó a decir tonterías.

-Usted solo es duquesa por qué la obligaron a casarse, no tiene interés por el Ducado, por qué no se va a su cuarto como siempre.

-Tú no eres nadie para decirme que debo hacer.

-Usted se está gastando el dinero, se ha gastado más de lo que se asigna al festival.

-Pero que?

-Le voy a decir al duque cuando llegue, que ha malgastado el dinero en cosas innecesarias, no es buena persona, por eso el príncipe la abandonó y el la dejo por alguien mejor, por más que llore el jamás la amara.

En la sala de los despachos, una fuerte cachetada resonaba, Aina no soporto más y la golpeó, causando que la joven cayera al piso, el príncipe y el duque solo abren los ojos de la impresión, el duque veía a Aina diferente, estaba arreglada, su ropa no era tan voluminosa y extravagante, se veía bonita con poco maquillaje, aunque su rostro cambio al escuchar esas palabras.

- Quien te crees que eres, con que derecho me reclamas algo que no te importa.

Aina la toma del cabello para verla de cerca, la joven sigue en el piso, Aina está tan enojada, ninguna de las dos se da cuenta de la presencia del duque.

El duque quería moverse, pero no podía, el rostro de Aina era de odio y desprecio.

-Crees que lloraba por ese imbécil que no supo mantener su promesa, todos asumen que es por él, Jaja piensas que lloro por amor, que lo amaba, yo jamás lo ame, debía amarlo que es muy diferente, pero la verdad no, nunca lo hice.

-Miente lleva encerrada en su cuarto mucho tiempo.

Lágrimas salían de los ojos de Aina era la tristeza de la verdadera, sus recuerdos estaban ahí.

-Tú acaso sabes lo que es que desde los cinco años te separen de tu madre, te pongan un corsé, zapatos con tacón y libros en la cabeza para caminar, no comer lo que te gusta, todo por qué la Emperatriz tiene que ser perfecta, estar sola en un maldito palacio, fingir una sonrisa mientras tus pies duelen por los golpes de ella institutriz, esa maldita bruja me hacía repetir la etiqueta una y otra vez, si tomaba los cubiertos equivocados golpeaba mis manos, crees que eso es fácil, no verdad, por lo menos te lo imaginas? Te imaginas a una niña queriendo ser adulta, tener que aguantar a un mocoso desagradable, que se cree el mejor príncipe del mundo, ver cómo todo mi esfuerzo no fue valorado por nadie, ni siquiera por él, sabes la tontería que me dijo antes de casarme, "Te quiero como a una hermana, espero que seas feliz".

Feliz, feliz como con un hombre que ama a otra, con un hombre que también se enamoro de esa inútil, que no sabe hacer nada, ahorita debe tener problemas en el palacio, pero jamás volveré a pisar ese palacio mientras esté viva, jamás !!

-Que? Suéltame, usted solo se la pasa llorando

-Si llore y maldije si, si lo hice y que, tengo el derecho de hacerlo, por qué toda mi vida le sonreí para que el algún día fuera mi esposo, me metieron en la cabeza que él me amaría, que me iba a proteger, que ambos seríamos los Emperadores, tener una vida perfecta cosa que no hizo, llorar por él, no querida, llore de impotencia por los años que perdí en ese maldito palacio, nada de lo que pase sirvió de algo, una inútil baronesa está ahí, pero sabes, hasta tú eres más inteligente que esa mustia, ahora fuera de aquí, no quiero volver a verte, tu eres la culpable de que maltrataran a mi hijo, jamás te diste cuenta, nadie se dió cuenta.

-Esta loca!

La joven se pone de pie e intenta devolverle el golpe, todo su cabello estaba despeinado

Noel había llegado y entro corriendo al escuchar los gritos, al ver a la joven alzar la mano contra Aina, él corrió entre el duque y el príncipe, no se dio cuenta de que eran ellos y termino por empujarlos a ambos, los dos confundidos de quién era el caballero que defendía a Aina, era alto y muy atractivo, cosa que a ninguno de los dos le pareció bien.

-No te atrevas a tocarla.

Le decía Noel deteniendo su mano, para no dejar que la golpeara, la joven intenta acercarse a Aina y ella se aleja.

-Basta!! -Decía con voz gruesa el duque.

El príncipe sin decir nada, cada palabra de Aina resonaba en su cabeza, él jamás pensó que ella se sintiera así, que eso le pasará, siempre la veía feliz, ella decía que lo quería y cuando rompió el compromiso ella le dijo que lo amaba, entonces no es así, solo era por qué quería ser Emperatriz, ahora ella se ve diferente, sus ojos no son de aquella niña con la que creció, los recuerdos en el palacio lo invaden y no dice nada, no puede decir nada por qué todo es verdad.

-Duque...la duquesa...ella...

-Cómo te atreves a intentar golpear a mi esposa.

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