7- Pelea

La estadía del príncipe en la frontera puso de mal humor a Dunkan, en las mañanas prefiere entrenar que estar con él.

-Quiero tener un duelo contigo?

-Príncipe no quiero lastimarte.

-Que, yo también sé manejar la espalda.

Dunkan con la mirada da la orden de que le den una espada sin filo y él cambia su espada por otra igual

-Estás listo?

-Tú estás seguro, si te golpeó no estés llorando.

El príncipe solo da el primer golpe, Dunkan entrena desde los 5 años, su padre no pudo entrenarlo, pero el gran general si lo hizo él lo cuido y fue como su padre.

Solo se escucha el sonido de las espadas, el príncipe usa las dos manos para lograr sostener la espada, solo ve como Dunkan ni siquiera se movió un poco, ambos responden cada golpe, pero es obvio que Dunkan es más fuerte, el príncipe se cansa poco a poco, al hacer otro movimiento su espada sale volando, Dunkan le da un golpe muy fuerte que hace que de un grito.

-Llamen al médico, el príncipe se lastimó

-Todos fuera!! Es una orden.

Los caballeros del príncipe se retiran y los de Dunkan solo lo ven para que les autorice que se vayan, así lo hacen solo mueve la cabeza y así se van.

El príncipe se levanta del piso, ve furioso a Dunkan, quien solo lo ve serio, eso le molesta, nunca puede saber en qué piensa o que podrá hacer, esa apariencia que tiene es igual a su abuelo, el gran Emperador, ese cabello y sobre todo la magia.

-Tanto me odias? Tanto la amas, desde que te vi verla y que tú le hablaras supe que te interesaba, por eso me acerque a ella, quería hacerte sufrir, que sintieras lo que yo he sentido.

-De qué demonios hablas, a quien vi?

-A Larisa, yo estaba en el balcón con Aina, tú estabas con tus amigos de la academia, reían y vi que te acercabas a una dama que no había visto, te vi besar su mano y en el baile de la noche, también te vi bailar con ella.

-Yo? ** yo cuando hice eso, 🙄 a ya me acordé,**

-Si tú, yo te admiraba, eras como mi hermano mayor, pero pronto me di cuenta de que mi madre te prefiere, si tu padre no hubiera muerto tú serías el príncipe, yo no tengo magia, por qué solo se hereda de padre a hijo, al igual que tu cabello, es la apariencia de todos los Emperadores del reino, el cuadro de mi madre ni siquiera ha sido colgado por qué los nobles más antiguos te apoyan a ti.

-Acaso estás loco, tú serás el emperador, acaso eres un niño, dejaste a Aina solo por qué yo le hablé a Larisa **Acaso es un Idiota**

-Por primera vez te gane, te quite al amor de tu vida, debiste ver tu rostro cuando salí de la mano con ella.

-Piensa lo que quieras no me importa, no me importas tú, ni la corona, ahora prepara tus cosas para que te largues no te quiero en el Ducado, Aina está en paz ahora y no quiero que la molestes.

-Jaja, temes que me siga amando, ella no podrá olvidarme.

Dunkan lo toma de su saco y ambos forcejean, sus caballeros llegan para separarlos.

-Ella es mía, fue mía desde antes, lo oyes ella jamás te amo, yo soy el amor de su vida y Aina tampoco te amara.

Le gritaba el príncipe mientras Dunkan se iba, al llegar a su cuarto se baña y en la bañera quiere entender lo que pasó, si lo que el príncipe dice es cierto, todo fue una confusión.

Ese día fue el baile de primavera, él estaba con sus amigos quienes se burlaban de él por no tener pareja para el baile, algunos decían que talvez le gustaban los hombres y él se molestó, así que vio a la primera mujer que estuviera sola y le hablo, todo era una apuesta, se ganó un caballo, pero como iba él a imaginar que su primo sería tan infantil, tan idiota para arruinar su compromiso con Aina.

-Dios, que voy a hacer, ahora como arreglo esto, y si le digo la verdad, que jamás me interesó, me dolerá la cabeza.

El príncipe fue atendido, el golpe solo le causó un moretón, estaba tan enojado que no controlo su lengua, pero no piensa irse debe de ver a Aina, ella debe hablar con su madre para que la convenza de darle más tiempo a Larisa, su madre cada que puede le recuerda la estupidez que hizo.

Después de unos días Dunkan recibe respuesta a su carta, era el mayordomo que le dé una que la duquesa ya no estaba todo el día en su habitación, que ya salía más y empezaba a realizar sus deberes.

Con eso se quedó más tranquilo, al final de cuentas no puede prohibir que el príncipe vaya al Ducado.

En el Ducado Aina le agradece al mayordomo que no le contará todo a Dunkan.

-Quiero que sea una sorpresa.

-No se preocupe señora, se hará como usted ordene manda a decir que también mando los cristales y que ya deben haber llegado con los artesanos.

-Bien quiero ir a ver, avísale a Luciel si quiere ir.

-Como ordene

Así Luciel se cambia y corre al carruaje dónde Aina lo Espera.

-Mama ya estoy listo.

-Entonces vamos, veremos los adornos.

Aina con los días se acostumbró a qué Luciel le dijera mamá, ellos llegan con los artesanos donde ven tiras y tiras con cristales

-Mi señora, estábamos por mandar los carruajes a la mansión, estos ya están listos.

-Se ven bien, muchas felicidades.

Luciel todavía no se imaginaba como se veían, jamás ha visto algo así, en lo que Aina ve como hacen el trabajo él juega con algunos niños, que le preguntan si la duquesa es su mamá y él con orgullo dice que sí.

Duquesa, nos llegaron los demás cristales, solo tardo un poco, por qué...

-Paso algo.

-Mi señora el documento que nos dió no llevaba el sello, así que se lo mandaron al duque para que él lo autorizara.

-Si, lo que pasa es que no tengo él sello, larga historia.

-Necesita algo más?

-Si, la autorización para que los herreros trabajen.

-Y si voy a verlos? Noel ven por favor.

-Traes dinero.

-Si, por qué.

-Iremos a ver al herrero, Luciel vamos, iremos a la otra calle.

Luciel llegó para tomar la mano de Aina, se ha dado cuenta de que Noel es muy alto y guapo, eso dicen las doncellas, así que siente celos de él, sobre todo por qué trabaja con su madre, Noel le va platicando a Aina sobre los avances para el baile.

-El duque mando un mensaje, estará aquí pronto.

-Para cuando llegue ya estará todo adornado.

Noel habla con los herreros y les deja dinero, afortunadamente el hermano de Noel les da el dinero que le corresponde a la duquesa, por el momento no puede autorizar compras, pero las hacen con su ayuda, Aina va a esperar al duque para que el mismo le entregué el sello.

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