Capitulo 13

Ambos regresaron nuevamente donde estaban los chicos, el dolor de cada uno, era cada vez más fuerte.

Perla, al ver a Ángelo, se llenó de alegría, siempre resolvía.

_¿Pudiste pedir ayuda?_

Pregunto llena de fe, confundiendo a Sol.

_Las llamadas se escuchan entrecortadas._

Respondió Ángelo.

_Pero dejé un mensaje y una posible ubicación._

Sol frunció el ceño, no sabía lo que pasaba, fijo su mirada en Ángelo y este solo le guiño el ojo y se sentó un poco retirado

_Sol, ¿tienes señal? Verifica, tal vez tengas también._

Le pidió Zoila de buena manera.

_Tiene razón, a Ángelo le entró una llamada cuando no estabas._

Confirmo Pedro, eran los que no tenían dolor en su cuerpo, aunque en el corazón sí, cargaban con sus amigos, sus comentarios hicieron que Sol observará a Ángelo, su cabeza empezaba a maquinar cosas, tal vez no tan erróneas como ella creía.

Con un poco de cuidado saco su teléfono y para sorpresa de ella, no tenía nada de señal, mostró su teléfono a los chicos, desanimando a todos, pero seguía sin entender nada, todos estaban adoloridos, asustados, preocupados, cansados y solamente Ángelo se veía normal, como si ya era costumbre estar en esa situación.

_Ángelo, a ti también quiero pedirte una disculpa, has sido muy atento con nosotros, aunque te golpeamos varias veces._

Expresó Elvis, con vos ronca.

_Estoy de acuerdo con Elvis, también me dejé llevar por Felipe, se picó solo por qué Perla se fijó en ti y para nada, por qué pensó en dejarla aquí, en medio de la nada._

_¿Qué has dicho?_

Pregunto Perla entre sus dientes, aguantando el dolor en su mejilla.

_Así como lo oyes, antes que ustedes planearán en el río, ya Felipe quería hacer lo mismo, junto a pedro pero el se negó, los escuchamos en el Río._

Esta vez hablo Zoila sacando todo lo que le dolía.

_Hice tantas estupideces por ustedes, dañe a muchos por ustedes, ¿y para qué? Ahora dependemos de quienes sufrieron por nosotros._

Les grito Zoila, seguía histérica sacando todo lo que tenía dentro, pedro la abrazo para calmarla.

_Lo siento._

Perla y Elba susurraron al unísono.

_Ni siquiera sabemos de qué familia es Ángelo y aun así nos atrevimos a golpearlo, solo para darle gusto a quien sin dudarlo huyo como un cobarde._

Comento Elvis, con vos baja, sin fuerzas.

_¿No lo saben?_

Pregunto Perla, confundida.

_Soy una interesada, cuando lo vi supe que era el nieto consentido del hombre más rico, la familia intocable, la que nunca han podido matar, mi padre ha buscado la manera de hacer negocios con ellos, pero no ha podido._

Comento perla aguantando el dolor en su mejilla, sintiendo las lágrimas bajar por sus mejillas.

_Y pensar que ahora nadie me va a querer así, solo por la envidia de no admitir que Sol es hermosa, con unos ojos únicos, inteligente, roba miradas con su hermoso cabello._

Sus palabras salían entre Sollozos, arrepentimiento y culpa.

_Ya basta, yo los perdono, pero no hablemos más de eso._

Les grito Sol, era doloroso saber que ella era la culpable de eso y más en enterarse de que solo era un juego para Ángelo, su familia jamás permitiría que una huérfana, fuera parte de él, de su vida, como novia.

_Iré a mojar unos suéteres, para curar las heridas._

Dijo para retirarse al río, quería llorar y estar sola un momento, pensar bien las cosas y dejar de ver a Ángelo como un posible amor o salida de la soledad.

Se quitó la ropa y se metió al agua, flotando con los ojos cerrados, pensando en cómo empezó todo, como cambio todo desde la llegada de Ángelo.

_¿Piensas en mí?_

Le hablo Ángelo sacándola de sus pensamientos, Sol se quedó pensando un momento, sin dejar de ver sus ojos.

_ ¿Te aprovechas de mí?_

Preguntó ella.

_¿Por qué lo dices?_

Ángelo le tenía la mirada fija, acercándose más a ella.

_No se nada de ti, me besas, me tocas y no somos nada, cuando salgamos de aquí, ¿qué seremos? Te irás con tu familia rica y me dejaras como tonta enamorada_

Ángelo guardó silencio, su mirada solo estaba en sus labios, que beso desenfrenadamente, Sol trataba de apartarlo, pero su fuerza era bastante, hasta que solo se dejó llevar, como la besaba y como la tocaba, le hacía olvidar todo por un momento, llevándola a un momento de lujuria de pasión y deseo.

Ángelo estaba deseoso de ella, dejo de besar sus labios para besar su cuello, bajando hasta sus pechos, que solo beso por encima de su brasier.

_Eres mi todo, eres solo mía, en el momento indicado te tomare como mia por completo._

Le susurró mientras la pegaba en su dureza, sacando gemidos de su boca, Ángelo debió controlándose un poco, no era lugar ni momento para eso.

_Te espero donde están los chicos._

Te dijo, Ángelo besó sus labios, dejándola nuevamente con ganas y sin responder a sus preguntas o dudas.

_Eres un imbécil._

Le grito Sol, haciendo sonreír a Ángelo mientras caminaba en dirección de los chicos.

Sol terminó de darse un baño, mojo la ropa que llevo lo suficiente para quitar la sangre seca de las chicas y de Elvis, ignorando a Ángelo, él lo podía sentir y no le gustaba, ya que disfrutaba de la atención de ella, de su mirada tan brillante.

_Esta noche no tendremos cabaña donde quedarnos, queda poco para que oscurezca._

_¿Si regresamos a la antigua cabaña?_

Sugirió pedro.

_La verdad no sé en qué dirección está, ya me perdí._

Respondió Ángelo viendo a todos lados, donde solo se veían árboles y hierbas en toda dirección, estaba ya en una parte donde no veían camino.

_Creo que es mejor que hagamos una choza para resguardarnos de los mosquitos, aprovechando que aún no oscurece._

Sugirió Sol, viendo solo a los chicos e ignorando a Ángelo.

_Me parece bien._

Hablo Ángelo con vos gruesa, buscando la mirada de Sol, pero no lo logro.

_Ustedes quédense aquí, nosotros buscaremos lo necesario._

Aseguro Sol.

_Tengo una navaja, busquen ramas y palos que sirvan, yo trataré de buscar un animal._

Ángelo seguía hablando viendo a Sol, pero ella estaba molesta con él, que no quería verlo.

Dos horas después, Zoila, pedro y Sol terminaban la pequeña choza, donde podían estar todos juntos, algo pegados, pero cubiertos del sereno y un poco de los mosquitos.

Sol buscaba la manera de salir sin que preguntarán nada, quería saber de Ángelo, aunque tuviera molesta con él.

_Pueden descansar, trataré de buscar unas frutas, mientras Ángelo llega._

Pedro y Zoila asintieron, Sol si buscaba frutas, pero ya donde estaban casi no había, camino unos 100 metros lejos de donde estaban, saco su teléfono y veía que tenía señal, a su mente llegaron las llamadas, pero una vos en su oído la asustó.

_¿Esperas una llamada?_

Sol pegó un brinco.

_No es tu problema._

Le respondió Sol, dando unos pasos adelante.

_Sol._

La llamo muy calmado, pero ella no le prestó atención.

_Sol, no me hagas molestar o te juro que te hago el amor aquí._

Esas palabras fueron poderosas para Sol, su cuerpo se tensó, su piel se erizó, su mente viajo a escenas donde ella gemía por sus caricias y besos.

Cuando volteo, tenía a Ángelo cerca a solo centímetros de ella, tomándola por la cintura, pegándola a él y besando sus labios, un beso suave y corto.

_Entiende que eres mi dueña y yo tu dueño, en su debido tiempo, no lo olvides._

Le Dejo claro Ángelo, besó sus labios y se fue, dejándola aún más confundida, pero más enamorada por sus palabras.

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