Muerte.

Por fin lograron arrancar las compuertas, se dispusieron a correr a través de largo túnel, como a 30 mts, se escuchaban gritos, el corazón de Ben quería salirse de su pecho, rugió alto, tanto, que dentro del búnker se oyó el feroz rugido. Selene solo rogaba para que llegaran rápido, por suerte, siempre usaba pantalones de mezclilla gruesa, por el frío. El omega estaba forcejeando para quitar la prenda que lo separaba de su objetivo.

La puerta de acceso era también una fortaleza, sin embargo, para los Dumont, no era nada, así que también la arrancaron, justo en el momento en que por fin había podido deshacerse de aquella estorbosa prenda y se había acomodado entre las piernas de la chica que lloraba desconsolada.

Gunther se estacionó justo detrás del omega, lanzó su aliento, odio tanto esa escena que sin dudarlo abrió sus fauces y mordió en el cuello de Leonard, tirando de él provocando que se estrellara contra la pared. Se acercó a él, quien estaba agonizando por la gran herida que se le fue hecha.

Ben volvió a su forma humana, dejando su mano derecha convertida en garra y la atravesó en su pecho, justo donde se ubica el corazón, sacando el órgano que nombraba débil, lo arrojó al suelo y se levantó para ir a abrazar a su luna, quien se hallaba envuelta entre los brazos de su padre, quien miró con orgullo a su yerno, no cabía duda, su pequeña iba a estar más que protegida por ese lobo renegado.

Luego de quitar la cadena del pie de la chica, la tomó entre sus brazos y la llevó hasta donde la esperaba Rebecca llorando desconsolada por su niña.

- Mi bebé, mamá está aquí. - Selene, le pidió a Ben que la bajara, este la bajó con suma delicadeza, al estar en el suelo, corrió hasta donde estaba su mamá y se abrazó a ella, llorando un poco más, tuvo tanto miedo. - Te traje ropa, apenas supe, me vine lo más rápido posible, me hubiera muerto si te pasara algo, o a cualquiera de tus hermanos.

Antoine quería volver y revivir a ese asqueroso y volverlo a matar, había violentado a su pequeña y también había hecho sufrir a Rebecca.

- Vamos a casa, mi hermana necesita descansar. - habla Antonietta, quien estaba tan molesta como su padre, ese asqueroso se había atrevido ponerle las manos a su hermanita.

Pronto llegaron a la mansión, Rebecca acompañó a Selene a su habitación, Antoine le pidió a la cocinera que le preparara una sopa de pollo con vegetales para su hija. Él mismo se la llevó a la habitación, subió acompañado de Ben, quien se encontraba inquieto.

- Hola pequeña, papá te ha traído de comer y este chico a mi bebé. - le hizo una seña a Ben para que se acercara.

Ben se sentó a la orilla de la cama, pero entonces, Selene bajó la mirada, por su culpa casi pierde su virtud.

- Hey, no nena, nada haría que te rechace o te deje de amar como lo hago, nada de eso me interesa, no te voy a mentir que como lobos, somos territoriales, pero mi amor por ti va más allá de todo.

Por un momento olvidó que él podía leer sus pensamientos.

- No es tu culpa que ese loco se obsesionara contigo, gracias a la diosa Luna pudimos evitar que te dañara, no me hubiera perdonado si ese maldito te hubiera hecho algún daño, y no hablo solo de tu virtud, me refiero a algún otro daño físico o mental. - suspiró con enojo - Quisiera revivirlo y volver a matarlo.

Luego de que comiera algo, ambos se recortaron en la mullida cama, abrazados. Antoine sabía que era lo mejor, que estuviera cerca de su mate, la haría olvidar de ese amargo momento, ya mañana sería su ceremonia y ambos podrían estar unidos para siempre, lo más difícil sería verla partir, pero siempre podría irla a visitar junto a Rebecca.