Rutina sangrienta

La guerra no es como cuentan en las novelas, vivirlo es completamente diferente. Una de las pocas ventajas que teníamos es que defendíamos desde el mismo castillo, como este era inmenso y estaba justo en la frontera, nos permitía descansar en las noches sobre una cómoda cama.

Levantarse y saber que tenías que estar todo el día luchando era agotador. Había semanas que por escuadrón nos mandaban a descansar, pero yo aprovechaba para entrenar, el no tener magia me limitaba mucho y generalmente me cruzaba con Siegren. Él era como decía la novela, su determinación lo iba a hacer llegar lejos, lo más gracioso de cuando lo cruzaba era que Fiona se iba sin decir palabra, ella lo ayudaba a entrenar, pero le gustaba huir para no pasar tiempo juntos.

Había pasado un año desde que comenzamos a pelear diario, llegó un edicto del rey donde relevaban a los que no tenían obligaciones, muchos hijos de nobles de la capital aprovecharon esto para irse.

Fiona: Cobardes...

Ana: así son las cosas... Caballero, ¿me puede alcanzar algunas flechas?

Siegren: ya te dije que me digas por mi nombre, somos amigos ¿no? Ahí vengo.

Fiona: simis amigis...pff yo había escrito un personaje fuerte, no sé que le pasó

Ana: ¿te pusiste celosa?jajajaja

Fiona: ¡Claro que no!

Geron: señoritas, saludos. El duque me mandó a buscarlas.

Fuimos hasta el despacho del duque, y al entrar vimos como estaba con su armadura pero detrás del escritorio. Se veía completamente gracioso.

Duque: señoritas, ya se deben haber enterado, pero de todas maneras, les aviso que pueden retirarse si desean de la guerra. No están más obligadas.

Con Fiona nos miramos y sonreímos, éramos tan cercanos que hasta la mente parecía que nos podíamos leer.

Fiona: no se preocupe duque, ninguna de las dos tenemos intenciones de irnos, nos vamos a quedar, de hecho, Geron hay algo que quiero preguntarte de mi habitación. Ana, ¿podrías sacarle la armadura al duque?

No me había dado cuenta de lo que pasó hasta que Fiona cerró la puerta. Volví a mirar al duque y le sonreí mientras me acerqué.

Duque: N-no es necesario, Ana. Puedo pedirle a alguien más, dijo en un susurro lo último.

Me acerqué y mientras iba destrabando su armadura para quitársela.

Ana: ¿Ah, sí? ¿A quién? ¿A su prometida?

Duque: yo no tengo prometida, ¿te dieron celos?

Ana: no puedo celar algo que no es mío, dije susurrando.

Al quitarle la armadura me había acercado tanto, él solo abrió los ojos como para protestarme por lo que dije y me dediqué a acariciar su mejilla, se notaba que no se afeitaba hace varios días. Su mano pasó por mi cintura y me acercó más y lo besé, esta vez fui yo, claro que no estaba celosa, pero no me gustaba que toquen lo que es mío. ¿Mío? ¿Desde cuándo? Mis rodillas se aflojaron y casi me caigo encima de Abel. Él solo me alzó como si fuera un bebé y me sentó en el sillón que estaba en esa sala, abrió la puerta y le dijo algo al guardia, después, cerró con llave.

Ana: veo que no quiere que lo interrumpan.

Abel: verte celosa desbloqueó algo, quiero que no tengas dudas sobre mí.

Se sentó en el sillón y me agarró una mano para arrastrarme arriba de él, su beso fue desesperado, como si no quisiera que me escapara. Mientras yo acariciaba su cuello y su cabello, él tocaba mis muslos, ahí recordé que tenía pantalones porque estaba entrenando.

Ana: Debería cambiarme y después regresar.

Abel: no vas a salir de acá hasta mañana.

Me quitó la faja que sostenía el pantalón y lo rompió hasta dejarme desnuda de la parte de abajo, me asusté un poco y me tapé la boca y Abel aprovechó para sacarse su pantalón, yo me di vuelta como para sacarme la blusa y dejarla en algún lado, pero sentí como sus manos me apresuraban.

Ana: D-duque...

Abel: decí mi nombre...

Ana: Abel... yo nunca... esta es mi primera vez

Abel: no te preocupes, voy a ir lento.

Y me volvió a besar, él se sentó de nuevo en el sofá y yo encima suyo, sus manos recorrían mi piel y apretaban cada parte que podían, mis gemidos empezaron a ser más ruidosos y la humedad empezó a hacerse presente ahí abajo, él aprovechaba usar sus dedos para prepararme, ya que él se encontraba más que listo. Me dijo que él se iba a quedar quieto y que yo tenía que ir bajando a mi ritmo, mientras Abel jugaba con mis senos lo fui introduciendo. Dolía mucho, pero sus besos me hacían olvidar, nos quedamos así un rato hasta que él empezó a moverme con sus manos en mis caderas. Me di cuenta que era como ir en caballo asique me apresuré y lo hice más rápido, Abel perdió la cordura en ese momento. No tardó mucho a que ambos llegáramos, el placer que nos inundó fue hermoso, aunque no me dejó descansar, literalmente estuvimos hasta que salió el sol al otro día.

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Comments

ØHÄNÄ•~•°HËNKÖ°•~•🤍🖤

ØHÄNÄ•~•°HËNKÖ°•~•🤍🖤

Que arda Troya /Angry//Angry//Awkward/
y yo aquí q paso con la guerra?!!/Facepalm//Facepalm/

2024-12-19

1

Maria Briceño De Barreto

Maria Briceño De Barreto

❤️‍🔥❤️‍🔥

2024-10-18

0

Paola Martiz

Paola Martiz

🥵🔥🔥🔥👌

2024-03-23

4

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