EL PLACER DE LA VIDA

CORAL: De verdad que no lo puedo creer.

ALMA: ¿Por qué me odia? — le pregunto a Alonso sentándome derrotada en una de las sillas con las manos en la cara.

No voy a llorar, pero realmente me gustaría saber cómo es que unos ojos tan bonitos como los que tienen pueden destilar tanta molestia. No le he hecho nada ¿o si? — hablo mientras Alonso me mira y se ríe coquetamente.

¿Qué?

ALONSO: ¿Piensas que sus ojos son lindos?

ALMA: Por supuesto, ella es muy hermosa.

ALONSO: Con unos ojos idénticos a los míos — le hablo pícaro viendo que toma el champán como agua por estar nerviosa.

Solo dilo.

ALMA: Estoy hablando de ella, no tengo nada que ver contigo — bebo el líquido espumante nerviosa.

ALONSO: ¿No tienes nada que ver conmigo? ¡Por Dios! Estamos casados

: Como me va a decir que no tiene nada conmigo, ella está loca, pero me hace reír con su inocencia, jalo a Alma para que baile conmigo, mi hermana se fue y Steven detrás de ella, algunos empleados beben, pero cuando me ven lo dejan, pero igualmente ignoro todo para hacer dar vueltas a la pelinegra que me dice que estoy loco.

Alma continúa diciendo que estoy loco o borracho, pero la cumbia suena más que bien, no soy un gran bailarín pero ella si cuando salta al escuchar la música, de un segundo a otro la niña ya no reniega sino que se saca los zapatos y los tira a un lado solo para bailar y moverse como una experta, con una alegría que fácilmente puede iluminar la noche.

El vestido de novia lo remanga un poco y ella si es una gran bailarina gritando que ama esa canción, las curvas se mueven y me dejan ver el cuerpo hermoso que tiene y la lluvia que cae nos hace mirarnos para recordar lo que pasó en la selva y reír como un par de tontos:

Una vez más — me rio viendo que mira al cielo y estira los brazos para recibir la lluvia y hago lo mismo.

¿Ves que no todo es tan malo? — me acerco posando mis manos en su cintura haciendo que detenga las vueltas que da para mirarme.

Tu también tienes unos ojos hermosos.

ALMA: No son como los tuyos o los de tu hermana — hablo temblando y no por la lluvia si no por lo que su mano en mi mejilla me hace sentir.

Son comunes

ALONSO: En un rostro como el tuyo, nada podría ser común

: Absolutamente, nada, no voy a negar que Alma es una mujer con una belleza bastante especial y yo soy un hombre que admira la belleza y desea mucho besar los labios de la apetecible morocha que tengo frente a mí y ahora es mi esposa.

Por un segundo esa palabra pega tan fuerte que estoy a punto de alejarme sintiendo la incomodidad de ella, pero no quiero, me rindo ante sus encantos que son tan naturales como su voz diciendo que tenemos un contrato y es verdad, pero también es verdad que me gusta, que me atrae y yo a ella también, le digo que entiendo, que tiene razón, sin embargo, eso no impide que la pegue a mi cuerpo sintiendo que la ropa mojada es fascinante y enredar mi mano despacio en su nuca para pegarla a mis labios, su sorpresa la hace abrir los ojos marrones grandes, pero mi boca le exige que abra los labios haciendo que nos enredemos en un beso lleno de pasión, de lujuria y de calor.

Entre besos que suenan cuando chupo su labio inferior la escucho decir que debemos parar y eso me hace pegarla a uno de los árboles tomando su rostro para mirarla y preguntarle si realmente es lo que quiere, su silencio me dice que no y me aventuró a seguir mis instintos, mis manos repasan su cintura y su agitación y sus manos en mi cuello me dicen que no voy a poder parar, no lo pienso solo disfruto, mis manos suben hasta tocar su delantera generosa haciendo que chille cuando las aprieto y no doy tiempo a palabras de arrepentimiento, las pellizco haciendo que tire la cabeza hacia atrás y me voy directo a su cuello, ya no llueve, sin embargo, aquí hay una tormenta que se ha desatado porque siento una ansiedad tremenda cuando la escucho jadear sin cordura.

Mi esposa por contrato me mira con los ojos dilatados cuando bajo para levantar su vestido y besar sus piernas gimiendo mi nombre en susurros desesperados mientras se pega al árbol, pero ese no es el tronco que quiero que sienta, succiono con fervor la carne que amaso con gusto y su desespero me desespera, la concentración de mi entrepierna me tiene mal y sus ojos llenos de dulzura e inocencia mezclados con placer solo me lleva a tomarla en mis brazos haciendo que se tome de mi cuello y camine con ella a mi habitación:

Alma, juro que está noche puede ser muy especial — hablo entre besos llevándola como un matrimonio real.

ALMA: Solo no hagas que me arrepienta de esto por favor

:Es lo único que puedo decir, las ganas y la emoción de este sentimiento me hacen aferrarme a sus músculos mientras su sonrisa le llega a los hermosos ojos que tiene, el celeste parece azul sintiendo que me pone en las sábanas blancas, ambos estamos mojados y aun así no le importa, estoy temblando y no necesariamente de frío.

La altura de Alonso es algo increíble, ver la manera en la que se quita la ropa y se abre la camisa me pone más nerviosa viendo el cuerpo esculpido que tiene, sus tatuajes son algo que me encanta porque no es común que la sociedad tenga a un abogado lleno de ellos y es eso lo que me hace perderme en este calor, nada en esta situación es común y mucho menos después de sentir como mis pensamientos son interrumpidos cuando siento que se pone sobre mí, solo con la ropa interior y bajando de a pocos el vestido que me cubre, probablemente esté quedando como una mujer fácil, pero si yo no me siento así no creo que nadie deba verlo de esa manera.

Me estoy entregando a mi esposo, estoy luchando de una u otra forma por lo que quiero y más allá no puedo seguir cuando sus besos me rozan la nariz y los labios con delicadeza preguntando si estoy bien, mi respuesta solo es asentir mientras él sonríe y ataca mi clavícula, sus manos hábiles me amasan el cuerpo que por instinto responde dándole espacio para que quede en medio de mí quemando cuando cada beso me deja desnuda ante él, sus ojos llenos de mí mientras me cubro un poco sintiendo ahora sí el frío me hace ver el bulto que tiene abajo y cierra y abre los ojos con fuerza para besarme con pasión, no despacio sino con desespero exagerado sobando mi intimidad que me arranca jadeos de placer, me da vergüenza, creo que lo siente cuando baja a mis pechos y me tapo la boca, pero su tortura es más fuerte escuchando que por favor no me limite, que lo deje saber si lo estoy disfrutando y mi mano es sacada de mi boca dándole un beso a la palma para sentir como se va metiendo en mi interior.

El grito que sale de mí espero que nadie lo haya escuchado,, pero me quemó, juro que me quemó cuando lo escucho luchar por respirar en mí oído el cual besa y muerde levemente, hace mucho que no tengo intimidad y aunque haya estado preparada dolió un mínimo,, pero ahora ya no, ahora mismo sus gestos de placer me hacen sentir más que bien y la forma en la que se va moviendo en mi interior me mueve todas las fibras, sus manos tocando las mías y besándome mientras empuja me hace sostenerme de su espalda perfecta viendo sus ojos destellando y los míos iguales porque sé que estoy jugando con fuego y creo que puedo quemarme, quemarme con gusto:

Oh Dios!

ALONSO: Lo perfecta que estás — jadeo escuchando nuestros cuerpos hablar por nosotros mismos, su placer la hace retorcerse debajo de mí mientras el mío me hace levantar su pierna para entrar más al fondo como tanto me desespera sentir.

!Joder! — es lo único que puedo decir cuando siento sus uñas en mi espalda, no me molesta que me arañe, me encanta porque quiere decir que la está pasando tan bien como yo, que lo está disfrutando y que es mutuo.

El placer de la vida.

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