EXPULSADOS

— ¿Casar? — escucho la voz del abuelo, los gritos de los demás han disminuido, los murmullos de sorpresa no dejan de llegar y ahora sintiendo los ojos de mi viejito encima tomo consciencia de lo que estoy haciendo.

ALMA: Yo — tiemblo como una hoja viendo cómo el celeste de los ojos de Alonso es sumamente intenso.

Yo no me voy a casar con un abusador — sigo tartamudeando ante los ojos de los demás, mi pueblo me está juzgando, lo sé.

Este hombre — me acerco al extranjero que sigue enmarrocado y golpeado.

Él nunca ha querido abusar de mí, por el contrario, me ayudó y se fue en contra de su propio amigo, ese hombre al que juzgan es inocente mientras que el otro, el verdadero delincuente está libre, ustedes nuevamente se equivocan — le hablo a las autoridades.

Tristemente, se equivocan como muchas veces lo hacen, con injusticia, permitiendo que la maldad triunfe. ¿Dónde está ese sucio hombre?, el sí quiso abusar de mí, fue él y no Alonso.

¿Dónde está el verdadero delincuente?

—! Malagradecida! — escucho a Carlos, parte de la policía y mi exnovio.

— ¿Te estás acostando con un desconocido?. Eres una zorra — lo escucho decir y la sangre me hierve porque es un desgraciado que golpea a Alonso en el estómago con todo y que está sujetado por los otros policías.

— ¡Basta! — grito molesta y asustada,, pero más furiosa que otra cosa, los ojos de Carlos me miran con asco y no tiene derecho, no tiene razón, sin embargo, la gente lo apoya.

Yo no he puesto ninguna denuncia, por lo tanto, suelta a Alonso.

ALONSO: Suéltame para romperte la cara y hundirlos por abuso de poder — hablo con fiereza sin poder creer aún que Alma haya dicho tal cosa.

! Suéltame! — exijo sintiendo que me duele hasta el pelo, pero no me voy a doblegar.

Yo nunca he querido abusar de ella, ella misma se los ha dicho. No saben con quién se están metiendo, soy abogado, sé cuáles son mis derechos — hablo seguro y rabioso para sentir que se burlan de mí.

¿No saben respetar las leyes?

— La ley aquí soy yo — me dice el idiota que insulto a Alma golpeándome otra vez, puedo entender que la gente de este lugar sea unida, pero al punto de querer lincharme, es demasiado.

Me las vas a pagar. ¡Don nadie!

— Aquí la ley soy yo, el inútil niño bonito bueno para nada eres tú — me señala el mismo policía de mierda mientras habla para todos.

— Esa mujer — señala a Alma y todos la miran como si esto fuese el coliseo romano antiguo.

— Esa mujer es una traidora, una malagradecida que está dándole la espalda a todos, a su gente, a mí, a su pueblo que tanto siempre la ha defendido y ayudado, a la ley que hace lo imposible por proteger lo nuestro.

— Alonso Ferrer — continúa el uniformado dando vueltas mientras lo escuchan con atención y la gente tiene los ojos puestos en Alma que miran con miedo y vergüenza.

— Este hombre es un niño extranjero forrado en dinero, dinero que hace en base a nuestros esfuerzos, a nuestras riquezas, a nuestra cultura, uno de los tantos empresarios que destruye nuestra naturaleza y se aprovecha de nuestras costumbres para llenarse los bolsillos.

El vivo vive del tonto y el tonto de quién se lo permite — continúa lanzando veneno ante la sorpresa y furia de esta gente.

— Nosotros somos los tontos para él, cerdos como este solo toman a los países y pueblos de los que quieren sacar algún beneficio, ¿Apoyas eso, Almita?.

ALONSO: Eso no es verdad.

ALMA: Alonso.

ALONSO: Te juro que no es verdad, yo no soy un explotador, no estoy tomando sus riquezas para mí, beneficio, les juro que soy más que eso — hablo para ella y para todos porque es verdad, bueno no del todo, pero algo es algo.

El turismo les ayuda ¿o no? — pregunto a todos sintiendo que me miran con odio.

— Lo dicho, ahora el abusivo quiere que le besemos los pies, solo nos quiere humillar con su dinero, dinero que ha hecho a base de nuestros recursos.

— ¡Desgraciado!

— Oportunista

— ¡Abusivo!

— ¡Traidora! — gritan de todo y no entiendo porque se la agarran con ella.

— Este es uno de muchos que nos roba, abusa y se aprovecha de nosotros, y tú estás traicionando a tu gente por él — la señalan nuevamente y se acercan con rostros nada pacíficos.

! Basta!

: Grito furioso por todo este abuso, la gente no deja de insultar y esto no se parece en nada a los amables ciudadanos que nos recibieron la primera vez, yo mismo he sido testigo de como antes han aclamado y defendido a Alma, pero ahora mismo nada de eso es así.

La gente parece una turba furiosa que no solo me acusa a mis amigos y a mi si no también a Alma que tiene los ojos llenos de lágrimas, está asustada mirando al imbécil policía que lejos de controlar la situación forma casi una turba dónde el primero que ataca es el, el golpe en el estómago me deja casi sin aire y otro hombre jala el brazo de ella, a penas me puedo medio reponer cuando le gritan que es peor que su madre, que es una traidora, que ya no tiene espacio aquí y no se que hacer para ayudar, su abuelo no es suficiente contra estos salvajes y no se que sentir cuando la sueltan mientras llora, el grito de alguien es imponiendo orden y no me equivoco cuando mi hermana, Steven amigo y abogado acompañados de varias personas con traje hacen espacio para pasar:

Blanca Coral

— Solo Coral, vuélveme a decir así y yo misma te lincho. Señores el espectáculo se acabó, Alonso Ferrer es un empresario no solo importante sino también honesto además de abogado, les pido amablemente que los dejen en paz, no hay pruebas en su contra ¿o si?

— Otra niña rica.

CORAL: No solo rica sino también poderosa, dejen en paz a mi hermano, esto solo es obra de Mike, el verdadero culpable — hablo segura de mí, mi papá me va a matar cuando se entere, pero ya he sido siempre muy sumisa como para dejar que mi hermano sea linchado por esas personas.

Steven.

— Steven Banks — me presento viendo a Alonso y a los demás hechos un desastre pero con esperanza en los ojos.

STEVEN: Soy abogado penalista y si no sueltan inmediatamente a mis representados los voy a denunciar ante todas las entidades incluyendo a derechos humanos por difamación, abuso de autoridad y todos los atropellos que hay aquí — saco los papeles, fiscales de este país nos acompañan, el poder emana y a regañadientes Alonso y sus amigos son soltados.

— Más extranjeros.

STEVEN: Y eso no nos hace ni más ni menos, simplemente estamos haciendo nuestro trabajo. Vámonos — hablo viendo cómo mis dos amigos se mueven, la gente grita y maldice, entiendo muy bien el español pero Alonso no se mueve.

Eres libre, camina.

ALONSO: No me puedo ir, no así — hablo mirando a Alma que llora en los brazos de su abuelo sintiendo que soy una mierda, yo la metí en esto.

— No queremos a esa traidora aquí.

— Razón tuvo tu madre para abandonarte.

— Por eso estás sola

Siguen diciéndole, la gran mayoría ya no la mira con cariño y eso no puede ser.

Ven conmigo — la tomo de la mano haciendo que sus ojos se abran más.

No te puedes quedar aquí, no te voy a dejar así.

— Usted no se puede haber enamorado de mi nieta en días, esto no es un cuento — me dice mi abuelo que definitivamente me está odiando.

CORAL: Alonso, vámonos... Mi papá

ALONSO: Me importa un carajo, Alma por favor, no te puedes quedar aquí, mira bien estás caras, está gente ya no es la misma.

ALMA: Ya no me quieren — hablo llorando como una magdalena.

¿Ya no soy parte de ellos? Yo no soy como mi mamá

ALONSO: Eres mejor, mucho mejor... Este ya no es un lugar para ti, se que hablaste por impulso pero vamos, mira todo este escándalo, estás personas han tomado una decisión y te pasa como a mi, te señalan sin saber nada, no me puedo ir así.

No sin ti.

ALMA: ¿De qué hablas? — pregunto sintiendo sus ojos y sus manos en mi cara, Carlos y los demás no dejan de insultarnos y escuchar esto me paraliza el corazón.

El abuelo tiene razón, tu no me amas.

ALONSO: Y tu a mi tampoco, sin embargo, ni tu ni yo tenemos más que perder, acepta lo que te propuse, vámonos de aquí.

Se libre como yo quiero serlo.

ALMA: ¿El matrimonio te va a dar libertad?

ALONSO: En este caso si, y a ti también.

Cásate conmigo.

— No te queremos aquí.

— ¡Larguense!

— Igual que su madre solo le gusta el dinero, es una cualquiera.

— Una zorra.

— Ignorante y sucia.

ALMA: Sácame de aquí por favor, a dónde sea pero sácame de aquí.