CAPITULO 7

Darius había salido por una emergencia en una de las obras que se estaban realizando, pero prometió pasar esta noche por el apartamento para hablar de lo sucedido.

Dani había salido con Valeri a comprar algo de comer y Alejo estaba dibujando en la oficina a mi lado.

Pero Daniela ya se había demorado mucho en llegar, me preocupaba que se encontrara con Dante.

Tomé la decisión de salir de mi oficina con el miedo de que Dante se encontrara con Valeri. Subo al ascensor, pero Alejo se sube conmigo.

—¿Mami, estás muy nerviosa y pensativa? ¿A dónde vamos?

—Alejo, todo está bien, no te preocupes. Vamos a buscar a Valeri y a Dani. Tengo hambre, igual que tú, y ya se han demorado en llegar.

Después de unos minutos, el ascensor abre sus puertas y lo primero que veo es a Valeri llamándome y corriendo hacia mí.

La abrazo sonriendo, pero mi sonrisa desaparece cuando alzo mi mirada y veo a Dante mirándome junto a Daniela.

Me armo de valor y lo miro seria y con frialdad, pero la verdad es que estoy muy asustada , estoy que me lanzó a sus brazos.

—Daiana, ¿podemos hablar?

—Para usted, soy la señora Montiel, no solamente Daiana. Debe respetar señor Wesley. No creo que a mis hijos y a mi esposo les guste que tenga una conversación privada con usted, que acabo de conocer.

—Daiana, por favor. —La agarro de la mano, ella me mira seria.

—Me puede soltar, señor Wesley, por favor.

—Suelta a mi mamá, señor. —Le digo serio. —Como veo que no suelta a mi mami, le doy una patada en la pierna.

—Eso duele, niño. Mi nombre es Alejo y mi mami le dijo que la soltarás.

—Alejo, hijo, cálmate. Quiero que subas con tu hermana y con Dani a la oficina, coman mientras hablo con el señor Wesley. No me demoro mucho, hijo.

Vamos, señor Wesley, a la cafeteria de la esquina para que hablemos y dejemos las cosas claras.

Llegamos a la cafetería y escojo la mesa más apartada de todas, me siento y él se sienta al frente mío.

Nos quedamos mirando, así que prefiero empezar a hablar.

—No pensé volver a verte en mi vida, señor Dante Wesley.

—Daiana, lamento haberme ido de un momento a otro, pero todo tiene una explicación.

—Buenos días, disculpe si los interrumpí. ¿Desean algo de tomar?.

—A mí me traes un café, por favor, señorita.

—Con gusto, señor, y a usted, señora.

—Tráeme una taza de chocolate, por favor.

—No pensé que te habías casado, Daiana, que formaste un hogar con otro hombre que no sea yo. ¿Por qué me lastimaste de la forma en que lo hiciste, Daiana?.

—Yo no te hice nada, Dante. Tomaste la decisión de desaparecer y romper lo que teníamos tú y yo, nuestros sueños, el futuro de nuestra relación. Dante, quiero que te quede claro que yo te amaba con toda mi alma, te amé desde el primer momento en que te vi vestido de jardinero con una rosa roja en tus manos.

Eras mi mundo entero Dante , mi razón de vivir, mi primer amor y quería que fuera para siempre.

No me vengas a reclamar nada, no tienes derecho, Dante, de hacerme esta escena de celos.

—Sí lo tengo, Daiana, porque tú me engañaste con Marco. Tengo pruebas. Rompiste mi corazón, por eso empaqué las maletas y me fui para que seas feliz con tu amorcito. Pero veo que lo dejaste y formaste una familia con Darius Montiel.

Eres un estúpido, Dante. Yo jamás te engañé...

—¿No que dices a esto? —saco de mi maletín las malditas fotos y se las lanzo.

No tienes cómo negar que jugaste con mis sentimientos, jugaste, te divertiste con el hijo del jardinero.

—Veo que crees en unas estúpidas fotos, Dante. Tenías que buscarme, hablar conmigo. Teníamos planes, tenía mis maletas listas para vivir juntos. Dejaste todo tirado por estas malditas fotos que son un fotomontaje. ¡Qué idiota eres, Dante!.

—¿Qué estás diciendo, Daiana?.

—Lo que escuchaste, Dante. Esas fotos son falsas, se ven a leguas. Ahora yo tengo que decirte que tú también me engañaste —abro mi cartera y le tiro el sobre que he cargado todos estos años.

—¿Qué es esto, Daiana?

—Abre el sobre, Dante. Tengo pruebas de que me engañaste con Amelia.

—Yo nunca te engañé, mucho menos con ella. —Abro el sobre y veo fotos mías con Amelia teniendo relaciones. ¿Pero qué es esto?.

Daiana, créeme, yo nunca te haría esto. Mi amor por ti es sincero.

Te sigo amando, "mi hermosa rosa".

—Yo ya no te amo. Así como tú dudaste de mí con tus fotitos, yo no lo hice. Corrí a tu casa para aclarar esas fotos, pero no había nadie. Te habías ido, desapareciste de mi vida convirtiéndote en un fantasma. Ahora vienes a decirme que me amas.

No te lo creo, Dante, porque cuando uno ama, cree en esa persona, no duda por unas fotos.

Y si quieres, dile a la gente, cuéntales que yo te traicioné, que nunca te amé, que tú y yo nunca tuvimos nada, todo fue mi imaginación. —Me levanto de la silla. No quiero que te acerques a mis hijos. Yo ya no te amo, Dante.

Sé que tenemos que trabajar juntos por el proyecto y la sociedad, pero olvidemos lo que vivimos tú y yo.

—Daiana, yo te amo, dame una oportunidad para recuperarte

Daiana, por favor, te lo suplico. Yo hablo con Darius. Tú eres mía y yo soy tuyo por siempre.

— Suelta mi mano. No voy a convertirme en tu amante, no seré una cualquiera.

Salgo de la cafetería y no puedo evitar que mis lágrimas salgan. Esto me duele. Dejarlo llorando a él, pero me duele más saber que me dejó porque dudo de mi amor por él.

Al llegar a la empresa me encuentro con Darla.

—Daiana, ¿qué te pasó? ¿Por qué lloras, amiga?

—Abrázame, Darla. Te necesito, amiga, en estos momentos.

Él está aquí y me duele saber la razón por la que me dejó...

Continuara...

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