Ethan
Los días han sido tranquilos. Me dedico a mis clases y entrenamientos con la espada, sumido en mis pensamientos. Me pregunto cómo estarán mis hermanos, qué estarán haciendo y qué habrá sido de mi pequeña princesa Lía. Reflexiono en silencio, hasta que el sonido de pasos me alerta. Me giro con rapidez, solo para encontrarme con Bastian.
—Joven maestro, el duque ha solicitado su presencia en su despacho.
Asiento sin dudar y, antes de marcharme, le encargo algo más.
—Bastian, asegúrate de que todo esté en orden en la casa de mis hermanos. También quiero que verifiques que la señorita Liliana no tenga problemas con sus negocios.
—Así se hará, joven maestro.
Me dirijo al despacho del duque. No me molesto en llamar antes de entrar. Lo encuentro sumido en sus documentos, revisando cada uno con meticulosidad. Está tan concentrado que ni siquiera nota mi presencia hasta que me acerco. Levanta la vista, analizándome con su mirada afilada.
Sin decir nada, saca una carta con el sello imperial de Mayer y me la entrega.
—No sé si ya lo has escuchado, pero la familia real de este imperio celebrará el nacimiento de su primer hijo varón, además del cumpleaños de su pequeña hija. Lamentablemente, estamos invitados. Quieren conocer a mi heredero, no por interés genuino, sino para criticar y alimentar rumores absurdos.
Hace una pausa, con evidente fastidio.
—Esto es una pérdida de tiempo, además de insoportable. Pero la asistencia es obligatoria. Me dijeron que, si no iba, debía enviarte en mi lugar. Sin embargo, he decidido que iremos los dos. No pienso dejar solo a mi hijo en medio de ese nido de alimañas. También será una oportunidad para que aprendas sobre la nobleza, sus juegos y debilidades. Partimos la próxima semana. Prepárate.
Sus palabras me desconciertan.
—Duque, usted casi nunca asiste a estas reuniones, a pesar de que son obligatorias. ¿Qué lo hizo cambiar de opinión?
Me dedica una sonrisa irónica antes de volver a centrarse en sus documentos.
—He escuchado que hay muchas ratas queriendo ocupar mi lugar. Quiero ver si tienen el descaro de intentarlo con mi presencia en la sala. Además, quiero ver la expresión del emperador cuando me vea allí. Cree que no asistiré… me dará placer ver su cara de espanto, al igual que la de esos nobles patéticos.
Su mirada se torna más afilada.
—También me han informado que alguien ha estado filtrando información sobre nuestro ducado. No solo a algún noble cualquiera… sino al ducado Evron. Ese día, el traidor estará en la misma sala que nosotros, y pienso descubrir quién es.
Sus palabras despiertan mi curiosidad. Asiento en silencio, comprendiendo que esto será más que un simple evento social. Cuando me dispongo a marcharme, él me detiene, apoyando una mano en mi cabeza.
—Me han dicho que has sido impecable en todas tus clases. Dime, ¿hay algo que desees? Lo que sea, te lo concederé. Lo has ganado.
—Gracias, padre. Por ahora, no necesito nada. Pero cuando lo haga, se lo haré saber.
Él asiente con aprobación y me deja ir.
---
Los días transcurren rápidamente, y cuando llega el momento del viaje, estamos listos. Lucio, el duque Morgan, viste completamente de negro, con su cabello peinado hacia atrás. Bastian ha elegido un atuendo similar para mí: negro con botones de plata. Mi cabello permanece como siempre.
Subimos al carruaje, y mientras yo observo el paisaje con algo de aburrimiento, él se queda dormido. No puedo evitar sentir una ligera emoción. Nunca he estado en la capital. Mi mundo se ha reducido al ducado Morgan y sus alrededores, pero ahora veré más allá de esos límites.
Cuando llegamos, la mansión que nos recibe es imponente. El duque baja primero, y cuando yo lo sigo, noto que los sirvientes se alinean con precisión, inclinando la cabeza en señal de respeto.
—Más tarde comenzará el banquete —me informa Lucio—. Puedes pedir a alguna sirvienta que te guíe si necesitas encontrar tu habitación o cualquier otro lugar. Yo tengo asuntos que atender.
—Comprendo, duque.
Un hombre mayor, vestido con un traje negro impecable, se acerca.
—Albert, llévame la cena a mi despacho. Y prepárale un postre de chocolate a mi hijo.
El mayordomo asiente con una leve inclinación.
—Sí, duque.
—Ethan, él es Albert, el mayordomo de esta casa. Durante tu estancia, puedes pedirle lo que necesites.
Le dirijo una leve reverencia.
—Un placer conocerlo, señor Albert. Soy Ethan Morgan.
—El placer es mío, joven duque. Puede contar conmigo para lo que desee.
Veo a Lucio marcharse con él y, en cuanto desaparecen, una sirvienta me guía a mi habitación. Es un cuarto decorado en tonos azules, elegante pero anticuado. Me dejo caer sobre la cama, y, sin quererlo, mi mente regresa a un lugar que prefiero evitar.
Me pregunto si ella estará aquí.
No quiero pensar en ello, no quiero darle espacio en mi mente. Solo tengo una madre, y murió por mi mano. Esa mujer no es más que la que me dio a luz. No siento nada por ella… o eso intento decirme.
Hubo un tiempo en el que sentí amor por ella, pero luego llegó la decepción.
Las mujeres que llamé "madre" me abandonaron. Primero, mi madre de mi vida pasada. Luego, ella. Y por último, la duquesa Morgan.
La única que nunca me juzgó. La única que no me vio como un simple peón en un juego de poder.
La única que me pidió que la matara.
Ese momento fue el punto de quiebre. Un antes y un después en mi vida.
Su muerte me persigue.
He asesinado antes. En mi vida pasada y en esta. Pero no pude quitarle la vida a la única persona que me trató como un hijo.
¿Por qué me dejó esa carga? ¿Por qué me pidió que hiciera algo así?
Tal vez no merezco una madre. Tal vez esas mujeres nunca debieron estar en mi vida.
Aun así… no puedo borrar a la duquesa Morgan de mi corazón. Por más que lo intente, por más que me lo repita, no puedo dejar de verla como mi madre.
Y creo que nunca podré.
Cierro los ojos, intentando alejar esos pensamientos.
Dicen que la mujer que me dio a luz es feliz ahora. Que es madre otra vez. Que espera a otro hijo.
Quizás a esos niños sí los quiera.
Quizás sí los ame… porque no fueron producto de una violación como yo.
Ellos fueron concebidos con amor.
Y por alguna razón, ese pensamiento me resulta insoportablemente pesado.
Mansión de la capital del duque Morgan
Residendiacia donde vive el duque y Ethan ducado Morgan
Ducado Morgan
Vestimenta de Ethan para el banquete de celebración de la familia Imperial
Vestimenta del Duque Lucio para el banquete de celebración de la familia Imperial Mayer.
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Comments
Chaparrita
Estoy perdida . Creo que llego asta aquí . Ya no sé cuántos años tiene ahora ethan. Y como es que aparecen más hermanos . Ya estoy perdida . Al principio se me hizo interesante pero ya no .
2025-03-12
3
Sonia Salazar
es verdad, estoy como perdida con la edad e Ethan y además en vez de cambiar la historia de dejar de ser un mafioso, sigue igual
2025-03-18
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Margarita Mamani
el bombón asesino
2025-03-18
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