Cita interrumpida

La Nona Laura regresa de la calle, traía sus medicamentos para que la niña María se sintiera mejor, corrió al cuarto para cuidar de ella, no se separó de ahí ni un segundo, dejo todo a las demás empleadas, así pasaron esos dos días...

Llegó el día tres, la cita con Paolo esa noche María no sabía cómo decirle a la Nana que ella debía llegar hasta el final del jardín, pues al frente del lago tenía una cita con su amado Paolo, ella aún tenía malestar, este se había convertido en una tos imparable... cómo podía salir así con el frío de la media noche, le podía ir peor no sabía cómo hacer, que resolver para esta situación...

La Nana Laura no le había dicho nada de que ella sabía todo, que había conversado con Paolo el día que fue al pueblo por sus medicinas... veía a María como su nieta, como una niña pequeña, para que darle esas preocupaciones si estaba enferma...

La tarde ya estaba llegando a su final María se moría por ir al jardín, pero una lluvia nocturna empezó a caer y detrás de ella truenos y relámpagos... La Nana corrió hasta el cuarto de María a cerrar las ventanas y debía protegerla de ese viento frío...

Nana la vio tan preocupada y casi soltando una lágrima por sus ojos brillantes, estaban a punto de salirse mirando hacia afuera, las ventanas de su cuarto daban hacia el jardín, del lado izquierdo estaba el lago, se preguntaba si esa lluvia pasaría pronto y ella así poder salir hasta su cita... quería volver a ver a su amado Paolo...

La noche entro y nada que cesaba la lluvia, Nana no aguanto más y le preguntó: por qué se te ve esa preocupación pasa algo?

María no sabía por dónde empezar, no sabía que decir... Calma mi niña debes recuperarte aún eestas convaleciente, yo me encargo de todo, mañana temprano iré al pueblo a la pastelería del papá de Paolo y de ahí te traeré los ricos panes rellenos de frutas picadas...

María no podía creer lo que escuchaba, la Nana era mágica sabía que era eso... Algo relacionado con Paolo, se sonrió y le dio un fuerte abrazo a la Nana Laura... La media noche llegó y la lluvia era intensa, la cita estaba interrumpida por lluvia, ya nada se podía hacer... más, sin embargo, Paolo estaba ahí mirando a lo lejos la casa de su amada, debajo de la lluvia ya no se podía hacer nada, su mirada estaba perdida, hoy no podía tener a su María entre sus brazos, el dolor invadió su pecho, solo recordaba los cálidos besos que se habían dado la noche atrás...

Paolo aún no tenía resuelto el tema de poder pedir la mano de María, no tenía dinero suficiente como para aspirar a semejante petición, estaba muy triste, agachó la cara y decidió volver a su casa todo empapado, el camino a casa fue largo muy largo, la lluvia lo acompaño hasta su morada.