El secuestro

Scarlett llegó al hospital, vio a su esposo dormido cuando entró al cuarto...

Pero en cuanto el perfume de ella se expandió por todo el lugar Adolfo despertó... Llegaste mi amor...

Aquí estoy, me han aceptado en la Universidad, seré una arquitecta famosa... Scarlett estaba tan feliz que Afolfo no quiso enturbiar su felicidad con el incidente de esa mañana...

Te felicito, yo sé bien que lo lograrás...

¿No ha venido el doctor?, preguntó Scarlett, sintiendo que algo raro invadía el ambiente.

No ha venido... Dijo Adolfo muy serio.

¿Te pasa algo?, te noto muy tenso.

¿Te acuerdas cuando te platiqué de Daniela?

Sí, ¿qué hay con eso?

Ella estuvo aquí...

¿Tu ex prometida?

Sí.

Scarlett sintió una oleada de celos... ¿qué quería?, ¿cómo entró?

Tal vez fue un descuido de los policías, ella vino disfrazada de enfermera, me dio un beso, yo creí que eras tú...

¿Es en serio?, está bien, no pasa nada, pero dime, ¿aún la amas?, no me mientas por favor.

No, ella es mala, no le importó que yo la amara y que nos íbamos a casar para engañarme con mi hermano.

¿Joaquín?

Sí, ¿lo conoces?...

Él me estuvo asediando, pero yo lo rechacé, él me dijo que era tu hermano, y que nunca ibas a despertar, quería tener una relación conmigo...

Scarlett, sé que nunca voy a recobrar la vista, pero te veo con la luz de mi alma, te amo y ojalá tú me puedas corresponder algún día. Tal vez te viste obligada a casarte conmigo, pero mi padre solo buscaba mi felicidad, yo sé que no es la manera, pero ellos pensaban que moriría. Yo te digo esto porque he escuchado cada palabra que les dijo el doctor.

Tranquilo, Adolfo, yo no los juzgo, estoy bien, te voy a cuidar siempre.

En eso entró el doctor, hola, les tengo buenas noticias, los estudios revelaron que su ceguera desaparecerá con el tiempo, mañana mismo se puede ir, ya está dado de alta.

Scarlett abrazó a Adolfo llena de felicidad, gracias a Dios, dijo.

Después de unos segundos lo soltó muy apenada... Perdón, fue la euforia del momento.

No te preocupes, todo está bien.

Daniela se enteró de que Adolfo saldría al día siguiente, por Joaquín que no dejaba de vigilarlos.

Ya estaba lista para recibir a su "amor"...

Ya saben lo que tienen que hacer, tengan mucho cuidado. Nos vemos mañana. Sean puntuales, por favor...

Claro, señorita.

Tú te llevarás a Adolfo y yo a Scarlett, pero antes debemos "despedirnos" tú y yo...

Ambos se metieron al cuarto de ella, y gozaron de un buen sexo, eran afines a eso... Aunque ellos estaban enamorados de otras personas, no tenían empacho para estar juntos y hacer lo que les gustaba.

Después de que terminaron lo que estaban haciendo ambos se despidieron en buenos términos, quedando de verse si ambos tenían ganas de hacerlo.

Ya tiens mi número, puedes hablarme cuando quieras, a la hora que quieras...

Y tú el mío.

Rato después ambos siguieron en lo suyo, llegando hasta el clímax, el sexo que tenían los dos era muy bueno...

Durmieron los dos muy abrazados...

Mientras en el hospital, Afolfo no podía dormir, Scarlett se dio cuenta y se acercó, ¿qué te pasa, esposo mío?

Quédate conmigo, no puedo dormir.

Tranquilo, aquí me quedaré, sin poderlo evitar minguno de los dos, sus labios se prendieron, un beso que demandaba mucha pasión, poco a poco, Adolfo la fue despojando de su ropa, no podía verla pero la sentía, sus manos torpes acariciaban cada parte de su cuerpo, ella se excitaba más con cada caricia, le entregó su primera vez, jamás imaginó que dicho suceso pasara en el cuarto de un hospital.

Agradecía en el alma que Adolfo no pudiera ver, de lo contrario sentiría mucha vergüenza si la viera toda colorada de la cara.

Adolfo fue muy delicado con ella, asumió que era vírgen, y fue muy suave, le hizo el amor y llenó todas las espectativas de ella.

Satisfechos los dos se durmieron, él en la cama y ella en el sillón...

En la cara de ella se notaba la felicidad que sentía, nunca había visto a un hombre desnudo, Afolfo fue su primera vez en todo y era muy feliz.

Al día siguiente, muy temprano Scarlett ayudaba a Adolfo a vestirse, ya lo habían dado de alta, ella lo cuidaría, ya tenía la casa y ya sabía manejar.

Fue a despedirse del médico, les dio las gracias a los policías y salieron de ahí.

Lo ayudó a subir al coche... Pronto estaremos en casa, mi amor... Le dijo ella con toda ternura.

El doctor dijo que tu ceguera era temporal.

Así que no debes preocuparte por eso.

Estando contigo nada me preocupa.

Bueno, pues allá vamos...

Después de ir en coche durante media hora, dos coches los inerceptaron, los hombres traían capucha y Scarlett no pudo ver quiénes eran, pero había algo que llamaba su atención, el perfume...

Estaba segura que uno de sus interceptores era Joaquín, lo reconocía por el maldito perfume.

Salgan del auto con las manos en alto, cualquier cosa que intenten será terrible para los dos, así que no inntenten hacer nada.

Scarlett gritó asustada, ¡mi esposo está ciego, tengan piedad, por favor!

El hombre los urgió a bajarse, a mí no me importa tu esposo, los hombres obligaron a Scarlett a subirse al otro coche, y otros hombres hicieron lo mismo con Adolfo...

Desde este momento no volverás a ver a Afolfo, así que despídete de él...

¡No me hagan esto, el es mi esposo!, por favor, ¡suéltenme!

Pero nadie escuchó a Scarlett, el carro avanzó por las diferentes avenidas de la ciudad hasta perderse en el horizonte.

El coche donde iba Adolfo enfiló a las afueras de la ciudad, hacia Coahuila...

¿A dónde me llevan?, ¿quiénes son ustedes?

Cállate, no estás en posición de preguntar nada.

Varias horas después llegaron a su destino. Bájate, le ordenaron, una mujer muy guapa y bien vestida salió a su encuentro, bienvenido mi amor, has llegado a tu nueva casa, será nuestro nidito de amor.

¡¿Da...Daniela?!, Adolfo titubeó...

Sí mi amor, soy yo, desde ahora viviremos juntos por siempre.

¿Estás loca, y que pasó con Scarlett?

No te preocupes por ella, estará feliz en su nuevo hogar...

¿Cuál nuevo hogar, qué hicieron con ella?, Adolfo estaba desesperado...

Daniela le pasó la mano por el frente de la cara, solo para comprobar que no veía.

Ya te dije, ella estará bien, por lo pronto solo dedícate a descansar, yo te avisaré cuando debas "cumplirme". No pienses en escapar, no llegarás muy lejos así como estás...

Daniela, eres una demente, ¿cómo quieres que esté contigo así por la fuerza?

Lo siento, aprenderás a estar conmigo, solo piensa que es "ella", y todo será más fácil.

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