La muerte de Adolfo.

Scarlett estaba 100% segura de que el perfume de Joaquín era el mismo que olió hace algunos meses en el cuarto del hospital... Ya que tenía muchísimo dinero, contrataría a alguien para que vigilara a Joaquín, ella no confiaba en él ya sabía cómo se la gastaba con las mujeres y no sabía de que fuera capaz...

Dos días después...

Mire, esta es la foto del tipo, por favor, quiero que me diga todo lo que hace, a qué horas duerme, a qué horas come, a dónde va, con quién se entrevista, etc. Quiero saberlo todo... Scarlett no escatimaría ni un cinco para saber la verdad acerca de Joaquín...

Las amigas de ella estaban de acuerdo, no podían permitir que alguien intentara matar Adolfo, además, él era un hombre indefenso y por lo tanto tenía que cuidarlo.

Pero, ¿tú crees que Joaquín haya querido matarlo? Y, ¿por qué no te diste cuenta cuando fue al hospital y tú siempre estabas ahí? La pregunta puso de nervios a Scarlett y no supo qué contestar...

Sí, yo sé que me descuidé, pero no podría saber a qué horas fue, tal vez mientras dormíamos y él se metió. Pero yo no sé cómo se coló por la puerta, si había mucha vigilancia.

Por lo general estos tipos se las ingenian para todo. ¿Qué les parece si vamos al antro para olvidarnos de todas estas cosas malas? La voz de Josefina sonaba a gloria...

¡Sí, vamos!, dijeron las otras dos.

Esta vez le tocó al antro "La Victoria" que estaba por la calle Villagrán, en el centro de Monterrey.

Las chicas eran muy guapas por eso llamaban la atención. Pero Scarlett era la que más se lucía...

Su apariencia juvenil llamaba mucho la atención, ella con su tez aperlada y su cabello negro ondeándole por la espalda, parecía la diosa Venus...

Unos chicos que estaban ahí las interceptaron nomás llegar...

Pero, ¿qué hacen aquí ustedes linduras? Este no es lugar para damas...

Eso a ti no te importa, no te metas conmigo, hazte a un lado; dijo Graciela que era la más intrépida...

Uy miren a la chica salió bien gallona, pues yo te voy a domar, preciosura... El tipo que parecía ser el jefe fue el que le dijo eso a Graciela...

Las chicas intentaron salir de ahí pero los tipos no las dejaron ir...

De aquí no sale nadie, aquí solo entran las zorras, si ustedes vinieron hasta este lugar deben de ser unas zorras... Así que quiero tus servicios...

Graciela no estaba acostumbrada a dejarse de nadie... Ve y pide los favores a tu chin... madre...

¿Por qué no?, dijo uno de los tipos, pero te prefiero a tí preciosa...

Suéltame, imbécil, las otras chicas también forcejeaban...

Hasta que un hombre, de los mismos que estaban tomando en ese bar las defendió...

¿No están oyendo que las suelten?, el tipo les apuntaba con una pistola...

No te sulfures, las chicas no valen la pena...

Aunque así fuera, eso no te da ningún derecho de maltratarlas, señoritas, ¿están bien?

Scarlett contestó un poco asustada... Sí, gracias.

Me llamo Víctor, ¿qué hacen unas muchachas tan lindas en este lugar?

Nosotras solo veníamos a divertirnos, soy Scarlett, y mis amigas Graciela y Josefina...

Mucho gusto, ¿las puedo acompañar a donde vayan?

Las tres amigas intercambiaron miradas... Bueno, está bien, terminó por contestar Scarlett...

Víctor las llevó a un bar más distinguido, ahí entraban solo personas VIP...

Este lugar es más seguro, aquí nadie las molestará, ¿gustan tomar algo?

Solo una limonada a cada una de nosotras, no tomamos alcohol... Josefina no había tomado ni siquiera un trago de alcohol, aún era menor de edad...

Víctor fue a la barra y pidió cuatro margaritas...

Luego regresó con las chicas... Esta bebida es muy suave, les encantará...

Al ver a las chicas que titubeaban, Víctor las conminó a beber...

No está muy pesada, solo una, pruébenla, está muy sabrosa.

Ellas obedecieron, al poco rato ya habían bebido demasiado.

Scarlett vio su reloj, Dios mío, me tengo que ir...

Tranquila, yo te llevaré, las llevaré a las tres.

Scarlett le pidió que la llevara al hospital Muguerza, era ahí donde tenía a su esposo.

¿Te sientes mal?, Víctor la vio muy preocupado.

No, voy con mi esposo...

¡¿Tu esposo?!, no sabía que eras casada, lo siento...

Scarlett no le hizo caso y entró al hospital, trató de que nadie se diera cuenta de su estado de embriaguez...

Empezó a "platicar" con Adolfo, perdóname Adolfo, te prometo que no vuelve a pasar, Scarlett se acostó en el sillón que estaba en el cuarto y al instante quedó dormida...

"Adolfo ya no despertará más, debe desconectarlo...

No lo voy a hacer, tiene derecho a tratar de despertar, solo Dios puede quitar la vida... Scarlett se negaba a desconectarlo, aunque significaba su libertad, ella no sería capaz de ver como se consumía su vida...

Es una pérdida de tiempo y dinero, necesitamos desalojar el cuarto, hay más pacientes que esperan una cama...

¿Qué clase de hospital es éste, que no se conmueven de los sentimientos?

Los doctores parecían no hacerle caso, habían dado la orden de desconectarlo de las máquinas, su muerte era inminente...

Por favor, denle una oportunidad, no quiero perder a mi esposo...

De verdad lo sentimos, señora, ya está decidido, hoy mismo será desconectado...

Scarlett, por más que les rogó no pudo evitar que lo desconectaran...

Diez minutos después, Adolfo dio su último suspiro...

Scarlett estaba muy desconsolada, se sentía culpable por no cuidar a su esposo...

Pero el daño ya estaba hecho, Adolfo murió a las 12 pm"...

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***