Cap #15

Habían pasado los días, y Alisha junto con su gente habían llegado a la frontera. Decidieron quedarse en un acantilado alto para controlar el sistema de cambio de guardias.

- se van rotando cada 6 horas, y ahora hay el doble de guardias de cuando logré escapar - comentó Henry quién se encontraba acostado entre los matorrales mirando. No muy lejos se encontraba Reik controlando en el lado izquierdo.

- así es, de este lado siguen el mismo sistema. Si queremos tener éxito, hay que entrar antes del cambio de turno de la mañana. Estarán cansados, y será más fácil pasar-, comentó con una sonrisa Reik mientras se disponía a levantarse e ir a dónde se encontraba el grupo y Alisha.

- ¿tan rápido llegaste a esa conclusión? ¿No deberíamos vigilar por unos días?-, moviéndose un poco para salir de los matorrales había preguntado Henry. Y mientras se sacudía la ropa volvió a decir, -no podemos arriesgar a la señorita Lila.

- no te preocupes por ella. Sabe cuidarse sola en caso de que necesite hacerlo. Vamos, tenemos que irnos. Hay que hacer los preparativos, tenemos que estar listos para el siguiente cambio de guardia. Entraremos por la puerta grande. Será divertido-. Reik dejaba ver una brillante sonrisa mientras decía aquello, y se alejó del lugar en busca de Alex.

Henry tenía sus dudas sobre todo lo que estaba pasando. Además, volver al lugar donde solo albergaba malos recuerdos, por instantes hacía que quisiera dar la vuelta para correr lejos. Pero pensar en la posibilidad de volver a ver a Alisha, hacía que se detuviera. Aún recordaba a aquella albina de carácter fuerte. La siguió durante tanto tiempo y pudo darse que era sin dudas una princesa que se esmeraba en mejorar y ayudar a su pueblo.

Muy al contrario que la princesa Meriel, quién solo se dedicaba a mandonear, actuar de forma altiva y jamás le importó su gente.

Aún recordaba aquel día en que ambas princesas recibieron un pueblo cada uno para estar a cargo. Ambos pueblos estaban en una mala situación por falta de suministros, y por unas inundaciones que a su vez habían generado una epidemia. No era algo muy grave, ni demasiado contagioso, pero era una situación que llevó a un cese de actividades en dichos lugares, y eso generó escasez de productos para su distribución en otros lugares.

La princesa Alisha había llevado gente de otros lugares que necesitaban trabajo en ese momento, para poder activar el pueblo mientras los pobladores se recuperaban. Ideó un sistema de reubicación de las zonas afectadas por las inundaciones y para todo esto, había designado parte de su dinero para que los pobladores no tuvieran pérdidas innecesarias.

Por su parte Meriel había hecho algo similar, con la diferencia de que había establecido el pago obligatorio de impuestos para solventar los gastos extras, y había desalojado las zonas afectadas por las inundaciones, quedando así varios pobladores sin hogar y sin trabajo, pero no exentos de pagar aquel impuesto.

Henry sonrió cálidamente al recordar aquello, para él la princesa Alisha amaba a su gente, se esforzaba por su pueblo, mientras que a la princesa Meriel le daba igual la situación de los demás mientras ella tenía lo suyo. -sea mujer no merece estar en el trono del imperio de plata-, murmuró ahora con el rostro molesto.

- lobito, me pregunto qué estarás pensando para poner ese rostro que asusta hasta a los animales del bosque-, preguntó Alisha quién venía acercándose a él.

Él negó con la cabeza mientras decía, -nada que merezca ser mencionado. Y-, Henry suspiró, -¿puedes dejar de llamarme lobito?, es vergonzoso-, comentó con el rostro sonrojado.

Alisha quería reírse de él, le parecía tierno. Se acercó a él y tocó el rostro de Henry.

-Sabes, eres un lindo lobito. No me molestaría tenerte como compañero el resto de mi vida-, comentó de manera casual la pelirroja con un rostro serio.

Henry apartó la mano de Alisha, y se alejó un poco.

- no me lo tome a mal señorita Lila. Usted es hermosa, pero incluso si me gusta, mi corazón ya es de alguien más y pretendo que eso sea así el resto de mi vida-. Confesó Henry con el rostro avergonzado.

-¿te refieres a la princesa Alisha?-, cuestionó curiosa Alisha.

Henry solo volteó para otro lado sin decir nada. Aló que Alisha volvió a hablar...

- ¿estás dispuesto a esperar por ella incluso sin saber si la verá de nuevo?

-usted sabe que los lobos solo entregan su corazón una vez en la vida. El mío ya escogió a su pareja, y sin importar la situación, eso ya no se puede cambiar.

Alisha muy sorprendida, con los ojos muy abiertos por la sorpresa dijo;

-eso quiere decir que eres un lobo de sangre pura. Solo los lobos reales pueden elegir a su pareja. Por eso la bruja está tan interesada en ti-

-me sorprende que sepa tanto sobre un tema de cuya existencia hoy en día se tienen dudas. Nadie creería que nació alguien que tiene la sangre pura de los lobos extintos-, dijo Henry casi burlándose de la situación.

Alisha sonrió y antes de irse de ahí volvió a hablar;

-la princesa tiene suerte.

Alisha se fue en busca de Reik, y mientras caminaba volvió a sonreír, -veremos qué tan entregado está tu corazón.

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