Dos opciones

—acercate y tu descendencia se acaba aquí—hable tratando de sonar calmado.

—ya te lo dije—se acercó a mi—decide si será tu mano o tu brazo el que rompa.

Sé que me pase en golpear a su madre, pero ella no debió faltarme al respeto, fue un empate.

Al parecer fue a contarle a su querido hijo una historia bastante diferente a lo que sucedió ya que vino a mi apartamento decidido a "enfrentarme" lo que llevo a que tomara un cuchillo de cocina amenazando con clavarlo en su parte inferior si se acercaba.

—veo que te has recuperado después de la paliza que te di—sonreí de manera arrogante.

El se acercó para atacarme, pero fui más rapido logrando esquivarlo, lo intentó otra vez pero sin exito.

—¿los Deltas no eran más ágiles?—lo provoque.

Tengo dos opciones en este momento, la primera es huir, lo cual sería prudente considerando que él es más fuerte, pero ese no es mi estilo y la segunda es tratar de noquearlo, lo cual es muy poco probable que logre

Otra forma es darle un golpe bajo, sin embargo tendría que acercarme a el para hacerlo.

—Maldicion— murmuré

No puedo creer que tenga que tocar el miembro de un asqueroso Delta para sobrevivir.

Este día no puede ser peor.

—no debiste golpear a mi madre —se acercó mientras yo retrocedía.

—Se lo merecía—sonrei—por estúpida.

Corrió hacia mi con la intención de atacarme y está vez no fui tan veloz, caímos al suelo, causando que soltará el cuchillo y el cayera encima mío.

—te tengo—alzo su mano para golpearme.

—¡espera!—grite.

Con buena suerte el paro empezando a reírse mientras bajaba su mano para colocarla en mi cuello sin ejercer presión.

—¿Que paso con tu rebeldía?—se acercó a mi rostro.

—creo ... nosotros— respire hondo—...podríamos hablarlo como personas civilizadas—di una sonrisa para aligerar las cosas.

—lo dice la persona que me golpeó en el día del compromiso—coloco su otra mano en mi mejilla.

—Debes entender que solo lo hice por qué estaba enojado—deslice mi mano con cuidado de que no se diera cuenta.

—no quiero hablar—acaricio mi mejilla—tu no puedes hablar, solo escuchar.

—entonces no hablare—dicho esto agarre su miembro sobre la ropa y lo apreté fuertemente.

El grito de dolor que salió de el fue bastante satisfactorio para mis oidos, dándome ganas de escuchar otro.

—¡suéltame imbécil!—agarro mi cuello apretándolo.

Entramos en una batalla de entre quedarse sin aire o sin futura descendencia.

—¡será mejor que lo sueltes!—empezo a sonar desesperado.

Inconscientememte una sonrisa se formó en mi rostro, enfureciendolo más.

—yo...voy a...romper tu pene—dije con dificultad sin quitar mi sonrisa.

Después de unos segundos que fueron eternos, ambos nos soltamos al mismo tiempo, dejándome respirar mientras el soltaba un suspiro de dolor al mismo tiempo que tocaba su parte.

Aprovechando los segundos que tenía en tanto se recuperaba del dolor, me levante para correr a mi cuarto.

—vamos—hable agitado buscando el arma de caza que poseía.

Mi cerebro se acordó convenientemente mientras me quedaba sin aire de que mi padre me había regalado un arma por mi mayoría de edad.

Mientras trataba de encontrarla escuché sus pasos acercarse sintiendo más desespero.

—estas jodido Minwon—habló con una voz divertida.

Me subí a una silla deseando que el arma estuviera arriba de mi armario y cuando por fin la encontré me di cuenta de que estaba descargada.

—maldita sea—susurre.

—sera mejor que te escondas bien—dijo entrando a la habitación.

Sin más opcion me arriesgue apuntandolo con el arma, rezando a Dios que no se diera cuenta que está descargada.

—Da un paso más y volare tu rostro—hable agitado.

El retrocedió unos cuantos pasos, mientras yo baje de la silla sin dejar de apuntarle.

—me diste dos opciones—aprete el arma—yo también te daré dos opciones—sonrei—te puedes ir de aquí o puedo dispararte y así sacarte muerto.

El me miró por unos segundos mientras yo estoy con las manos temblorosas, pensando que me descubrirá.

—Si lo haces el gobierno te castigará—dio un paso hacia mi.

—En ese caso me suicidare, pero no antes de confirmar tu muerte, imbécil.

Me miró fijamente por unos segundos, lo cual me puso nervioso, pero al final termino dándose la vuelta, saliendo de mi habitación mientras yo lo seguia apuntando.

—Mañana hablaremos—dijo acercándose a la puerta.

—yo decidiré eso

Me miró una última vez para después salir de mi apartamento dando un portazo.

—sobrevivi—murmure, cayendo de rodillas al suelo.

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