Propuesta

Miro un punto fijo para mantener la calma mientras escucho propuestas estúpidas salidas de la boca de una persona que poco le importa el hecho de que aún sigo recuperándome de la descarga eléctrica que me dió su hijo.

—esto es ridiculo—hable molesto.

—solo dinos tu precio—hablo una voz tan dulce y delicada que me dieron ganas de vomitar de tanta falsedad.

Está señora está aquí delante mío con una sonrisa hipocrita pidiéndome que me case con su hijo a cambio de dinero, ¿no les parece divertido?.

—no pienso casarme con el—digo ya exasperado.

—De todas formas te casarás con mi hijo, esto...—me miro alargando su sonrisa—...es solo motivación.

—¿de verdad?—ironice.

Empeze a imaginar un escenario en dónde la acaricio con mi uñas tal como lo hice un día antes a mi prometido quien está en casa recuperándose por las muestras de afecto que deje en su rostro.

—usted sabe perfectamente que este dinero no servirá si me caso con su ”querido" hijo—bufo mientras dejo caer todo mi cuerpo en el sofá de cuero de mi apartamento.

El dinero que me ofrece no me servirá de nada, tendré que permanecer en casa como lo ordena la ley, por qué si, una vez casado con un Delta eres propiedad suya, ya que si llega a tener afecto por ti este se vuelve territorial al punto de atacar a cualquier persona que trate de formar un vínculo social contigo.

Maldito gobierno de mierda.

—es una buena opción para ti—dicho esto se levanta acercándose.

—claro que si—sonrio para luego rodar mis ojos fastidiado.

Ella empieza a caminar a mi alrededor, mientras su mirada intensa me recorre todo el cuerpo, la entiendo, yo también mantendría la mirada en el hombre cuya única ropa puesta es la íntima.

No pienso cambiarme para que se sienta cómoda, su raza no merece respeto o al menos no esta familia, ni la mia, ninguno de los dos me dijieron nada sobre el matrimonio arreglado hasta una semana antes del compromiso.

—necesito que se vaya de mi...

—tu cuerpo no está nada mal—me interrumpe tocando mi hombro por detrás—aguantara a mis nietos.

Mi sangre empieza a hervir debido a sus palabras, ellos no me ven más que una incubadora para preservar su especie estúpida.

—largo de mi casa—le digo mientas me levanto abruptamente tomándola de su brazo.

Vieja estúpida.

—su especie es una mierda—me acercó a su rostro mientras mis uñas se clavan en su piel—y usted es una mierda si cree que pasaré el resto de mi vida dando a luz a hijos que no deseo.

La arrastró hacia mi puerta mientras ella forsejea, no me importaría matarla en este momento, pero quiero vivir libre, no en una cárcel ni en un matrimonio donde seré propiedad de una especie que detesto.

—¡no sé lo que piensas!—me agarra del brazo haciéndome detener mi andar—pero sé que planeas escapar de nuevo—se acerca a mi tomando mi cabeza por detrás y atrayendo mi rostro a su hombro—te aseguro que estaré ahí para romperte las piernas—dice susurrandome al oído.

Me separo de ella empujandola fuertemente afuera de mi apartamento.

—piénsalo un poco, tus padres te vendieron aún sabiendo que era un Delta...

—Estoy harto de estás tonterias

Trate de cerrar la puerta pero ella coloco el pie para impedirlo, empezando a forcejear.

—¡¿en quién confiaras para escapar?!—dicho esto empuja fuertemente la puerta haciéndola abrir completamente.

Pero yo le suelto un puñetazo en la nariz, haciéndola caer al suelo.

—¡no vuelva!

Cerre la puerta fuertemente, dejándola a ella con la mirada desconcertada y la nariz sangrando, haciéndome reír al recordar que era una mujer a la que había golpeado.

Se lo merecía.

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