Ganar o morir

—¿te volviste loco?.

—no—gire mis ojos.

—¿medio loco?—elevo sus dedos a la altura de su sien para girarlos.

—escuchame—me levanté—no pienso morir o...al menos eso espero.

—¿que piensas hacer?—dio un paso hacia mi cruzando sus brazos.

—tu serás mi plan B.

—explicalo

Lo pensé mucho acerca de matar a SeoHoon y aunque tengo posibilidades de lograrlo también puede que me descubran, si eso llegara a pasar el castigo sería peor que estar atado a un Delta.

—ire a una fiesta donde está el—me acerque—le disparare en frente de todos.

—¿ese es tu mejor plan?—rió—¿encerio?

—cállate y escucha—tape su boca con mi mano—al dispararle frente a todos habrá caos y eso me ayudara a que SeoHoon no se acerque tan fácilmente a mi.

El retiro mi mano—¿que pasara si llega la policía?

—la fiesta es alejada de la ciudad, tendré tiempo hasta que lleguen—sonrei—en ese lapso lo matare.

—dudo mucho que los demás no hagan nada.

—son mayormente omegas, hay algunos Deltas pero...—solté un risita—dudo que lo ayuden ya que para ellos el tiene que salir solo del problema, de otra forma no es considerado Delta.

—En el caso de que falles—descruzo sus brazos—¿que harás?.

—ahí es donde entras tú—lo señale—si me atrapan tendrás que dispararme.

—tendras un arma en la mano fácilmente...

—me conozco perfectamente, se que usaré todas las balas para matarlo, además mi orgullo no me permitira dispararme.

—déjame ver si entendí—suspiro—...vas a ir a una fiesta para matar a tu prometido y en el caso de que falles yo te mataré ¿es correcto?.

—si—asenti—tienes que hacerlo antes de que me atrapé la policía.

Al principio quise escaparme, pero al ser pareja oficial de un Delta no puedo salir del país, a parte la seguridad es muy rigurosa, consiste en el reconocimiento facial y dactilar, también se hace recolección de sangre, todo eso lo vuelve imposible.

Los pocos casos en los cuales omegas o betas intentaron escapar de un matrimonio dictado por el gobierno terminaron muy mal, no solo por el castigo que se les impulso por romper la ley si no también por las medidas preventivas que les dieron sus respectivas parejas, quedando la mayoría ciegos o sin movilidad en las piernas.

—¿estás seguro de esto?—hablo con un toque de preocupación en su voz.

—Michael...—me acerqué—...estoy muy seguro de esto.

—Entonces...—suspiro—necesitaras armas y muchas.

—dame las que tengas.

El me guío hasta una habitación llamada "Cris", la llamo así por su Omega, es una sección en dónde se encuentran las mejores armas del país, utilizadas exclusivamente por los militares.

—Elige las que quieras.

—necesitaré silenciadores y también una máscara de gas.

—Te daré unas inyecciones también, pero solo serán para aturdirlo un momento—abrió un cajón llena de medicinas.

—Un suspensorio también.

Estoy seguro de que ese bastardo me dará en las bolas.

—Debería preguntar, pero...—se encogió de hombros—... son cosas de pareja—dio una carcajada.

—deja de reír o le diré a Cristian que tienes un cuarto lleno de armas con su nombre.

—Oh, vamos hombre—hizo una mueca—no le digas.

Aunque Cristian es un Omega muy tierno, las consecuencias de enojarlo es obtener el silencio absoluto, ya que se queda sin hablar por una semana y eso vuelve loco a Michael.

—Mejor ve esto, será último recurso—me lanzo una granada.

—Me gusta—la ví imaginando un escenario en dónde SeoHoon vuela en pedazos—es perfecto—sonreí.

Es hora de cazar.

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