Capitulo 20. Cirugía

Doriam

Ingreso un hombre con una bata blanca.

-Hola. Mi nombre es Arturo Gaviria. Seré su anestesiólogo, vengo a efectuar la revisión de rutina.

Yo solo me límite a observar como tomaba los signos vitales, le hizo un par de preguntas sobre medicamentos, y algún tipo de sintomatología.

-¿Todo en orden, doctor? Pregunte

-Si. Para Xiara esto no es nada, después de tantas cirugías una más y una menos son como un paseo al mundo de los sueños.

Si no fuera por estar en una clínica por Dios le hubiera partido la cara.... Quería matarla, pues pude ver cómo los ojos de Xiara se ponían vidriosos y ella se esforzaba por contener el llanto.

-¿Eso es todo? Pregunto ella.

-Si. Nos vemos mañana. Diciendo esto. Se retiró.

Me acerque a ella.

-Quieres que cambie de médico, ese hombres es un imbécil.

-No se puede, si cambio de médico la cirugía se retrasa y no quiero seguir dilatando más esto.

-Entiendo. Será como quieras...

Ella sonrió, pero aún así podía ver la tristeza de sus ojos y yo me sentía un inútil... No sabía ni siquiera que decirle

-Sabe señor Stiff Hertford llevo cinco años intentando superar esto y ya cuando por fin creí que lo lograría la vida me regresa de nuevo aquí a una clínica, a una silla de ruedas y a la posibilidad de no volver a caminar. No entiendo en qué me equivoqué, a caso que pude hacer yo mal a diferencia de lo que diga ese médico, jamás me podré acostumbrar a las cirugías...

-Nadie más que tú sabe por lo que has tenido que pasar, cualquiera se hubiera rendido hace mucho, pero tú sigues aquí en pie y estoy seguro que te vas a sobreponer a esto como solo las reinas lo pueden lograr.

-jajajaja. Bueno además de empresario, animador. Gracias, de verdad yo..

-Tu vas a aceptar toda mi ayuda, dado que no tienes de otra y solo puedes confiar en mí.

-En serio ahora comediante. Sinceramente no estoy muy segura de su historia...

-Entonces le hablo a tu familia, sabes que alguien tiene que estar contigo

-Esta bien no tengo de otra señor Stiff Hertford

-Puedes decirme solo Stiff.

-Gracias muy amable.

Después de que logré convencerla el resto del día estuvo bien, ella estaba ocupada revisando unos documentos desde su Tablet y yo en mi computador.

-Disculpe Stiff.

No me había percatado que ella ya estaba en el borde de la camilla.

-¿Que haces te puedes lastimar? Tu no puedes moverte.

-¡Calmate! Yo solo te iba a decir que me ayudaras a llegar a la silla porque quiero ir al baño, eso es todo.

-pudiste decírmelo antes, no puedes hacer tanto esfuerzo.

-Estás siendo un poco dramático. No hice esfuerzo.

-Estoy seguro que sí.

Ella símplemente me dedico una horrible mirada. No respondió.

Decidí que era más cómodo cargarla y llevarla al baño y así lo hice, pero nada más tenerla en mis brazos, me generaba tantas emociones, Xiara aún tenía el poder de hacerme sentir, todo tipo de emociones que pensé que ni siquiera existían. Llegamos y la dejé en el inodoro.

Me quedé parado esperando, por si necesitaba mi ayuda de algún modo

-Stiff. Si estás aquí no creo que pueda hacer pis.

-Perdón, pero es que no te puedo dejar sola, puedes lastimarte o esforzar la rodilla a

Vi como abría los ojos y luego parpadeaba lentamente

-Mire yo puedo hacer pis sola. Cuando necesite que me levanté lo llamaré.

-Xiara. De verdad yo necesito cuidarte

-Lo está haciendo. Pero ya se está pasando. Así que por favor salga.

Respiré y salí. Me quedé justo detrás de la puerta. Por si me llegaba a necesitar. Finalmente, escuché cuando me llamo, así que entre.

Casi me da algo nuevamente estaba parada apoyada en el lavamanos

Me acerqué y nuevamente la tomé en mis brazos.

-Muchas Gracias.

Después de eso nuevamente volvimos a nuestras pantallas.

No sé en qué momento me quedé dormido, me levanté después de tener la misma pesadilla Xiara conduciendo y luego ella tirada en el piso y la sangre saliendo de su cuerpo...

-Hola. Buen día. Ya debemos llevar a la paciente al quirófano

-Entiendo.

Vi como la enfermera le tomaba los signos vitales y en ese momento, ella despertó.

-Buen día. Saludo.

-Buen día. Señorita en un momento vendrán por usted para llevarla al quirófano. Me voy a encargar de bañarla o prefiere que lo haga su esposo

-Él no es mi esposo. Por favor me puede ayudar. Stiff puedes salir por favor.

-¿Segura no necesitas ayuda?

-Muy segura. Retírate por favor

-Pero no creo que ella tenga la fuerza suficiente para ayudarte.

-Señor yo estoy capacitada, sé hacer muy bien mi trabajo.

-Pero.

-Stiff por favor sal, necesito que la enfermera haga su trabajo, además los baños se hacen aquí mismo en la camilla.

-Está bien estaré afuera.

Salí y me quedé cerca de la puerta.

-Es un poco intenso su compañero.

-Si un poco. Supongo que no está acostumbrado a los temas médicos.

Después de un rato la enfermera salió.

-Puedes entrar. Está lista.

-Perfecto. Gracias.

A penas ingresé. Pude notar que tenía una bata azul.

-Debes ir a desayunar

-No es necesario. Esperaré aquí contigo

-Pero ayer casi no comiste.

-No te preocupes comeré después

-Bueno, entonces come cuando entre al quirófano

-Si eso haré. ¿Necesitas algo? Podía notar que estaba intranquila, solo miraba por la ventana

-No. Todo está bien.

La puerta se abrió.

-Nos llevaremos a la paciente.

Vi como cambiaban de camilla, organizaban los líquidos y monitores.

Me acerqué a Xiara y una vez más. -Todo va a estar bien

Ella solo asintió y sonrió.

La cirugía iba a durar cinco horas.

Pero el tiempo no pasaba en ese lugar.

Comencé a ver en mi computador lo que necesitaba para su recuperación y comencé a contratar todo lo necesario, e incluso tuve tiempo para ver videos sobre curaciones y rehabilitación.

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