Capitulo 7. Pensar en una vida mejor

Doriam

Las palabras de Xiara daban vueltas en mi cabeza, yo sé que les podría ganar a esos mocosos de una forma muy fácil, pero el dinero obviamente no lo quería de ella, eso jamás podría permitirlo.

-Estás muy callado cariño

-Perdón mamá. ¿Me decías algo?

-Nada. Solo te digo que estás bastante pensativo en esta. Ni siquiera pudo terminar la frase y le di un ataque de tos fuerte, me levanté por sus medicinas, pero no quedaba ningún, únicamente tome un vaso de agua. Ella lo tomo, gracias a Dios el ataque de todo no se puso peor.

-Mamá, te juro que voy a conseguir tus medicinas e iremos a un mejor doctor y tú te pondrás bien.

-Cariño prométeme que tú estarás bien que dejaras de esconder tu corazón en esa caja fuerte, mira no todas las personas son malas, algunas son buenas como Xiara, ella se nota que le importas, no la alejes por favor. No quiero que te quedes solo, si yo llego a...

-No continúes madre de verdad. La abracé. Voy a buscar tus medicinas. No tardaré.

Salí de mi casa, ya no había marcha atrás tenía que aceptar el negocio que me había propuesto Esteban robar ese banco. Necesitamos el dinero y tal vez si todo salía bien, yo podría tan siquiera pensar en que Xiara podría estar a mi lado.

Llegue a la casa de Esteban. Era un tipo enorme casi tan alto como yo, sus ojos eran azul claro, pero no mostraba para nada la oscuridad de su persona.

-Doriam. ¿Si estás aquí es por qué aceptas ser nuestro corredor?

-Si acepto. Ser el corredor, solo si me prometes que ninguna persona va a salir lastimada.

-Va a ser un golpe limpió. Entramos sacamos el dinero y nos vamos, esto es un pueblo y no hay mucha seguridad. No te preocupes será como quitarle un dulce a un mocoso.

-¿Cuándo es?

-Es mañana. Hay una carrera de niños ricos y todos van a estar entretenidos con ellos, así que es el mejor momento.

Guarde silencio y asentí con la cabeza. Me di la vuelta, para marcharme. Sentí como caí un peso enorme sobre mis hombros

-Nos vemos a las 9:40 AM

Me largue de allí. Fui a la droguería y con el dinero que había reunido compré por lo menos un poco de medicina que me apresure a llevar a casa.

Mi mamá dormía plácidamente. La cabeza me daba vueltas. Yo no era un maldito ladrón, pero en este punto no veía otra salida. Las carreras clandestinas no me daban suficiente dinero y ser mecánico tampoco, mi mamá requería tratamiento y yo tenía que conseguirlo. Por un momento el rostro sonriente de Xiara vino a mi cabeza, ella había sido un tornado en mi vida, era lo único bueno que me había pasado en tanto tiempo.

Hoy era el gran día la carrera y el robo de verdad que estaba intranquilo, prepare el desayuno, ayude a mi madre a comer le di algo de medicinas, pude notar que estaba mucho más pálida de lo habitual, pero me dije a mi mismo que pronto se recuperaría yo haría hasta lo imposible por eso.

-Madre. Tengo que hacer algo, te prometo que no voy a tardar.

-Está bien cariño. Puedes prometerme dos cosas.

-Claro madre lo que tú quieras.

-Doriam promete que te vas a cuidar, tú eres un chico que ha tenido que pasar por muchas cosas, pero sé que estás hecho para cosas grandes tienes ADN de campeón, así que prométeme que siempre vas a trabajar en cumplir tus sueños

-Mamá, por qué hablas así es como si tú...

-Déjame terminar... Lo segundo es que me prometas que vas a permitir abrir el corazón a una buena muchacha que realmente vea lo mejor de ti y lo peor para que te apoye y te corrija, quiero que encuentres una buena mujer, más bien que te encuentres a una buena mujer, puede ser de cabello negro, ojos cafés, linda sonrisa y que le gustan las motos, puede que se llame Xiara. Diciendo lo último me guiña un ojo.

-Mamá, creo que tienes algo de fiebre de verdad. Me estás preocupando.

-Dime que lo prometes.

-Ay mamá

-Dilo Doriam

-Mamá lo primero si, pero Xiara es otra cosa, ella está en otro mundo y yo ni hago parte de él.

-Doriam, ella está en la tierra al igual que tú. Es solo que tú ni siquiera te das cuenta de las cosas, porque te cierras sobre ti mismo... Únicamente prometémelo por favor.

-Está bien mamá. Si eso es lo que quieres te lo prometo, pero ahora me tengo que ir. No voy a tardar nada en llegar.

Salí de allí, pero la sensación que tenía se estaba volviendo peor, llegamos al banco del pueblo vecino, era muy pequeño, el pueblo quedaba muy cerca del lugar de la carrera. Me quedé dónde me informaron, vi que llegaron en un camión blanco tipo van. Tres hombres se bajaron y Vi como se ponían los pasamontañas. Pude ver por lo ventanales como apuntaban con sus armas a las personas que se encontraban en el banco, les habían dicho que se acostaran en el suelo,

No pasaron ni cinco minutos cuando las sirenas de la policía se escucharon por todo el lugar, cuando estaba a punto de salir de allí, vi que ellos salieron, pero un guarda de seguridad se puso en medio y uno de ellos le disparó en la cabeza, no lo podía creer había visto como habían matado a un hombre, me quedé congelado.

La policía llegó al sitio y por instinto arranqué a todo gas, ni siquiera sabía para donde ir, solo seguí en camino del bosque, pero las sirenas se escuchaban muy cerca de mí, yo solo seguía acelerando, cuando vi en el retrovisor había dos motorizados, siguiéndome muy de cerca. Yo no sabía para donde ir, sabía que estaba cada vez más cerca de las pistas de carrera, pensé que si me escabullía entre la multitud, sería mucho más fácil, así que seguí en dirección a la carrera...

Aceleré y pude ver la pista había personas compitiendo, seguí el camino y estaba llegando a la multitud, cuando escuché disparos, esos desgraciados me estaban disparando, yo me metí a la pista, la gente se salió de control y también invadió la pista, la policía seguía disparando lo que estaba provocando una estampida a lo lejos pude ver una moto que me era muy familiar, al acercarme un poco más me di cuenta que era la moto de Xiara, vi que ella giró y un momento después vi como perdió el control de su moto y se estrelló de frente con un separador, mi mundo se vino abajo, intenté llegar a ella, pero la multitud, estaba peor, no la quería dejar allí... Me detuve y en ese momento me estrellaron por detrás un Policía me detuvo, ni siquiera pude ver cómo estaba Xiara.

Ya llevaba cinco horas en la estación, me mantuve en mi palabra que solo estaba allí, por casualidad que no conocía a ninguno de esos tipos.

-Oigan. Ya le dije que yo no tengo nada que ver con lo que pasó, yo solo me asusté y quise salir de allí sus hombres me persiguieron y ocasionaron una estampida que estoy seguro ocasiono heridos. Le informé a un oficial que me estaba interrogando.

-Muchacho alguien como tú que no es del pueblo no estaba allí por casualidad. Dime ¿dónde están tus compinches?

-Que no sé nada. Solo quiero salir de aquí.

En ese momento un hombre ingresa a la sala.

-Oficial Dalton, mi cliente le ha dicho todo lo que sabe y usted no tiene ninguna razón para mantenerlo detenido, así que en este momento nos vamos de aquí. Todos los documentos los tienen afuera.

Solo observé al tipo la verdad es que en este momento solo quería saber que había pasado con Xiara

Salimos por fin de la estación el tipo de ofreció a llevarme y acepté.

-Chico. Sé que te preguntas quién soy, solo te informo que me envió un gran amigo de tu padre.

-Mi padre, pero si él murió cuando yo era un bebé.

-Sí. Bueno te dejo mi tarjeta llámame, que esa persona quiere conocerte y así pagarle a tu padre un favor que le debe.

-Mire la tarjeta se veía bastante lujosa.

Llegue a mi casa, ya era de madrugada, fui a la habitación de mi madre, parecía dormida, pensé en no molestarla, pero decidí acercarme y tocar su mejilla, allí me di cuenta que estaba muy fría, intenté sentir su respiración, pero ya no se sentía, al verla de cerca, note sus labios fríos, como pude la cargue con una colcha y pedí ayuda, un tipo me llevo un hospital, yo solo la acercaba a mi cuerpo, para darle calor, por fin llegamos.

-Por favor ayúdeme, mi madre no respira.

Dos enfermeros me la quitaron de mis manos la pusieron en la camilla y comenzaron a tomarle signos, yo iba tras de ellos...

-Disculpe no puede pasar. Me dijo uno de ellos.

Me quedé en ese pasillo no sé por cuánto tiempo. Hasta que por fin salió un médico

-Doctor ¿cómo está mi mamá?

-Lo lamento chico tu madre llegó sin signos vitales, según lo que notamos es que le dio un infarto fulminante.

No dije nada solo me deje caer y llore como nunca lo había hecho, me había quedado solo.

Me levanté cuando senti una mano en el hombro, era el mismo tipo que me saco de la cárcel.

-Yo me encargo de todo lo de tu madre, pero a cambio debes de venir conmigo a Londres. Aquí ya no tienes nada, ni a nadie.

Ni siquiera respondí, mi madre se merecía un funeral. Asentí con la cabeza.

-Pero, necesito que me ayudes antes a saber sobre alguien

Me extendió una carpeta y me dijo.

-Xiara Mitchell, después de su accidente, ella fue transportada en un helicóptero, sus padres tienen mucha influencia, nadie sabe dónde está con exactitud, solo sé que está viva. Lamento no poder darte más información, si se algo más te lo diré, pero ella tampoco está en este pueblo

Volví a asentir. Ya no me quedaban opciones. Después de eso, todo fue rápido en menos de tres dias estaba en Londres

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