LA HEREDERA DE LA MAFIA
Había sido una noche bastante difícil, pues hacerme cargo de los negocios familiares no es nada fácil, y mucho más al estar rodeada de hombres que se rehúsan a ser liderados por una mujer joven como yo. Sé que la mayoría de ellos esperan que mi padre tome las riendas de la organización Liu de nuevo y recupere el poder que nos fue arrebatado, pero lamentablemente eso no va a pasar. Ahora la que está a cargo soy yo y voy a recuperar lo que por derecho me pertenece. Aunque me cueste la vida, juro que lo haré.
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Ya era casi la medianoche cuando llegué a la mansión. A esa hora, todos los empleados ya estaban durmiendo y solo quedaban los guardias de la entrada.
Pasé directamente a mí cuarto en donde me quité la ropa que estaba salpicada de sangre y sin perder tiempo, me dirigí al baño en donde me metí a la tina para limpiar mí cuerpo.
Pasé varios minutos dentro del agua, tratando de despejar la mente de tantos pensamientos que me estaban agobiando. Una vez que estuve más calmada, me envolví en una bata y por último me dispuse a ir a la cama ya que necesitaba con urgencia una larga noche de reconfortante sueño. Sin embargo, cuando estaba a punto de acostarme, mí teléfono comenzó a sonar insistentemente.
Al tomarlo, noté que se trataba de un número desconocido, por lo cual dudé en contestar, pero debido a que seguían insistiendo, decidí tomar la llamada.
—¿Quién habla? —pregunté de inmediato.
Durante unos segundos esa persona no emitió palabra alguna, incluso estaba a punto de colgarle, y entonces, un largo suspiro se oyó desde el otro lado de la línea.
—Mei… —esa voz y ese acento eran inconfundibles.
—¡Tú! ¿Qué quieres? ¿Para qué me estás llamando?
Otra vez un largo silencio y después otro pesado suspiro.
—Te extraño, mí hermosa flor de cerezo.
Al oír esa frase no pude evitar reírme. Para ser sincera, era una ironía escuchar algo así viniendo del hombre que tanto mal me causó a mí y a mí familia.
—¿Acaso estás ebrio o solo eres un maldito desquiciado? Ya te he dicho que no me llames. Yo no quiero saber nada de ti.
—Solo déjame verte. Necesito tocarte y oler tu exquisito aroma una vez más.
—¡Eres un maldito imbécil! Tu sabes que entre nosotros no hay ni habrá nada, y mucho menos, después de lo que hiciste. Tu y yo somos enemigos y eso no va a cambiar. Además, tienes a miles de mujeres a tus pies, ve a buscar alguna de ellas y déjame en paz.
—Sabes bien que para mí eres la única.
—¡No me importa! ¡Ya no vuelvas a llamarme!
—Por favor, déjame verte. Tengo algo importante que decirte —parecía estar suplicándome, pero ni siquiera con eso iba a lograr conmoverme.
—No me interesa escuchar nada que venga de ti…
—Y si te dijera que se trata de ese idiota del que estás enamorada —al escuchar eso no pude evitar sentir curiosidad y un poco de inquietud al mismo tiempo.
—¿Ian? ¿Qué pasa con él?
—Si quieres saber, ven a verme. Te estaré esperando en el lugar donde comenzó todo.
Estaba claro que lo último que quería era encontrarme con él, pero no podía evitar sentir preocupación con respecto a lo que tenía para decirme sobre Ian. Entonces, en medio de la obscura noche me dirigí hacia el lugar donde me había citado.
Fui sin custodia porque sabía perfectamente que él no se atrevería a lastimarme. Después de todo, creo que muy en el fondo, le importo un poco.
Al llegar a la fábrica abandonada, dejé mi automóvil aparcado en la entrada y luego me dirigí hacia el interior sin saber lo que me esperaba.
Apenas crucé el gran portón de metal, lo busqué con la mirada por los alrededores hasta que inesperadamente fui sorprendida por sus brazos que me rodearon desde atrás.
—Mei… —murmuró con su voz grave sobre mí oído ocasionando que mí piel se erizara por completo.
Por un leve instante sentí como mi cuerpo se estremeció tan solo con su presencia, pero inmediatamente entré en razón y retomé mi postura fría e indiferente.
—Ya estoy aquí, ahora dime, ¿qué ocurre con Ian? —le pregunté quitando sus brazos de mi cuerpo.
Me giré de inmediato para quedar frente a él debido a que no confío en lo que pueda hacer. Sin embargo, solo recorrió mí cuerpo con su mirada lasciva mientras esbozaba una pequeña sonrisa de lado.
—Te ves hermosa.
—¡Déjate de estupideces y habla de una maldita vez! —le exigí.
—De acuerdo —acentuó su sonrisa como si se estuviera burlando de mí —. Me llegó el rumor de que hay alguien que quiere cobrar venganza contra sus padres, y al parecer el chico es su objetivo.
—¿Quién es esa persona?
—Eso no lo sé. Solo supe que está en peligro —me respondió observándome con sus profundos ojos oscuros.
—Tengo que hacer algo. No puedo dejar que lo lastimen —pronuncié en voz baja.
Inmediatamente intenté marcharme ya que sentía la obligación de hacer lo que estuviera a mí alcance para proteger a Ian, pero ni siquiera pude dar un paso hacia la salida debido a que él me detuvo sujetándome del brazo.
—En tu posición, no hay nada que puedas hacer. Ya no tienes el poder para brindarle protección —me susurró al oído mientras me acercaba a su cuerpo —. En cambio yo, puedo mantenerlo a salvo.
Lo miré a los ojos porque no podía creer que estuviera diciendo algo así. Lo último que hubiese esperado de su parte es que se ofreciera a proteger al hombre que he amado desde hace años.
—¿Por qué lo harías? A ti no te importa él.
—Por supuesto que no, pero si me importas tú. Además, no dije que lo haría gratis. Tendrás que darme algo a cambio de su protección.
Esboce una sonrisa irónica ya que era obvio que él no haría tal cosa sin obtener algo a cambio.
—¿Qué es lo quieres? Ya me lo arrebataste todo —contesté apretando los puños.
—Tu sabés que lo único que quiero es a ti. Haría cualquier cosa para que estés conmigo —me sujetó del mentón sin dejar de mirar mis labios —. Incluso si tengo que cuidar de ese imbécil.
Me sentía profundamente frustrada y decepcionada por no poder siquiera proteger a las personas que quiero, aunque también estaba enojada conmigo misma por tener que aceptar sus términos sin poder negarme a ello.
—Supongo que no tengo otra opción —respondí resignada —. Pero antes, quiero que te quede algo bien en claro —lo tomé del cuello de la camisa acercándolo a mí rostro —. Podrás obtener lo que quieras de mí a fuerza de tus sucios chantajes, pero jamás tendrás mí corazón.
Luego de decirle eso, estampé mis labios contra los suyos a medida que él rodeaba mi cintura con sus fuertes brazos…
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Updated 24 Episodes
Comments
Ryoung
cómo se llama la uno
2024-07-10
1
Alessa Lombardo
Sienpre los ge shipeado desde qie eran unos niños🤭
2024-03-22
3
Hindriana
M
2024-03-12
0